Siempre que quieras sentirte en forma y no tengas tiempo para ir al gimnasio, recuerda el siguiente ejercicio y siente como se fortalecen tus muslos y glúteos. Aunque hay muchas formas de realizar las zancadas, aquí van algunas de las más efectivas.
Para un mejor equilibrio, toma un palo (el de una escoba puede servir) y colócalo justo detrás de la nuca, sujetándolo bien con ambas manos. Sitúate en una zona amplia y, cuando te encuentres en una posición recta, adelanta una pierna como si fueses a dar un gran paso. Pero ¡ojo!, trata de estirarla lo suficiente y mantener la espalda recta, para que el ángulo que se forme entre el pie y la espinilla nunca supere los 90 grados, ya que, de lo contrario, estaríamos dañando el menisco.
Al mismo tiempo que adelantamos una pierna, la otra debe estirarse todo lo posible, pero sin que la rodilla llegue a tocar el suelo.
Este ejercicio es realmente agotador y ello se debe que es muy efectivo Si realizamos habitualmente tres series progresivas de unas 10 zancadas con cada pierna, comprobaremos cómo al día siguiente nuestras piernas se resienten.
Otra forma de realizarlo, cuando ya tengamos dominado el ejercicio explicado anteriormente, consiste en dejar los brazos caídos a ambos lados y sujetar una pequeña pesa. Pero si todavía queremos más esfuerzo, podemos buscar una superficie inclinada, como una rampa o cuesta, y comenzar a realizar en ella las zancadas.
Comienza con tranquilidad y aumenta la dificultad progresivamente, ya que se trata de un ejercicio bastante complejo que requiere, además, de un gran equilibrio corporal.