Normalmente siempre se dice que no se deben cocinar demasiado los alimentos, puesto que pierden sus nutrientes y propiedades, pero la yuca es una excepción a esta regla. La yuca en crudo contiene toxinas (ácido cianhídrico) que pueden ser perjudiciales y que en grandes cantidades pueden causar vómitos, diarreas e incluso problemas neuronales. Cocinada, sin embargo, tiene un montón de propiedades beneficiosas para el organismo. Tiene un gran poder depurativo y ayuda a controlar el colesterol gracias al resverantrol que también mejora la circulación sanguínea y ayuda a prevenir trombos. Además también regula el intestino y tiene propiedades antiinflamatorias.
Nunca he estado en Bolivia, pero encontré esta receta hace muchos años ojeando una revista en el tiempo que vivía en Atlanta, e incomprensiblemente no la había hecho hasta hoy. El resultado ha sido más que satisfactorio, y aunque en la revista recomendaban servirla como acompañamiento de carne, o con un buen café solo, yo he preferido acompañarla de una ensalada de lechuga, cherries, aceitunas negras y pimiento rojo, y estaba realmente deliciosa. Como acompañamiento de carne no me parece tan buena idea, puesto que es muy densa y puede hacer que no nos terminemos el filete, pero sí que al sabor le pega bastante el café. ¿Otra receta perfecta para un brunch tardío de domingo?
Ingredientes: (2 personas)
- 1 yuca fresca
- 1/2 vaso de leche
- 2 cucharadas de mantequilla
- 1 bola de mozarella de búfala
- 2 huevos
- un poco de harina (opcional)
- sal
Elaboración:
Precalentamos el horno a 190ºC
La yuca es bastante dura, así que hay que tener un poquito de fuerza en los brazos a la hora de mondarla. Utilizaremos un buen cuchillo con el que partiremos la yuca en dos o tres trozos, (dependiendo del tamaño). Una vez que tenemos la raíz cortada en trozos más manejables la apoyamos sobre una tabla en posición vertical y con el cuchillo vamos cortando la corteza en tiras, con cuidado de no desperdiciar demasiada carne.
Cuando esté totalmente limpia tendremos cuidado de quitar también las hebras gruesas centrales que pueden quedar bastante duras si no lo hacemos.Troceamos ahora la yuca en trozos grandes y las ponemos en una olla con agua salada que las cubra. Tapamos la olla y la dejamos cocinar hasta que la yuca esté tierna (unos 20 – 30 minutos).
Cuando esté lista escurrimos bien la yuca, descartando el agua de la cocción. Ponemos los trozos de yuca en el recipiente que vayamos a utilizar en el horno y con la ayuda de un tenedor los trituramos hasta que quede una pasta densa sin trozos grandes. Es buena idea utilizar un recipiente donde la masa nos vaya a quedar con altura, pues si la horneamos demasiado fina se nos puede retostar demasiado.
Añadimos entonces la mantequilla y los huevos batidos mezclándolo todo muy bien, y removiendo enérgicamente para conseguir una pasta densa sin demasiados grumos. Incorporamos ahora la leche (poco a poco para evitar que la masa quede demasiado líquida) y seguimos removiendo y mezclando bien toda la masa. Debe de quedar consistente, que podamos manejarla con facilidad con las manos. Si se nos ha quedado demasiado líquida podemos añadir un poquito de harina, removiendo bien hasta que consigamos la consistencia deseada.
Cuando tengamos la masa lista añadimos la mozarella de búfala troceada en daditos y volvemos a mezclar todo muy bien.
Introducimos en el horno y cocinamos a 190º durante 20 minutos. Si es necesario, añadimos 5 minutos más en el grill para que se dore la capa superior.
Zonzo de yuca
Una vez que lo tenemos listo montamos los platos con el acompañamiento escogido. En este caso, una ensalada de hojas de lechuga, aceitunas negras, pimiento rojo y tomates cherry.
¡Qué aproveche!
Zonzo de yuca con ensalada
Hay otras formas de cocinar la yuca, como hervida en ensalada, o frita como en ésta propuesta de liamenamor.