Revista Cine

15 nuevos golpes para "Los 400 Golpes"

Publicado el 06 julio 2012 por Fimin

06 de Julio del 2012 | etiquetas: Nouvelle Vague, Infancia y Adolescencia, Manel Carrasco Twittear 15-nuevos-golpes-para-los-400-golpes

El cine es una curiosa actividad con dos caras: Una se desarrolla colectivamente en una sala a oscuras y frente a una pantalla bañada de luz. La otra es menos conocida pero igual de apasionante: se sitúa en los sets de rodaje, en los intestinos de la industria del cine. Toda película tiene un mundo a su alrededor que sólo intuimos en el metraje y que puede ser divertido o trágico, interesante o esperpéntico. Empezamos una sección para descubrir aquellos datos y curiosidades que han determinado algunos de los grandes títulos del séptimo arte. Y para abrir la veda, Los 400 golpes (François Truffaut, 1960).

Aquí tocaría hablar un poco de su argumento, decir que es la historia de Antoine Doinel, un chaval en el París de finales de los 50. Comentaríamos que su rutina transcurre entre una escuela que aborrece y unos padres tirando a negligentes. Añadiríamos también que Antoine es un crío inquieto, especialista en meterse en líos y en recibir collejas de todos los mayores que se consideran en posesión de la razón. Podríamos decir todo esto pero… ¿Hace falta? Es Los 400 golpes, un título con solera, un Clásico con la C mayúscula y bien grande. Traspasó todas las fronteras, popularizó la Nouvelle Vague, inventó a Antoine, antihéroe del cine francés, y supuso el pistoletazo de salida de la carrera de François Truffaut.Claro que todo eso ya lo sabemos, pero nos gusta volver sobre ello. Las grandes películas clásicas son como los viejos amigos: Los conoces a fondo, admiras sus virtudes y aguantas sus neuras, pero siempre que quieres salir a tomar una caña son los primeros a los que recurres. Pero, ¿de dónde sale Los 400 golpes? ¿Es cierto que es tan autobiográfica?.

1. Los padres terribles: Los progenitores de Truffaut lo hacían dormir en el pasillo, se peleaban constantemente con él y lo dejaban tirado los fines de semana para irse al campo. Con estos antecedentes,no es de extrañar que los de Antoine salgan tan mal parados.

2. Papá Doinel: En una escena de la película, la madre de Antoine alaba a su marido por haber reconocido al pequeño pese a no ser su hijo. A Truffaut le pasó lo mismo con su padre. Pese a adoptar el apellido de su padrastro, tardó 36 años en descubrir que era hijo de un joyero judío de Bayona.

3. El verdadero mentor: Los 400 golpes está dedicada a André Bazin, que murió el mismo día en que empezaba el rodaje. Bazin sacó del arroyo al joven Truffaut y, éste sí, fue un auténtico padre para él.

4. El amigo inseparable: René Bigey, el compañero de travesuras de Antoine, está basado en Robert Lachenay, asistente de Truffaut en el rodaje y uno de sus más viejos e íntimos amigos.

5. Los suegros: François Tuffaut estaba casado con Madeleine Morgenstern, la hija de un importante productor y distribuidor. Gracias a su aval económico, Truffaut pudo fundar Les films du Carrosse, la productora con la que levantó Los 400 golpes y sus películas posteriores.

6. Travesuras: La mentira de Antoine a su profesor es real, pertenece a la infancia del propio Truffaut. También lo es la mala pasada de sus padres, que lo encerraron en un reformatorio. Otras trastadas que aparecen en la película pertenecen a las experiencias de su amigo Lachenay y a las del propio Léaud.

7. Elegí un mal día para dejar de fumar: El equipo de rodaje sufrió de todo: La muerte de Bazin, que cayó como una losa; las corrientes de aire en el piso de los Doinel, que los dejaban hechos polvo; Albert Rémy (el padre de Antoine) con dolores de espalda… Al pobre Truffaut le crecían los enanos, y encima sufría una ansiedad terrible pensando que no estaría a la altura…

8. Lío en el rodaje: La misma policía que fastidia al pobre Antoine acabó parando el rodaje. Durante la escena en que los niños hacen gimnasio por la calle, el dueño de un bar acusó a Jean-Pierre Léaud de haberlo insultado y robado. Las fuerzas del orden acabaron interviniendo y suspendieron la sesión por alteración del orden público.

9. Antoine en peligro: Jean-Pierre Léaud se hirió en una mano trabajando en las escenas de la copistería, pero ese no fue el susto más grave. Mientras rodaban la célebre escena del incendio de la foto de Balzac, el pequeño estuvo a punto de morir intoxicado. ¿Os fijáis en las entradas que tiene Truffaut en la cabeza? No me extrañaría que perdiese el pelo esos días.

10. El cásting de Antoine:El equipo de rodaje hizo cástings,puso un anuncio en France-Soir, entrevistó a 60 niños… Entre ellos estaba Jean-Pierre Léaud, hijo de un asistente de rodaje. La sintonía entre ambos fue inmediata, y las sesiones de trabajo antes del rodaje confirmaron a Truffaut que el chico era una mina, pero la cosa no acabó aquí…

11. La entrevista con la psicóloga: Antoine tiene una escena en el correccional con una psicóloga que es digna de ser enmarcada. Sobre el guión, la entrevista daba muchos problemas a Truffaut, que no sabía cómo encararla. La solución se la dio el propio Léaud: La escena que vemos pertenece al cásting del chico, realizado meses antes del rodaje. Truffaut, que era quien hacía las preguntas, sólo tuvo que sustituir su voz por la de la psicóloga y asunto arreglado. El inserto queda como un guante en la película, y da muestras del talentazo de Léaud.

12. La clase: Truffaut aprovechó a fondo el trabajo de cásting. Todos los niños que competían por el papel de Antoine fueron repescados para interpretar a los compañeros del protagonista.

13. La reacción familiar: Los padres de Truffaut montaron en cólera al ver la película, y éste les contestó en el mismo tono, renegando de ellos. Tuvieron que pasar años antes de que se volvieran a hablar. Ay, la familia…

14. El título: Ni 200 ni 500, tenían que ser 400 golpes. Hay dos lecturas sobre el porqué del título. Por un lado, la expresión francesa “faire les quatre cents coups”, que se podría traducir por “hacer mil travesuras”. La otra posibilidad, mucho más cruda, se refiere a la cantidad de palos que Antoine recibe en la película, unos físicos y otros emocionales.

15. Cameos: Hay varios, y dibujan un retrato bastante preciso del entorno del realizador. Jacques Demy, director de reconocido prestigio, interpreta a un policía. Jeanne Moreau, una de las musas de Truffaut, interpreta a la mujer que ha perdido el perro. Jean-Claude Brialy, actor y director ligado a la Nouvelle Vague, es el hombre que busca al animal. El propio Truffaut aparece en el parque de atracciones, primero subido a la rueda de viento y luego fumando en la salida.

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