En Guizhou oriental, se encuentra la minoría Dong, famosa por ser una de las más antiguas en el Sudeste Asiático (existen referencias escritas de 920 a 1.279 dC).
"Tierra valiosa" sería la traducción de Guizhou, una de las regiones más pobres del suroeste de China, y una de las más hermosas y olvidadas.
Guizhou alberga dieciocho minorías étnicas, que se reparten dentro de su territorio de altas montañas, valles ribereños verde chillón, y formaciones kársticas que reciben al viajero, que llega atraído por sus diferentes etnias, y termina enamorado del paisaje que le rodea.
El clan Dong, todavía vive de forma tradicional y conserva muchas de sus tradiciones: una de ellas consiste en que cada vez que nace un niño, se planta un abeto delante de casa, al que se deja crecer hasta que el niño cumple dieciocho años, que es cuando se tala, símbolo de la mayoría de edad.
Dentro de las tribus asiáticas, son los constructores, los arquitectos por excelencia, que construyen altas torres de tambor en forma de pagoda en sus poblados de hasta treinta metros, y casas de madera sobre pilares, enclavadas en valles rodeados de montañas, que les protegen de la lluvia y el mal tiempo, todos ellos sin utilizar un solo clavo ni tornillo.
Los Dong que habitan Guizhou, son el último reducto proveniente de Tailandia, y que poco a poco, se desplazó hasta terminar en esta zona, donde Zhaoxing se ha proclamado como el único pueblo totalmente Dong.
En la aldea, se habla íntegramente su lengua original, que tiene más de quince tonalidades diferentes, se utiliza solamente el típico atuendo, que consiste en un traje negro para hombres y mujeres, que ellos mismos confeccionan y tiñen, y se sigue consumiendo su principal manjar, la carne de rata ( laoshu roe).
El pequeño pueblo posee cinco torres de tambor, y las setecientas viviendas del pueblo están construidas sobre pilares, como dicta la tradición Dong. Aquí los paisanos viven del cultivo del arroz, utilizando tuberías de bambú para regar sus campos, y crían peces en sus arrozales como parte de su alimentación habitual. También, cazan con halcones y crían búfalos de agua.
Es imposible llegar a Zhaoxing sin sentir que se vuelve a otra época, al ver a todos sus lugareños vistiendo del mismo color y trabajando en el campo como antaño.
Aunque hoy en día existe algún restaurante donde comer rata, la especialidad comarcal, todavía son pocos, y es extraño encontrar turistas, ya sea por su localización remota, como por su todavía poca popularidad.
Sus gentes, nos miran raro, como si notasen que no encajamos en su mundo perfectamente construido de torres como pagodas, y trajes negros, pero será por poco tiempo; el turismo empieza a llegar...
¿Cómo llegar?. Zhaoxing es un lugar remoto, y hay que llegar a Congjiang para poder tomar un autobús que nos dejará en unas dos horas. También desde Kaili es posible tomar un autobús hasta el poblado.
Rosabel Serrano Llopis