Revista Espiritualidad
Avanza el año y ya estamos en el tercer mes. La última tramada del primer trimestre del año. El tiempo huye.Ya en el haber, las dos primeras carreras de la temporada. Correctas, sin grandes marcas, pero hechas sin sufrimiento y de manera bastante razonable. Muy divertida la del Ebro, como los años anteriores, este año con ligera modificación por la riada. Recorrido para mi gusto más divertido.Pendientes al menos tres ó cuatro más.Había desestimado la de montaña de Teruel que se anunciaba el 12 de abril, o hacía la corta o directamente no la hacía. Pero eso que dicen que el universo conspira para que las cosas pasen, se ha retrasado para finales de mayo. Teniendo en cuenta que la media maratón, sí o sí entra en mis planes, entiendo que valdrá como preparación también para ésta. Sigo teniendo como pendiente coger más la BTT y la moto. De cara al buen tiempo, me tengo que poner.Ayer por fin volví al Burgo de Ebro, a tirar unas flechas con mis peques. Bueno que de peques les va quedando poco. De nuevo el encontrarme con esa actividad atávica, que nos devuelve a nuestros orígenes y compartir conversación con los compañeros de afición. Y eso que llevaba un arco completamente extraño para mi. Recién estrenado y a falta de ajustar cuerda y alguna cosa más.Leía el otro día a Risto y decía que uno tiene la edad de la piel que acaricia. En fin, me llamó la atención la frase, quizás sea cierto, o quizás sólo fruto de ese hedonismo y preocupación por la edad y el hacerse mayo. Ese estar a mitad del camino.En cualquier, caso no dejemos nunca de acariciar a la personas que queremos y dejemos que lo hagan con nosotros. Una caricia, un beso, un abrazo, esas cosas que hacen que la existencia valga la pena.