Zombies party (Shaun of the dead, Edgar Wright, 2004. EEUU & Gran Bretaña): una bastante apreciable comedia de horror que comienza de forma apabullante pero cuyo efecto se va diluyendo, aunque pase con nota más que suficiente, que parodia las dos primeras entregas de la trilogía zombie de George H. Romero, así como también, y yo diría que sin querer, el excelente remake de la segunda, realizado ese mismo año 2004. La vida de un joven adulto fluye sin aspiraciones en el Londres actual; su compañero de piso, aunque apreciado amigo, es un parásito; en el trabajo las cosas no van ni a mejor ni tampoco a peor, pero está estancado en un anodino puesto de vendedor de televisores; y su novia le presiona para que, de una vez por todas, madure y haga cosas, of course con ella, acorde a alguien de su edad. Con todo lo que tiene encima, no es de extrañar que no se dé cuenta de la epidemia de muertos vivientes que asola la capital de Inglaterra, hasta que, como es evidente, se da. Aunque tarda, y hasta que tal cosa ocurre presenciamos los mejores momentos de una, por esos mencionados momentos, realmente divertida comedia, además de bien dirigida. Simon Pegg, por otra parte, fue descubierto como un gran intérprete. Convertida en un hit de culto de forma instantánea. De la segunda y sangrienta mitad, destacar la muerte del amigo de la novia del protagonista.