Santuario de Los Milagros (Caión, A Coruña)
La principal virgen de esta localidad, la Virgen de los Milagros, está normalmente situada en la iglesia parroquial, pero en la romería de los Milagros, la virgen permanece una semana en el santuario. Cada 8 de Septiembre se celebra la famosa romería de los Milagros. El domingo anterior al 8 de septiembre, la imagen de la Virgen se traslada en peregrinaje desde la iglesia parroquial hasta la Iglesia de los Milagros, acompañada de una multitud de gente. A partir de la tradicional subida de la Virgen hasta el domingo siguiente. Una arraigada costumbre de aquellos devotos que acuden a visitar a la Virgen es la de tocarla o colocarle billetes en el manto para que se les cumplan las ofrendas. También es característico ver a los peregrinos acercarse a la Fuente Santa, que la creencia popular le atribuye propiedades curativas y milagrosas. Junto a los ritos de carácter católico se llevan a veces otros relacionados con creencias populares, como dar un determinado número de vueltas alrededor de la ermita con el fin de librarse del meigallo. Según algún testimonio, algunos devotos hacían el camino hacia el santuario de rodillas, descalzos… e incluso algunos rodeaban la capilla mientras rezaban el rosario, además de que, al final de todo el ritual religioso, mucha gente disfrutaba de una jornada campestre en los campos y praderas que se sitúan alrededor del santuario.
Santuario de Santa María La Real (O Cebreiro, Lugo)
El santuario de Santa María La Real de O Cebreiro es uno de los santuarios más antiguos de Galicia, y el más antiguo del Camino de Santiago que se conserva entero, y es puerta de entrada natural para los peregrinos que van a Compostela; además es un lugar de culto, religión y tradición al que llegan en el mes de septiembre unas treinta mil personas que recuerdan cada año el Milagro de O Cebreiro. Es la segunda iglesia más visitada de Galicia, después de la Catedral de Santiago. En septiembre (sobre todo el 8 y el 9, por ser la fiesta del Santo Milagro y de la Virgen), llegan al Santuario miles de personas para ver a la Virgen siendo una de las romerías más concurridas de toda Galicia y aunque son pocos los elegidos para entrar en el Santuario por que no caben muchos, si son muchos los fieles que se acercan a oír una de las misas ya que los romeros se acercan con el fin de cumplir una promesa al estar ofrecidos por alguien cercano. Se cree que los primeros monjes (de la orden benedictina), llegaron sobre el año 1000. Santa María, una talla del siglo XII es quien recibe muchas de las oraciones o el Cáliz románico donado por Isabel y Fernando el Católico en 1486. Algunos autores afirman que este cáliz se encuentra presente en el escudo de Galicia y otros dicen que este cáliz sería el Santo Grial. En este santuario, ocurrió el llamado Santo Milagro en el año 1300.
Santo Milagro del año 1300
Se cuenta que a principios del siglo XIV, vivía un señor del pueblo cercano de Barxamaior, que nunca faltaba a las misas de la iglesia de O Cebreiro. Un día, para llegar a misa, tuvo que soportar un clima muy duro, de vientos, nieve y tempestades. Llegó a la iglesia en el momento de la consagración, que oficiaba uno de los capellanes, que lo miró con cara de desprecio, pensando cómo venía este señor, con el tiempo que hacía y cansado, únicamente a catar un poco de pan y vino. Entonces, el Señor convirtió la hostia en carne y el vino en sangre, criticando la actitud del clérigo y premiando la devoción del vecino. La leyenda acaba diciendo que la virgen de O Cebreiro inclinó la cabeza en el momento del milagro, para observarlo mejor.
Santuario de Nosa Señora do Corpiño (Santa Baia de Losón, Lalín, Pontevedra)
Situado en el centro de Galicia. El actual edificio fue construido gracias a la aportación económica realizada por los vecinos a lo largo de muchos años. Se dice que la figura pétrea de la Santísima Virgen que preside su fachada es lo único que se conserva del viejo edificio, y como cuenta la tradición local, esta imagen fue pagada por la “Señora de Abraldes”, una dama de la hidalguía local con gran devoción a la Virgen, en el siglo XVIII, que también contribuyó enormemente a la transformación de la vieja capilla en el santuario que es hoy. Las obras en este santuario se acabarían en 1913. Su privilegiada situación hace que este santuario tenga una larga tradición de devoción. Los caminos que había por la zona, estaban mal conservados, por lo que los devotos tenían que recorrer un verdadero “camino penitencial”. Este lugar pudo ser un lugar de culto muy antiguo, pues existen una gran cantidad de castros próximos (hasta 9), varios campos de “mámoas” (como el de Oirós, uno de los más extensos de Galicia), y algún petroglifo. Sobre la antigüedad de este lugar, no hay nada claro. No hay pruebas documentales más antiguas del siglo XVII, aunque algún autor dice que “ya suena como antiguo en documentos anteriores al siglo XIII”, pero no sabemos a qué documentos se refería este autor. Otros autores dicen que es anterior a 1650. La tradición también quiere explicar los orígenes del santuario, y nos ha llegado con ligeras variantes, pero todas las versiones coinciden en lo esencial. La tradición dice que hace mucho tiempo, vivía en un lugar del Monte do Carrio un piadoso ermitaño, que se preocupaba de fomentar el culto a la Virgen entre la gente del entorno, rezar y perdonar los pecados. La gente lo buscaba para consuelo y alivio para sus males. Cuando murió, sus paisanos decidieron conservar su cuerpo incorrupto en aquel mismo lugar, que poco a poco, se fue convirtiendo en un centro de peregrinación. Pero cuando llegaron los moros, decidieron esconder el cuerpo santo para evitar su profanación, y lo hicieron en una especie de cueva o construcción en ruinas que había en el lugar que hoy ocupa el santuario. Muchos años más tarde, se repueblan lentamente estas tierras, pero ya nadie se acuerda de ese santo “corpiño”, cuya capilla se derrumbó y estaba cubierta por la maleza. El milagro estaría en descubrir este santuario.
El relato de las apariciones
Dos pastores jóvenes estaban vigilando el ganado en el monte que ocupa hoy el santuario, cuando se desencadenó una gran tormenta, y se refugiaron en el interior de unas ruinas. De repente, se vieron envueltos en una misteriosa claridad, y pudieron distinguir la figura de la Virgen, con el Niño Jesús en su brazo izquierdo y con un ramillete de flores en su mano derecha. Los pequeños se quedaron absortos y contaron lo sucedido a sus padres, pero no se creyeron su relato, hasta que las apariciones se repitieron, y todo el pueblo pudo comprobar que en aquella claridad, en la que aparecía la imagen de la Virgen, había una vieja sepultura, donde descubrieron el “corpiño” incorrupto del santo ermitaño. Pero ¿de quien era “O Corpiño”? Si se conoce la historia y tradición locales, se puede llegar a pensar que “O Corpiño” pertenece al anacoreta Adrián, que según cuenta la leyenda, era uno de los muchos anacoretas que vivían hace mucho tiempo en la montaña, pero este destacaba por su sabiduría y santidad. Se dedicaba a la oración y la penitencia, sólo se alimentaba de la leche de una cabra y de la limosna de la gente que acudía a él en busca de consejo. Se supone que los vecinos le hicieron una capilla como tributo a este anacoreta, al que consideraban como un santo. Esta teoría también se apoya en la existencia en el pasado de una ermita dedicada a San Adrián, con fuente santa y romería anual, que a pesar de que se derrumbó, y la imagen fue trasladada a la cercana iglesia de Bermés, los vecinos siguieron acudiendo al lugar en procesión con la imagen del santo, y las madres de niños con problemas de motricidad seguían acudiendo a la fuente, para dejar allí unas monedas y el exvoto de una prenda del pequeño. Sea como fuere, lo que es cierto es que el nombre de Adrián quedó grabado en la memoria colectiva de los pueblos cercanos, y hay incluso constancia documental de la existencia en la zona de un Monasterio de San Andrés do Carrio, aunque no se precisa su ubicación exacta. De todas maneras, “O Corpiño” también podría ser cualquiera de los demás anacoretas que predicaban en la zona en la misma época. Vicente Risco, en un estudio etnográfico recogido dentro de la “Historia de Galicia” de Otero Pedrayo, sitúa la leyenda en el mismo solar del santuario la ermita del santo ermitaño, afirma que su cuerpo empezó a ser venerado tras su muerte, a mediados del siglo VIII, y habla de su extravío durante la invasión árabe, que a diferencia de la leyenda, tiene en cuenta que los moros ya llegaron a Galicia en el primer tercio de ese siglo. Termina diciendo que las apariciones y la recuperación del “corpiño” se produjeron en un mes de junio de mediados del siglo XII.
Males que se combaten: “As doenzas do espíritu” (Las dolencias del espíritu)
La taumaturgia de O Corpiño se dirige especialmente a las personas aquejadas de dolencias que tienen que ver con la salud mental: “A gota” (diversas formas de epilepsia), “O meigallo” (embrujamiento), “Mal de ollo” (mal de ojo), “Mal dos nervos” (depresión), “Ramo cativo” o “endiañamento” (la posesión diabólica, o de espíritus malignos), etc. Por este último motivo, el actual párroco del santuario, el padre José Donsión, es uno de los pocos sacerdotes privilegiados que cuentan con autorización del Vaticano para poder realizar exorcismos (por regla general, a los sacerdotes se les prohíbe realizar exorcismos). Este párroco lucha contra los espíritus diabólicos, sino también contra los espíritus de los muertos que se instalan en cuerpos de personas vivas y viven atormentadas bajo el dominio de estos espíritus. En Galicia, este privilegio únicamente lo comparte con el párroco del Santuario de San Campio (Outes, Pontevedra), José Luis Portela, y forman parte de los 9 sacerdotes autorizados para practicar exorcismos en España. Pero no son sólo este tipo de enfermedades las que se combaten en este santuario. Son muy numerosos los pacientes que llegan al santuario aquejados de problemas relacionados con la movilidad de las extremidades, que casi siempre se deben a lo que en Medicina se conoce como “parálisis histérica”, o los que vienen pidiendo favores de tipo económico, crisis familiares, etc. Durante la guerra de África y la guerra civil, se hizo habitual entre los movilizados pedir la ayuda de Nosa Señora do Corpiño para regresar a casa con vida, con constantes novenas y ofrendas de los familiares durante su ausencia.
El ceremonial de la fe
Se dice que la fe necesita a menudo un soporte, un vehículo de expresión que la haga patente, que haga que se manifieste, y esto explica el comienzo de los ritos, que acaban por configurar lo que conocemos como liturgia, en el significado más extenso de la palabra. El ritual seguido por los devotos de O Corpiño, por lo general, es muy similar al que se realiza en otros centros de peregrinación (contacto físico con las imágenes, exvotos, imposición de estampas, medallas y escapularios, abluciones, etc.), pero tiene peculiaridades que hay que señalar, y que podemos dividir en dos grupos: las que se realizan durante el camino o fuera del templo, y las que se llevan a cabo en el interior del mismo o ritual de la ofrenda.
Los ritos del camino
En el pasado, la falta de medios de comunicación y el mal estado de los caminos obligaba a los romeros de O Corpiño a iniciar el viaje varios días antes de la fiesta grande de junio. Algunos de los “ofrecidos” hacían una visita previa al Santuario de Nosa Señora dos Desamparados (con fiesta el 1 de mayo), fundado en el siglo XVIII en la parroquia de Abades (Silleda) por un sacerdote de origen valenciano, y también eran muchos los que hacían de rodillas el último tramo del camino hacia el Santuario do Corpiño, casi un kilómetro, una manifestación penitencial que todavía existe hoy, aunque en un tramo mucho más corto. Otra práctica frecuente entre los peregrinos es la de dar nueve vueltas al santuario también de rodillas. También es habitual entre ellos acercarse hasta la ermita de Nosa Señora de Montouto, para rezar allí el rosario dando nueve vueltas a la ermita y, también, beber, lavarse y coger el agua de la fuente que brota bajo sus muros, a la que se le atribuye propiedades curativas contra las verrugas.
El ritual de la ofrenda
El desarrollo de la ofrenda de los fieles dentro del santuario sigue las pautas que marca la liturgia de la Iglesia: Santa Misa, Penitencia, Comunión…, junto con las oraciones propias de la tradición mariana. Pero la tradición también ha fijado ritos para los “ofrecidos”, centrados en el rociado con agua bendita, imposición de los Evangelios y sobre todo, la veneración y contacto con la Reliquia. Es creencia heredada del pasado que esta última es un trozo del velo de la Virgen María, traído de Roma en el siglo XIX, y hay que señalar que el relicario fue la única pieza de valor respetada por la banda de ladrones que el 1 de mayo de 1837 desvalijaron el tesoro del santuario, supuestamente con el fin de contribuir a la causa carlista (aunque este relicario que se salvó del robo de 1837, no se libró de un robo realizado no hace mucho tiempo). Otras formas de solicitar o agradecer los favores de la Virgen son la adquisición de medallas, rosarios y escapularios, la ofrenda de misas y de velas y la entrega de joyas para la imagen mariana, de donativos para el culto, o de ex-votos de todo tipo. La procesión en torno al santuario, sobre todo en los días especiales, resume y pone punto final a la fiesta religiosa. En la actualidad es más sencilla, pero los mayores del lugar recuerdan el esplendor de la romería, por el número de imágenes procesionales, el colorido de pendones y estandartes, y la vistosidad de los distintivos que mostraban los miembros de las cofradías y asociaciones parroquiales. Las fiestas grandes del santuario se celebran el 23 y 24 de junio, pero también son importantes las del 1 de mayo y la del 25 de marzo popularmente conocida como “2º Corpiño de Invierno”.
Santuario da Virxe da Barca (Muxía, A Coruña)
Es uno de los santuarios más antiguos de Galicia y a él acuden una gran cantidad de romeros. La tradición cuenta que cuando Santiago Apóstol predicaba por Fisterra sufriendo penalidades se le apareció la Virgen en una barca de piedra guiada por ángeles. Como testimonio de esta aparición está la barca conocida como “Pedra de Abalar”, que decían que se movía cuando quería (pues ahora, desde que le cayó un rayo encima, ya no se mueve), y su movimiento predice alguna desgracia o tiene capacidades adivinatorias, y la vela conocida como “Pedra dos Cadrís”, que cura de enfermedades de riñón, de espalda y de cabeza, a todo aquel que pase debajo de ella nueve veces. También está la “piedra del timón” llamada así por su similitud con el timón de un barco, y la “piedra de los enamorados”, donde las parejas se juran amor eterno.
Ermita de Santa María de La Lanzada (Sanxenxo, Pontevedra)
Esta ermita está ligada a una antigua tradición asociada a la fecundidad. Cuenta la tradición que al amanecer las mujeres casadas que quieran quedarse embarazadas y las solteras que quieren marido, se metan en el agua y pasen sobre ellas nueve olas, para que de esa forma se les cumpla su petición. El baño solo tendrá efecto si el sol aún no aparece por el horizonte y la luna debe de estar en creciente o llena, momentos en que las mareas son más fuertes.
Santuario de Santa María de Pastoriza (Arteixo, A Coruña)
El origen del santuario y de la devoción a la Virgen de Pastoriza está envuelto en infinidad de leyendas y antiguas tradiciones. Las más remotas se refieren a la conversión del rey suevo Reckiario en el año 448, que mandaría edificar un pequeño templo, que fue destruido por los normandos en el siglo X, pero la imagen de la Virgen se salvó escondida debajo de unas piedras. También se dañó la imagen durante la invasión de A Coruña por parte de los ingleses comandados por Drake. Encontrada por una niña que apacentaba el ganado en el monte de la Cruz, se renovó el culto con gran devoción hasta nuestros días. Estas y otras tradiciones están recogidas en un libro, «La Leyenda de Pastoriza», escrito por Emilia Pardo Bazán en 1887. Desde el santuario se va al monte de la Cruz en el que se ve donde, según la tradición, estuvo escondida la imagen, un conjunto megalítico llamado Berce da Virxe. Los romeros dan tres vueltas a las piedras, pasan por debajo de ellas y besan la imagen santa. En este monte de la Cruz, también hay restos de un castro y piedras con formas raras como la llamada Silla do Rei, donde, según dice la leyenda, el rey suevo Reckiario contemplaba su ciudad de Suevos.
Santuario de Nuestra Señora de Los Milagros (Baños de Molgas, Ourense)
Los primeros indicios de un culto a la Virgen en este lugar los encontramos a partir de la cristianización primitiva. A partir de los siglos XVI y XVII crece la devoción. Hasta principios del siglo XVIII, se la conoce como Nosa Señora do Medo. Luego se bautiza como Nuestra Señora de los Milagros. Es uno de los santuarios más populares de la provincia de Ourense. En el pasado, los devotos iban de rodillas desde aldeas vecinas hasta este santuario, para que la Virgen les concediese sus peticiones.
Santuario de Nosa Señora das Ermidas (O Bolo, Ourense)
En la localidad de O Bolo, se encuentra el Santuario da Nosa Señora das Ermidas. Un manuscrito, nos narra lo que dice la leyenda sobre la aparición de la imagen, haciendo referencia al inicio de la vida religiosa en la zona, alrededor del siglo VII, probablemente de la mano de San Fructuoso. En el lugar siete ermitaños habitaron siete cuevas, cada una con una advocación (San Salvador, San Roque, San Vicente, San Mauro, Santa Sabina, San Juan de Sebane y Santa Egipciaza). Tras la invasión musulmana, se convertirí¬a en un lugar cubierto de matorrales siendo allí¬ donde unos pastores alentados por los extraños bramidos que hací¬a el ganado al pasar por allí, encontraron en una cueva la imagen de Marí¬a con el Niño en brazos, se da la noticia y empieza el fervor por este lugar. De ahí surgió la necesidad de construirle una capilla en el lugar del hallazgo, y con frecuencia, la imagen era trasladada de un pueblo a otro. En el año 1.624 el obispo de Astorga, D. Alonso Mexía de Tovar, en visita pastoral por estas tierras, llegó a San Miguel de Vidueira, cayó gravamente enfermo y se temió por su vida, por lo que creyó que estaba a punto de morir e invocó a Nosa Señora das Ermidas. Tuvo una visión de la Virgen, quien le impuso la mano sobre la frente y en el instante le curó. Cuando llegó a As Ermidas reconoció que era aquella figura de la Virgen la que se le habí¬a aparecido. El obispo agradecido mandó construir en su honor una iglesia bien grande, digna de su categoría. Posteriormente, por sucesivas ampliaciones, se convertiría en el santuario que es actualmente.
Santuario de las apariciones (Pontevedra)
Situado en el casco histórico de Pontevedra. Este santuario es muy visitado especialmente por los devotos de Fátima, ya que este santuario está muy relacionado con las apariciones de Fátima. Tras las apariciones de Fátima de 1917, la muerte de los dos videntes más pequeños, obliga a la única vidente que quedaba viva, a ingresar en diferentes conventos y santuarios en Galicia y Portugal. En la segunda planta de este santuario, estaba su celda, donde tuvo lugar una presunta aparición en 1925.
Santa Marta de Ribarterme (As Neves, Pontevedra)
En esta parroquia se hace una de las romerías más antiguas de Galicia, y una de las más destacadas a nivel internacional (para The Guardian, es la segunda fiesta más singular del mundo, World Travel Guide la considera una fiesta única, Lonely Planet la considera una fiesta imprescindible del mes de julio a nivel mundial, en el año 2006, en una entrevista a un miembro de la televisión pública de Corea del Sur, que realizaba un programa sobre fiestas del mundo, afirmaba que en España hacían mención a tres fiestas: los Sanfermines de Pamplona, la Tomatina de Buñol, y la romería de Santa Marta de Ribaterme), en donde cada 29 de julio se celebra la procesión de los ataúdes, mezcla de ritualidad simbólica y religión, cada vez más visitada y conocida (vienen turistas, reporteros. La procesión la preside todos los años la imagen de Santa Marta. Se sabe que es una romería anterior a 1700. Esta romería cobra un carácter especial pues en ella se puede ver a algún penitente introducido en un ataúd solicitando la intervención de la santa con el fin de sanar una grave enfermedad o como muestra de agradecimiento por algún favor concedido. Pero el motivo principal es librarse de la muerte: si te metes en un féretro de vivo dando la vuelta al santuario, te libras por un tiempo de la muerte. Se trata, en definitiva, de un “clamor a la vida”. Se realiza un recorrido de hora y cuarto con los féretros abiertos y las imágenes de Santa Marta, San Benito y Nuestra Señora del Carmen.
Santuario Mariano da Escravitude (A Escravitude, Padrón, A Coruña)
Lugar de imprescindible visita para los peregrinos que realizan el Camino portugués. La historia del lugar se apoya en dos hechos fundamentales que la tradición nos transmitió. El primero ocurrió en 1582, cuando se realizó una imagen pétrea de Nuestra Señora con el Niño, que fue instalada sobre la fuente. Fue en señal de agradecimiento del párroco de Cruces, al que la Virgen protegió cuando estuvo a punto de morir aplastado por un árbol. El segundo hecho tuvo lugar en 1732, cuando un paisano enfermo que se dirigía con su familia hacia Santiago, se detuvo en la fuente a beber y orar ante la Virgen y lo curó. Después de curarlo, exclamó: “Gracias, Virxe, que me libraches da escravitude do meu mal”. A partir de aquí, se multiplicaron los devotos y romeros, que acudían a pedir por sus dolencias y a hacer donaciones.
Santuario de la ermita de Chamorro o Capilla de la Virgen del Nordés (San Salvador, Serantes, Ferrol, A Coruña)
La ermita cristianiza un emplazamiento de antiguos cultos paganos. El muro sur de la cabecera conserva una inscripción que permite datarla en el primer tercio del XVI. Se realizaron obras posteriores en el XVII. Hay una leyenda asociada a la Virgen de Chamorro o Nuestra Señora del Nordés. Un día un pescador, con el bote a punto de hundirse bajo el mar embravecido, implora ayuda a la Virgen del Nordés y angustiado, exclama: “Xa morro” (ya muero). La Virgen lo salva y desde entonces se denomina al lugar, la ermita de Chamorro. En 1666, recién formada la Cofradía de la Virgen de Chamorro se organiza la romería para difundir la devoción. Esta romería, se celebra el lunes de Pascua y es considerado día festivo en Ferrol. Los fieles ascienden a la ermita a pie o de rodillas, e incluso descalzos, por la falda del monte hasta llegar a la ermita donde, después de oír misa, presentar los exvotos de cera a la Virgen y dar una vuelta a la ermita con la Virgen, realizan una jornada campestre en las inmediaciones del Santuario.
Conclusiones
Podemos sacar muchas conclusiones de este análisis a santuarios gallegos:
-Que hay una gran cantidad de mitos, leyendas e historias, de mayor o menor fiabilidad histórica o de mayor o menor aporte literario, que justifican la existencia de los santuarios, unos más elaborados que otros.
-Que existen gran cantidad de santuarios de Galicia, que son templos católicos que quedaron por encima de lugares de culto de épocas anteriores, es decir, que eran lugares de culto en épocas precedentes, y que posteriormente la Iglesia Católica se apropió de ellos, adaptando las leyendas y ritos que había sobre estos lugares de culto al dogma católico, esto lo hicieron por motivos estratégico-políticos en los lugares donde no pudieron eliminar el culto anterior, pues la intención o pretensión inicial de la Iglesia Católica a principios de la Edad Media era la de eliminar todo culto anterior y que el rito católico monopolizara el culto de los habitantes de Europa Occidental. Este último objetivo se consiguió, pero no pudieron eliminar todo el culto anterior, por lo que transforman el culto anterior y lo adaptan al rito católico, tratando de ocultar el origen pagano de estos cultos.
-Que los santuarios suelen tener objetos de diferente tipo que actúan como representaciones de las divinidades o figuras de culto, y otros que hacen de ofrendas tanto de origen religioso como pagano.
-Que existen una gran variedad de ritos, algunos únicos, y otros que se repiten en numerosos lugares, como el de dar la vuelta al santuario con la imagen de culto, típico de las romerías que se celebran alrededor de los edificios religiosos existentes en el rural gallego, especialmente las iglesias titulares de las parroquias rurales.
-Que existen una gran variedad de motivos por los que la gente acude a los santuarios: para curar enfermedades, proteger posesiones y propiedades, proteger a los seres queridos, tener descendencia, encontrar pareja, limpiar los pecados, desear suerte, etc.
-Que suelen estar acompañadas de una comida familiar, en casa o al aire libre, y también con música, ya sea una verbena situada en un lugar concurrido, o simplemente, música en casa, para bailar.
Simón de Eiré