He tenido el privilegio de ser el primero en colaborar en el proyecto de Anabel “y tú, ¿qué lees?”. Me resulta difícil por dos razones. La primera, que la gran mayoría de libros que leo robándole tiempo al sueño, son recomendaciones suyas, y a su rebufo, fui descubriendo a Dhal, Miranda July, Murakami, Cormac McCarthy… y por eso mis lecturas coinciden con las reseñas ya publicadas por ella con la etiqueta “lo poco que leo”. Y la otra, es que no sé por dónde empezar para resultar mínimamente coherente. Quizás lo más lógico sería comenzar nombrando el título del libro, y a continuación exponer brevemente la trama sin destriparla, para, finalmente, dar mi impresión personal. Eso sería lo sencillo, pero… soy incapaz de ir por el camino recto, porque éste, en la mayoría de las ocasiones es el equivocado cuando se habla de gustos. Nuestras lecturas, en la mayoría de las ocasiones, nos definen, y el trayecto: el recorrido abrupto y sinuoso que nos lleva a que determinado libro nos guste es tan interesante como éste en sí.
Así, estaba un día en una gran superficie, de esas donde con la música ambiental y el aire acondicionado siempre es primavera, hojeando libros. En la sección de novedades me llamó la atención un tocho enorme con una gran z en la portada. Guerra Mundial Z se llamaba. Trata de zombies y estaba escrito Max Brooks. El adolescente que guardo, sin demasiado éxito, dentro de mi dijo: esto mola. Sin embargo, el casi cuarentón triste en el que me he convertido lo desechó como lectura sin interés, una pérdida de tiempo. Afortunadamente, lo que mi tonta madurez le niega, le es consentido por otros. Así recibí aquel libro como regalo para regocijo del chaval que, a pesar de todo, sigo siendo. Y me gustó, vaya que si me gustó. Anabel lo reseñó en su blog , así que no me detendré más en el asunto. En un par de ocasiones mostré en público mi entusiasmo por los zombis y provocó, que hubiese más regalitos para el mozalbete, y así llegó a mis manos el libro de muertos vivientes que me estoy leyendo: una antología de relatos de este género fantástico recopiladas por un tal John Joseph Adams (Editorial Minotauro), cuyo título es evidente: Zombies
En cada cuento, su autor, le da una perspectiva distinta a esos seres. El titulado Bobby Conroy regresa de entre los muertos de Joe Hill, es una estupenda historia de un joven que regresa a su pueblo después de haber intentado sin éxito triunfar como actor de comedia, y que encuentra a su amor de juventud en el rodaje de Dawn of the dead de George A. Romero, donde participan como extras, maquillados como muertos vivientes (Como podéis comprobar esta ni siquiera es terrorífica). Hay historias entrañables de maestras de escuela empeñadas en continuar con el pupilaje de niños un tanto especiales (y muertos) como la de Dan Simmons “La foto de clase de este año”. La titulada “El tercer cadáver”, es un relato interesante y original, del que sólo diré que trata de la consciencia, la voluntad y el destino. “El Zombie de Malthusian” de Jeffry Ford es divertidísimo. Lisa Morton es la autora de “Las chispas ascienden hacía el cielo”, relato en el que los no muertos sirven de excusa para la hablar sobre la intolerancia…
Debo confesar que, alguno de los relatos no los he leído completos, si no me enganchan las dos primeras páginas los abandono. En cualquiera de los casos, el género fantástico me ha servido para corroborar que lo importante en la literatura no es el tema, sino como éste está escrito.
Creo que los que disfrutamos con el cine o la literatura fantástica y de terror, en realidad somos un poco cobardes, y en esta ficción, encontramos un miedo que podemos controlar porque no es real y eso nos consuela, ¡pobres gallinas!. También pienso que cada época tiene sus monstruos favoritos, y este comienzo de milenio, sin duda pertenece a los zombies. En un ejercicio de sociología de salón tan poco riguroso como serio, pienso que esas masas putrefactas que deambulan buscando devorar personas vivas para incorporarlas a su ejército descerebrado es una buena metáfora del mundo actual. Individuos que se sienten amenazados por una sociedad compuesta por seres aborregados carentes de toda posibilidad de razonamiento, a los que, por otro lado y esto es lo más divertido, se puede liquidar sin remordimientos.
Sbm publica en http://pensamientosdescoordinados.blogspot.com/