Revista Cine

11 momentazos de cine vividos durante el 2011

Publicado el 30 diciembre 2011 por Fimin

Cierto es que muchas de las películas que a continuación destacamos podríamos inlcuirlas en nuestro Top 2011, cierto es también que alguna que otra quedaría fuera, y es que, lo importante de esta selección no es la película, si no inolvidables momentos concretos que muchas de las joyas (y no tan joyas) vistas durante este año nos han regalado. Cuando hablemos de "Shame" siempre recordaremos a Cary Mulligan cantando el 'New York, New York,' al igual que cuando lo hagamos de "Tintín" siempre tendremos el plano secuencia de la persecución final en la cabeza, o al hacerlo de "El Árbol de la Vida" siempre nos vendrá ese dichoso dinosaurio a la memoria. ¿Más?

1. EL ÁRBOL DE LA VIDA - La historia de la vida

Probablemente estemos ante la secuencia más debatida de todo el año, por la que manadas de espectadores salieron espantados de la sala aturdidos por semejante amalagama de imágenes con dinosaurio incluído. Tan particular descripción de la creación del mundo es una de las más anodinas secuencias visuales que un director haya creado en mucho tiempo. Si, mira de reojo al "2001: odisea en el espacio" de Stanley Kubrick, y también, a ratos parece que Malick no logra alcanzar el nivel de ambición que parecía tener hacia el proyecto. Pero da igual, el caso es que estamos ante una película llamada hacer historia que en toda su grandeza trata de dar respuesta a cuestiones universales partiendo desde conflictos completamente personales como resulta la pérdida de un hijo. ¿Qué somos? ¿quiénes somos? ¿dónde vamos? ¿qué hacemos? Puede que a ratos tire del sermón eclesiástico, puede que a momentos se riga por las leyes de la naturaleza o que simple y llanamente parta del contradictorio carácter humano. ¿Divinidad, espiritualidad o ciencia? Una duda universal cuyo inabarcable carácter filosófico se traduce en las abrumadoras imágenes de un "árbol de la vida" que tiene el descaro de comparar paralelamente la vida y existencia de una familia, de la infancia y del matrimonio, con la creación del universo y la evolución de la raza humana. Ridiculez o genialidad, el caso es que la monumental historia de la vida (humana y no humana) mostrada por Terrence Malick también significa la evolución del cine contemporáneo a gran escala, y simplemente por ésto, ya es una gran noticia.

11 momentazos de cine vividos durante el 2011

2. EL TOPO - Smiley describe su encuentro con Karla

Uno de los grandes títulos del año, “El Topo” tiene gran cantidad de momentos que permanecerán eternamente en nuestra retina. Benedict Cumberbacht robando un archivo del Circus, la emboscada a Mark Strong en la secuencia inicial, el extendido flashback con Tom Hardy en Estambul. Pero el momento cumbre es una sobrecogedora escena entre dos de los principales personajes emborrachándose uno en compañía del otro y regalándonos, uno de ellos, un auténtico tour de force interpretativo. En gran parte del film, George Smiley (Gary Oldman) es un personaje extremadamente sigiloso, especializado en permanecer inadvertido en segunda línea y en no encadenar más de tres palabras seguidas. Pero hay un grandioso momento en el que baja la guardia junto a Guillam (Benedict Cumberbacht), cuando le explica a éste su particular encuentro con el misterioso espía soviético Karla (algo así como el Kaiser Sozé de "Sospechosos Habituales"), un encuentro en el que deja de lado su personal kriptonita, es decir, su devoción por su perpétuamente infiel amada Anne. Estamos ante un hipnótico monólogo de Oldman, de un Smiley que por una vez se quita la máscara y que se encuentra en el límite de la pérdida de control aunque nunca llegue hacerlo. Y así, de repente, un hombre de mediana edad hablándole a un colega en una habitación contiene mucho más espectacularidad e intensidad que cualquier blockbuster de altos vuelos visto en todo el año.

3. LA PIEL QUE HABITO - La Gran Revelación

¿Cine negro, terror, melodrama, ciencia ficción o comedia? Simplemente la cima del género Almodóvar, un género inconfundible que roza el ridículo pero alcanza lo sublime. "La piel que habito" significa un antes y un después en la carrera de Almodóvar. Es la confirmación que estamos ante un auténtico maestro del cine, capaz de dar un giro de 360 grados en su filmografía manteniéndose a su vez, fiel a su estilo en todo momento, estampando su inimitable sello autorial a la hora de diseccionar todos y cada uno de los personajes con precisión de bisturí, construyendo inolvidables secuencias impregnadas de un estrambótico bizarrismo solo al alcance de su mano, sorprendiéndonos con inimitables pinceladas de humor made in La Mancha que se traducen en carcajada generalizada, escenificando un maravilloso guión que avanza (y retrocede) con la exactitud de un reloj, pero que gira y te golpea con la imprevisibilidad y contundencia de un torbellino, para acabar haciéndose amo y señor de la excelente novela que adapta. El mejor ejemplo de ello es una secuencia final intrínsicamente almodovariana (advertimos a los pocos que aún no la hayan visto, spoiler a la vista) en la que un transexual, una mujer homosexual y una madre solitaria comparten plano final: "Yo soy Vicente."

4. SHAME - Carey Mulligan canta el "New York, New York"

No podía haber escena más simple de rodar en el estricto sentido de realización: la cámara apunta directamente a Sissy (Carey Mulligan) mientras interpreta el mítico tema de Frank Sinatra ante la sofisticada clientela de un lounge de Manhattan, con el director Steve McQueen únicamnte cortando de forma ocasional la toma para mostrarnos a su hermano Brandon (Michael Fassbender), mínimamente conmovido en una reacción la cual apreciaremos como un rara avis para un taciturno adicto al sexo que jamás vemos emocionarse a lo largo de (casi) todo el metraje. Estamos ante  una cautivadora interpretación, trasladada con un omnipresente piano y condimentada con un significado emocional para una Carey Mulligan que traduce en lágrimas cada uno de los estribillos que interpreta. Este particular "New York, New York" significa el sobrecogedor showcase de un talento y un tono melancólico completamente inauditos, que se dejan llevar por el timing de un tema con mínimos momentos de interrupción o distracción. Y precisamente para un film guiado por la desnudez (y la tristeza que ella conlleva), se erige en el momento más desnudo de un contundente y visceral retrato de un alma sexualmente desbocada, trasladada llena de crudeza por unas inconmensurables interpretaciones y una magistral realización tan pulcra como desatada que hacen de "Shame" una de las películas más perturbadoras, salvajes y certeras de los últimos tiempos.

5. MELANCOLÍA - Choque planetario

El de Lars von Trier significa un maravilloso final del mundo con dos formas bien diferentes de afrontarlo, que nos regala un puñado de inolvidables imágenes de abrumador poder estético, que incluso llegan a superar las de "El Árbol de la Vida," además de un sublime ejercicio de estilización que nos regala la versión más seria y sofisticada del maestro danés. En definitiva, una oscura, apocalíptica, pero ante todo, preciosa obra maestra inmersa en una profundidad dramática llena de sentimiento. Todo un lujo que alcanza su momento cumbre con un precioso choque planetario final de un gran poderío, tan existencial como filosófico. Si algún día tiene que llegar el fin del mundo, ojalá lo haga como se lo imagina Lars von Trier.

6. MARTHA MARCY MAY MARLENE - John Hawkes canta a sus seguidores

Se llevó el Premio al Mejor Director en el último Festival de Sundance y se alzó el Premio de la Juventud en la sección Un Certain Regard de Cannes teniendo en ambos certámenes el honor de ser una de las películas más unánimemente alabadas por la crítica. Es "Martha Macy May Marlene," un vertiginoso e introspectivo viaje indie al fondo de una mente enferma en la que Elizabeth Olsen, mostrándose frágil y aterrorizada desde la primera a la última escena, impregna de un desasosegante y afilado mal rollo la incómoda pero estimulante ópera prima de Sean Durkin, un nombre cuya pista segurimos de cerca visto el asombroso aplomo mostrado tras la cámara a la hora de modular el in crescendo de una compleja trama que reconstruye de forma no lineal el perturbador desequilibrio mental que sufre nuestra fustigada protagonista a partir de fragmentos de los brutales traumas sufridos. Todo un logro que tiene uno de sus grandes alicientes en el momento en que el lider de la secta, John Hawkes, canta a sus seguidores con guitarra acústica en mano. Un moderno Charles Manson de nuestros tiempos que necesita una única escena para transmitirnos, con toda la esencia y confidencia necesarias, el carácter de este perturbado personaje. Y el tema dice...

7. HANNA - Container Park

¿Quién podría imaginar que el exitoso director de "Orgullo y Prejuicio" y "Expiación" fuera capaz de regalarnos una película de acción tan entretenida y vibrante como "Hanna"? Pues así es. Joe Wright logra sincronizar el metalenguaje con la emoción más pura, dando como resultado una obra arrebatadora (y eminentemente cool) que cuenta con unas soberbias Cate Blanchett y Saoirse Ronan ejerciendo de Bruja del Oeste y Caperucita feroz, aunque los verdaderos protagonistas de la función son los ritmos y sonidos de Chemical Brothers, que dan pie a momentos cinemáticos de abrumadora potencia como es el caso de una persecución entre containers que nos lllega en perfecta sincronía con un tema del dueto electrónico que lleva a sobrepasar las cotas meramente cinematográficas para alcanzar un poderío audiovisual jamás visto en ningún otro artefacto de similares características. Imagen y sonido se fusionan en perfecta sincronía para una de las mejores escenas de acción vistas en todo el año.

8. DRIVE - Amor y gore en el ascensor

Para una película que exhuma momentos inolvidables (la escena de acción inaugural deudora del "Driver" de Walter Hill, Christina Hendricks haciendo migas con una recortada, la dentadura reventada de Ron Perlman, un inolvidable momento slasher con Albert Brooks a la cabeza...y sigue sumando) aquella escena que parece haber quedado impresa en la retina de la mayoría del público es la secuencia del ascensor, un momento en el que mientras la pareja protagonista sube en el ascensor se une un tipo malo con peores intenciones. La música cambia sutilmente de tono, la iluminación apunta directamete a Ryan Gosling y Carey Mulligan mientras la cámara se mueve lentamente hasta que él consuma su amor por ella besándole intensamente, ella se lo devuelve y finalmente....bam! nuestro (anti)héroe revienta literalmente el cráneo al malhechor en una escena deudora del "Irreversible" de Gaspar Noé. Esta es una de las armas con las que un vaquero al más puro estilo del western clásico americano que cabalga al volante de su Corvette nos devuelve a esos evocadores años 80 en los que el arte y entretenimiento también podían jugar juntos.

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9. BELLFLOWER - Caminata sangrienta

La suya es una balada dedicada a cualquier persona que en algún momento de su vida a querido y perdido a alguién y nos la canta con la violencia, las armas, la acción y el sexo necesarios como para contar una atípica, pero ante todo, apocalíptica, love story. Así es, el apocalipsis en este caso no llega a gran escala sino lo hace de forma íntima, haciendo saltar por los aires una relación que puede traer consecuencias imprevisibles. Su frescura y naturalidad en las interpretaciones, su transgresora puesta en escena, su poder estético y su novedoso discurso 'romántico' provocan que "Belleflower" esté llamada a convertirse en filme de culto y en una de las sensaciones de la temporada. El mejor ejemplo de ello es la escena inaugural (que más adelante volverá a repetirse) en el que vemos a su artífice Ewan Glodell (dirige, produce, interpreta y edita) caminar ensangrentado sobre la carretera. Más tarde nos daremos cuenta que lo hace tras ser presa de una desastrosa e incendiaria relación amorosa. Una gran presentación para una gran revelación.

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10. LAS AVENTURAS DE TINTIN - La persecución final en motocicleta

En la más spielbergriana película de Steven Spielberg en mucho tiempo nos encontramos con un atronador momento en que nos lleva a un ficcionado país del Norte de África llamado Bagghar. Un halcón perteneciente al villano Ivan Sakharine ha robado el tercero de los tres pergaminos necesarios para dar con un preciado tesoro. En un plano secuencia, con una única toma, Spielberg sigue el pergamino mediante una implacable persecución colina abajo, pasando el manuscrito del pico de un pájaro a manos de un hombre, al hocico de un perro y nuevamente a manos de otro personaje. Muy a pesar de lo que pueda pensar el amigo Michael Bay, Spielberg nos demuestra que no es la bravuconería y el ruido los que hacen una escena de acción memorable. Son las sorprendentes sacudidas, los gags y los inesperados reversos quienes provocan que quede impreso en nuestra retina, y nadie es más consciente de ello que quien está tras la cámara en este caso. Desde Haddock disparando su  bazooka en el sentido contrario a un hotel siendo arrastrado a orillas del mar por un tanque. Estamos en un lugar situado entre "Indiana jones" y los "Looney Tunes," con el tono exacto que Spielberg necesitaba para dar forma a tan esperado proyecto. En definitiva, una clase magistral de como concebir y dirigir una escena de acción.

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11. LE QUATTRO VOLTE - Plano Secuencia

Un remoto pueblecito italiano "perdido" en algún lugar de la montaña de la región de Calabria: Un viejo pastor enfermo guía con fatiga su rebaño de cabras. Un cabrito nace y da su primeros pasos en la vida. Un castaño es talado para celebrar las fiestas patronales del pueblo. La madera convertida en carbón y el carbón repartido en el pueblo. El tiempo fluye para 4 vidas incrustadas una dentro de la otra. El ser humano como mineral, el ser humano como vegetal, el ser humano como animal, en definitiva, el ser humano como ser humano. Hablamos de "Le quattro volte" de Michelangelo Frammartino, o, lo que es lo mismo, la verdadera revelación, y, por consenso absoluto de la crítica internacional, el mayor descubrimiento del Festival de Cannes 2010 que gracias al Premio Europa Label hemnos podido disfrutar durante este año en nuestras salas. A medio camino entre ficción y realidad, despojada de todo recurso enfático o sentimental, y, sobre todo, dotada de la más absoluta naturalidad, la ópera prima del italiano Michelangelo Frammartino prescinde de las palabras, prescinde de los diálogos, y nos regala un sentido y particular canto a la vida en forma de bello poema visual (y natural) de 90 minutos de duración, que, entre otros muchos alicientes, tiene el de asistir en el que es, y será, sin duda, uno de los mejores planos secuencia de los últimos tiempos. Situada en un cruce de caminos, en lo alto de la entrada del pueblo, la cámara gira apoyada en una grúa y filma una memorable escena que se vale únicamente de un perro, una camioneta y una procesión regida por "romanos" para transmitirnos toda la esencia cómico-dramática de un film que resume a la perfección el monumental plano secuencia de Frammartino.


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