Por Bernardo Villar
La vida no es pesada. La vida nos la hacemos pesada solitos con una serie de actitudes que no hacen ninguna diferencia, no nos hacen ver mejor ante los demás ni causan nada positivo y que lo único que consiguen es hacernos más y mas pesada nuestra experiencia de vida y le amargan su experiencia a los demás.
Aquí te comparto 10 cosas que puedes comenzar a hacer (o dejar de hacer) para cambiar tu experiencia diaria a una que te pueda funcionar para crear lo que quieres crear.
- Habla bien de ti. Algunas veces nos han enseñado que hablar bien de uno es algo odioso, te hace ver como presumido, arrogante. Como consecuencia, consistentemente nos quitamos valor con nuestras palabras; no nos reconocemos como deberíamos y no aceptamos halagos ni reconocimiento de los demás. No nos damos cuenta que nuestra palabra crea la realidad en la que ocurrimos. Si consistentemente decimos o implicamos que no valemos, nuestra realidad comienza a ser esa, y nuestras acciones comienzan a alinearse con esa realidad. Por supuesto no estoy sugiriendo que quieras crear un culto a tu persona, pero comenzar a hablar bien de ti podría comenzar a llevar tu experiencia de vida por un rumbo distinto al actual. Solo recuerda que la arrogancia solo funciona cuando tus resultados la respaldan. Habla bien de tus capacidades, no alardees de tus logros, tus resultados hablan por si mismos.
- Deja las excusas. Si no tienes tus resultados a nadie le importa por qué no los tienes. Al único que le interesa encontrar una historia válida que lo justifique es a ti. El resto ya sabe al escucharte que tus historias solo están justificando por que no tienes los resultados. Deja de enfocar tu energía en inventar excusas creíbles y ocúpate en crear los resultados.
- No juegues para las gradas. Lo que hagas, hazlo por ti. no por lucir bien con los demás. No busques lucirte para conseguir la admiración de los demás. Busca lucirte para ganarte tu admiración y tu satisfacción con tus resultados. A la gente le importa poco qué tan genial creas ser.
- Toma responsabilidad. Tus actos vienen de tu elección, toma responsabilidad por ellos porque son tuyos. Buscar culpables, buscar victimarios no te da poder. Sé la causa de tus resultados y tu experiencia de vida. Incluso eres responsable de actos menos obvios como es el acto de elegir como interpretar una situación presente o pasada.
- Suelta el control. O mejor dicho, deja de tratar de tenerlo. Nunca lo tuviste. Lo único que puedes controlar son tus actos y tus pensamientos, pero no puedes controlar a los demás y mucho menos puedes tener el control sobre fenómenos naturales, políticos, sociales o económicos; así que todo el esfuerzo que empeñes en ese vano afán, se lo estás quitando a conseguir tus resultados.
- Permítete no tener razón. Pongámonos de acuerdo, no se trata de que yo sepa que estoy en lo correcto, no tengo la razón hasta que los demás no me la dan. Una forma velada de ser víctima, puesto que requiero que la validación de mis actos ocurra de afuera hacia adentro. Al final no tienes que demostrarle a nadie si estás en lo correcto o no. ¿Sabes por qué? porque a nadie le importa que tu tengas la razón. Todos están muy ocupados buscando que otros, incluso tu, les de la razón, así que olvídate de eso y ocupa esa energía en crear tus resultados que hablarán más claramente sobre si tienes razón o no.
- No critiques. Escucha todas las críticas y no te las tomes personales porque pueden tener información valiosa sobre cómo te percibe la gente; sin embargo recuerda que el feedback lo das cuando te lo piden. No vayas por la vida dando feedback que la gente va a tomar como crítica ni critiques disfrazando de feedback una malparidez existencial. Ocúpate de lo tuyo y solo apoya con tu feedback a quien te lo haya pedido.
- Abraza el cambio. El cambio es inevitable e inevitablemente trae incertidumbre. Pero también trae consigo nuevas posibilidades de acción y por lo mismo, de resultados. La transformación, por definición, no puede darse si nada cambia. Aprende a bienvenir el cambio y a adaptarte a él. Incluso lánzate a causarlo.
- Suelta tu pasado. Los hechos ya fueron, no los puedes cambiar. Búscales una interpretación distinta que te funcione como trampolín, no como ancla y de una vez deja el pasado fuera del futuro para que puedas tener el espacio vacío en el que puedas crear algo totalmente nuevo.
- No etiquetes. ¿No te gusta que te etiqueten? No etiquetes. No quieras tener la sensación de certeza que te de da etiquetar a las personas y arriésgate a conocerlas una y otra vez por primera vez. ¿Que posibilidades podrías tener con aquella persona que ya etiquetaste de cierto modo si te aproximaras a ella como si la conocieras por vez primera?
¿Qué te parece? Diez puntos en los que puedes comenzar a trabajar de una vez en este preciso momento para crear una experiencia del mundo que te funcione y te apoye a crear los resultados que estás buscando en la vida.
Si les ves valor, por favor, compártelos con la gente de tu vida.