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Acabo de volver de pasarme 6 meses en Asia. Ya os adelanto que como viajera soy un poco ‘sedentaria’, si me comparo con muchos de los viajeros que conozco constantemente y es que, en vez de saltar cada dos días de una ciudad a otra como es lo común, prefiero quedarme unos días en un lugar y conocerlo bien y, cuando me canso, seguir hacia el siguiente destino. Esto se traduce a que no conozco tantos lugares en mis viajes como la mayoría de viajeros. Pero a mí me gusta así. Primero porque al trabajar a diario, necesito mis horas frente al ordenador que son sagradas. Segundo porque así conozco mejor cada lugar que visito y me da la oportunidad de hacer amigos entre los locales y adaptarme mejor a sus costumbres y a veces hasta creo mis rutinas.
Sin embargo, en seis meses (tres en Hanoi de voluntaria) me ha dado tiempo a visitar muchos lugares. Y aquí mis favoritos. Os adelanto que la isla de Borneo fue mi lugar favorito, de ahí que fue donde más tiempo pasé (además de en Hanoi, donde estaba comprometida con una ONG, claro está).
No los he puesto por orden de preferencia, sino que los he elegido según la fecha cronológica en los que los visité:
- Sa Pa o Sapa. Un pueblo al norte de Vietnam donde lo más característico son las montañas recortadas para las plantaciones de arroz. A pesar de que cada vez hay más turismo, la gente, sobre todo las mujeres que se encargan de sacar algún dinerillo a los turistas, son aún muy originales y auténticos, amables y acogedores y con una cultura muy propia, poco infectada por occidente o por la vida urbana.
Montañas de Sapa
- Koh Phi Phi. Con la isla Phi Phi tengo un gran dilema. Es uno de los lugares más turísticos que he visitado y odio los lugares turístico, sobre todo en el plan en el que está montado la isla: restaurantes de comida occidental con hamburguesas y pizzas, pubs irlandeses y demás. Un turismo que destroza la cultura local (es difícil en Koh Phi Phi ver tailandeses). Pero, por otro lado, comprendo que la gente quiera visitar esta isla porque es realmente preciosa. El color del agua es inigualable. Si pilláis una excursión a Maja Beach (donde se rodó La Playa de Leonardo Di Caprio), no penséis que váis a ir a un lugar paradisíaco. Hay más gente allí que en el metro de Marid en hora punta.
Koh Phi Phi. La Cueva del Vikingo. Os digo que el agua en Tailandia es una pasada. Koh Phi Phi debió de ser precioso, pero el turismo, le quita muchísimo encanto.
- Templos de Angkor Wat Siem Reap. La maravillosa herencia del imperio khemer o jemer de Camboya. Una maravilla para los ojos. Aviso que puede hacer muchísimo calor (yo casi desfallezco). La ciudad de Siem Reap, al lado de los templos también tiene su encanto. Si sois viajeros de los que os gusta conocer las culturas del país y no sólo ver paisajes, sabréis que Camboya es un país muy pobre (muy muy pobre y con pocas oportunidades para conseguir salir de esa situación). Durante mis 10 días allí, me cansé de oír a otros visitantes que conocí en la ciudad comentarios sobre que no podía ser cierto que fuera tan pobre. El problema es que no sabían que la policía cuida bien que los locales no entren al centro de la ciudad, a no ser que trabajen en algún bar o establecimiento de masajes, por lo que a primera vista sólo ves restaurantes muy bonitos y baratísimos y hoteles con piscinas y terrazas. Pero la gente de Camboya es muy amable y si queréis conocer la cultura local, honestamente, sólo tenéis que desviaros un poco de las calles más céntricas para poder ver las condiciones de vida reales de los camboyanos que, en este caso, viven tristemente rodeados de riqueza, sin conseguir llevarse ellos gran cosa (ni siquiera el dinero de los templos llega a la gente local, porque, según dicen, los derechos los vendió algún político corrupto al gobierno vietnamita durante unos años).
Los templos de Angkor. Un maravilla del pasado que aún hoy podemos disfrutar.
- Koh Chang. Koh Chang es una isla situada al norte de Tailandia, mucho menos turística que el resto del país y mucho más verde y auténtica que Koh Phi Phi o Koh Samui, que son más conocidas. Si te gustan las rutas de montaña y no quieres estar rodeada de lo que en España llamamos ‘guiris’, Koh Chang es una buena opción. Tiene la desventaja de que sólo hay una compañía de transporte público y tiene los precios muy caros de los tuk tuk y otra desventaja es que el mar no es tan azul como en otras zonas de Tailandia.
Koh Chang es una isla de fácil acceso, con alojamiento muy barato, preparada para los turistas, pero no está masificada.
- Las torres Petronas. Vale, sé que las segundas torres más altas del mundo representan todo ese capitalismo brutal que no me gusta nada. Pero no puedo evitar quedarme boquiabierta cada vez que las veo y sacarles 1.500 fotos como he hecho. Las Torres Petronas, he de decirlo, molan. Kuala Lumpur en general no tiene mucho más que hacer que ir de compras a centros comerciales (una de las actividades favoritas de los habitantes de Malasia, sobre todo los de la Península). Lo mejor que puedes hacer en la ciudad es cenar en Kampung Baru, un barrio que parece un pueblecito malayo, con sus restaurantes tradicionales de comida malaya y sus casitas pero que está a 5 minutos de las torres y que te da la opción de cenar muy barato (en Malasia un plato de buena comida suele ser de menos de un euro), comida local, con gente local, pero con vistas a las Torres Petronas. Es un lugar muy popular entre los habitantes de Kuala Lumpur.
- Parque Natural de Bako. El parque natural de Bako está cerca de Kuching, la capital de Sarawak, una de las dos provincias de Borneo. Me encantó por varios motivos. Ademñas de que es muy bonito y ofrece una gran variedad de rutas de montaña, es muy barato, sobre todo si comparamos con los estándares de Borneo, donde todo se ha ido privatizando (sobre todo en la provincia de Sabah) y los precios los ponen las empresas para su gran beneficio económico. En Bako puedes quedarte en el hotel que hay por unos 10 RH por noche (unos 2,5 euros) si te quedas en el dormitorio o si reservas una habitación con amigos (si te apetece estar sólo, ya es más caro). Otra cosa que me fascinó es que no hay Internet. Y yo que me había pasado varias semanas con muchas muchas horas trabajando frente al ordenador, el hecho de desconectar del todo me sentó estupendamente. Por otro lado, aunque hay turistas, no está masificado, tanto fue así que me pasé casi una hora sola descansando en una playa preciosa, como conté una vez en el blog.
Playa Pandan Kecil, que sí es accesible a pie tras una ruta que dura una media hora desde la sede del Parque Natural. Aquí me pasé un buen rato yo sola hasta que llegaron mis amigos. Fue una experiencia bonita.
- Parque Natural de Gunung Mulu. Mulu es famoso por sus cuevas y la verdad que son una maravilla. Mulu es patrimonio de la UNESCO, es famoso por sus cuevas y la verdad que son una maravilla. Lo más popular son los pináculos, pero para llegar a ellos hay que hacer una ruta de tres días de duración. Si no tienes tanto tiempo, no te pierdan la Deer Cave o Cuenca del Ciervo, donde habitan millones de murciélagos. Una experiencia. Otra de las grandes cuevas es la del mar claro o Clear Water Cave, si tienes tiempo de sobra apúntate a la ruta de espeleología de seis horas de duración y que pasa por esta cueva. Si puedes hablar con la gente local, hazlo, suelen ser amantes de la naturaleza, que respetan su lugar y protestan contra las injusticias que se están cometiendo en Borneo con la deforestación.
Vista dentro de la Cueva del Ciervo, llena de murciélagos.
- Tip de Borneo. El punto más al norte de la isla de Borneo. Relajante y bonito. El agua tiene unas pocas de olas, algo que eché mucho de menos por Asia y los paisajes son preciosos. Lo que más me gusta es que no está explotado turísticamente y que es un lugar muy auténtico. Si tenéis gana de fiesta, este no es vuestro lugar, porque es más frecuentado por familias y parejas que quieren descansar.
Tip de Borneo: camino para ir a una de las playas
- Mabul. Mabul es el primero de la lista. De hecho sería uno de los primeros si hiciera una lista de todos los lugares que he visitado desde que nací. Pero lo pongo el último porque fue el último lugar que visité. Mabul es el paraíso, una maravilla de isla, con el agua cristalina donde no me importaría mudarme a vivir un mes o dos o tres.
Antes de ir, oirás que hay que reservar paquetes de buceo. Son caros. Pero que no te engañen, al llegar a la isla hay hostales mucho más baratos de gente local, más auténticos que la mayoría de los hostales regentados por extranjeros, situados en medio de las casas de los locales y sobre el agua cristalina. Igual os asustáis al ver que hay hoteles donde la habitación cuesta 1.000 dólares la noche frente a pequeñas chabolas de latón donde viven los locales o frente a barcos de madera donde puede vivir una familia entera. Me parece ridículo, por los extranjeros, claro. La isla no tiene carreteras y se recorre a pie en tan sólo 15 minutos. Segura y a pesar de ser gente humilde rodeados de lujo, no piden dinero y son gente muy amable y sonriente. Tienen el mar como una importante fuente de alimentación.
La zona de las hostales locales, junto a la gente local. Non son lujosos, como los demás alojamientos, pero son muy auténticos y también ofrecen servicios de buceo y snorkel.