Una vez terminada la temporada de estrenos televisivos, llegó la hora de comentar las impresiones que nos dejan los primeros capítulos de un regreso muy esperado y de tres novedades que están dando bastante de qué hablar.
La primera es, por supuesto, la segunda temporada de The Walking Dead, basada en el cómic homónimo de Robert Kirkman y Charlie Adlard. Con un comienzo brillante y un final que se alejaba del material original, su primera entrega se convirtió en el fenómeno televisivo de finales de 2010, por lo que el canal AMC no tardó en dar luz verde a una segunda temporada, cuyo rodaje estuvo repleto de polémica por la reducción de presupuesto y el despido de uno de los máximos responsables de la serie, el cineasta Frank Darabont. Una vez superadas las dificultades, la esperada segunda parte de las andanzas de Rick y compañía se estrenó a mediados del mes pasado con un resultado desigual: consiguió batir récords de audiencia, pero en los cinco capítulos que llevamos hasta ahora apenas ha pasado algo; se han basado libremente en los sucesos del cómic para ofrecernos episodios vacíos y encima los personajes pierden la fuerza de las viñetas, sobre todo Rick. Esperemos que los capítulos restantes suban el nivel, porque con semejante material de base la serie tiene mucho potencial.
Estrenada el pasado día 6, Hell on Wheels era una de las series que más expectación había generado debido a su complicado y caro rodaje, respaldado por la (cada vez más prestigiosa) cadena de los zombis. Hell on Wheels nos traslada a los Estados Unidos de 1865 para contarnos la historia de Anston Mount, un ex-soldado confederado que participa en la construcción del ferrocarril que unirá el Este con el Oeste mientras busca a los asesinos de su mujer. Vaqueros sin escrúpulos, esclavos liberados e indios con sed de venganza se dan cita en los dos capítulos emitidos hasta la fecha, los cuales cuentan con actuaciones convincentes y una ambientación de lujo. Habrá que seguir las vías del ferrocarril.
La que dudo mucho que merezca la pena seguir es American Horror Story, la nueva "ida de pinza" de Ryan Murphy, creador de la exitosa (e insoportable a estas alturas) Glee. Después del éxito de los alumnos cantantes, Murphy intenta revitalizar el terror televisivo con la historia de una familia atormentada que se muda a un caserón encantado. Esta premisa da paso a una historia repleta de tópicos (apariciones fantasmales y vecinos trastornados incluidos) que además presume de una narración elíptica y sustos burdos que más que terror producen vergüenza ajena en los espectadores.
Para terminar, la nueva producción de J. J. Abrams y Bryan Burke sí que convence con su historia adictiva y vistoso acabado: se trata de Person of Interest, creación de Jonathan Nolan (guionista y hermano de Christopher) que mezcla los conceptos del Gran Hermano de George Orwell y del informe en minoría de Philip K. Dick para contarnos cómo un ex-agente de la C.I.A. y un multimillonario emplean el sistema de cámaras y micrófonos de la ciudad de Nueva York para resolver futuros crímenes. Su carácter procedimental se ve favorecido por el halo de misterio que envuelve a los dos protagonistas, interpretados por Jim Caviezel (La Pasión de Critso) y Michael Emerson (Ben Linus en Perdidos), y por las escenas de acción de cada uno de los intrincados casos a los que se enfrentan.
En próximas entradas hablaré de las comedias y las series de estreno previsto para comienzos de año, como Luck y Alcatraz. Mientras tanto, ¿qué series estáis siguiendo? ¿Qué os parecen sus nuevas temporadas?