10 de Octubre del 2014 | etiquetas: Estrenos Semanales
TwittearLa última Palma de Oro del Festival de Cannes llega por fin a nuestras pantallas. Los compañeros de Golem estrenan "Winter Sleep", una película tan poderosa como profunda y conmovedora, que cala hondo desde su agudeza filosófica, abrazando el cine de Bergman, para deleitarnos con una experiencia mayúscula.
¿De qué va?
Aydin, actor jubilado, dirige un hotelito en Anatolia central con la ayuda de su joven esposa, Nihal, de quien se encuentra alejado sentimentalmente, y de su hermana Necla, triste porque se acaba de divorciar. En invierno, a medida que la nieve va cubriendo la estepa, el hotel se convierte en su refugio y en el escenario de sus aflicciones.
¿Quién está detrás?
Uno de nuestros cineastas predilectos era el responsable de poner la guinda al Festival de Cannes 2011. Nombrado Mejor Director cuatro años antes por sus absorbentes, asfixiantes, demoledores e igualmente hermosos "Tres Monos", Nuri Bilge Ceylan asestaba un golpe definitivo a la ya fustigada crítica desplazada en la Croisette el último día de festival con "Érase una vez en Anatolia", una monumental muestra de cine criminal de casi tres horazas de duración, merecedora del Premio Especial del Jurado, que muchos no tardarón en definirla de forma sugerente como el "Zodiac" de la estepa turca o emparentarla directamente con Chéjov, Antonioni, o incluso CSI.
¿Qué es?
El Ceylan más bergmaniano
¿Qué ofrece?
De los exteriores de Anatolia a los interiores de Kapadokya. Del tormento existencial sobre el que principalmente báscula su obra, al carácter filosófico y espiritual que se impone en su última y magnífica película. Con su película más verborréica y trascendente, Nuri Bilge Ceylan hace nuevamente suyo un relato de Antón Chéjov que presentó las credenciales necesarias para llevarse esa Palma de Oro que tanto merecía. La moralidad, el idealismo, el orgullo, el sentido de culpa, las grietas de las relaciones sentimentales o incluso la naturaleza del mal y como enfrentarnos a él, son solo algunos de los temas sobre los que reflexiona "Winter Sleep". Y lo hace desde esa frontalidad, esa amargura y ese desgarro emocional que directamente evoca el cine de Bergman. Como era de esperar, lo nuevo de Ceylan se cuece a fuego lento pero acaba por epatar con un desenlace emocionalmente antológico e incorpóreamente épico. Y todo ello sustentado en un trabajo de fotografía de interiores descomunal, en el que la luz natural sustituye al foco artificial para enmarcar cada uno de sus apabullantes planos con un cautivador sentido de lo bello, pero también de lo agrio. No en vano, quien ilumina, es la llama del fuego. Una película que bien mereció esa ansiada Palma de Oro.