Este post, para el que he contado con unos colaboradores de lujo, da pistoletazo de salida al Reto Stress Less. Nos acercamos a las Navidades, esa época mágica en la que cualquier persona tiene el potencial de convertirse en una bomba de relojería. Bromas aparte, el estrés no es algo que existe únicamente en una época del año. Pero si he decidido lanzar este reto ahora es porque, si durante el resto del año no tenemos muy controlado lo de reducirlo cuando conviene, saber gestionarlo y aprender a convivir con él de la mejor manera, en este mes de calles iluminadas, colas kilométricas en los puestos de lotería de la Puerta del Sol y de compartir mesa con ese cuñado al que no te apetece ni olerle la colonia, es muy posible que el gordo que te toque no sea precisamente el que cantan los niños por la televisión.
Como durante los próximos 10 días vas a leerme a diario, si te apuntas al reto, no voy a ser yo quien te vaya dar ningún consejo hoy. Te he traído a 8 profesionales de distintos ámbitos, cuyo trabajo admiro, que tienen cosas muy interesantes que contarte. Les he pedido que compartan con nosotros cuáles son sus mayores fuentes de estrés durante las fiestas navideñas y sus 2 mejores consejos para reducir el estrés. Estoy segura de que te van a encantar sus respuestas.
¡Allá vamos!
María Mikhailova
Coach estratégica, mentora, escritora y formadora del crecimiento personal y desarrollo del talento. Autora de varios cursos y programas de coaching. Mi misión es ayudarte a amarte y aceptarte, descubrir tu propósito, reinventarte a partir de tus talentos y tu pasión y conseguir el estilo de vida que sueñas.
“Para mí una de las mayores fuentes de estrés navideño es salir a hacer las compras. Soy una persona que valora la paz y tranquilidad (vivo fuera de la ciudad y tengo un prado con vacas pastando a 300 metros de casa). Y al salir a comprar al centro de la ciudad o a los grandes almacenes, parece que no paran de bombardearte con ofertas, promociones, publicidad, luces… hay muchísima más gente que de costumbre, todos van con prisas y se respira un ambiente bastante cargado.
Aunque la Navidad me encanta porque es una época muy especial, también me resulta a veces agobiante por los numerosos compromisos familiares. Te toca ver a personas a las que llevas siglos sin ver y aparentar que todo va bien, cuando a lo mejor no tienes nada en común con ellos o estás pasando por un momento difícil en tu vida pero no te sientes cómodo para compartirlo con esas personas. Para reducir el estrés en estas fechas, te recomiendo cambiar de actitud. ¿Para qué gastas tanto, compras tantos regalos, preparas comidas espectaculares? ¿Es esto lo que quieres hacer de verdad o estás siguiendo un patrón automático? Date tiempo para reflexionar acerca de lo que quieres conseguir en estas fechas. ¿Buscas aceptación, reconocimiento, aprobación, temes que te rechacen o critiquen si no sigues la tradición establecida? A mí me regalan muchas cosas que luego dono o simplemente acumulo en un cajón porque no son objetos que necesito. ¿Y si regalas algo hecho por ti desde el corazón? ¿Y si por ejemplo regalas tu tiempo a tus hijos o tu pareja, o regalas experiencias, viajes, juegos…? ¿Y si no regalas nada ni haces una cena espectacular pero pasas un tiempo de calidad con tus seres queridos, conversando y analizando cómo os ha ido este año y lo que vais a planificar en el próximo? En cuanto a los compromisos familiares y conversaciones acerca de política o religión en la mesa de celebración, puedes tomar la postura del observador. Y sobre todo tomar este escenario como tu campo de aprendizaje personal: ¿qué me está diciendo esta situación?, ¿exactamente qué me molesta?, ¿si me molesta esa persona o su opinión acerca de algo, qué me puede decir de mí misma? Normalmente nos molesta de los demás lo que reprimimos por dentro o lo que rechazamos de nosotros mismos. Si adoptas la postura de aprendiz, verás que la carga emocional y la identificación con el Ego se reduce y puedes ver esta situación como algo incluso divertido. Imagina a esas personas que te molestan con orejitas de Micky Mouse o con una bolita de payaso en la nariz. ¿A que ya no te resulta tan grave?– –
Juan Llorca
Chef de profesión, con más de 21 años metido en una cocina alrededor del mundo, amante de la nutrición infantil, vive por y para mejorar, enseñar y concienciar a las personas, la importancia de cuidar la alimentación desde los primeros años de vida. Actualmente es el responsable y Chef Ejecutivo de la alimentación, comedor escolar y cocina de Valencia Montessori School la primera escuela de España con un sello Slow Food, Chef Km0.
Juan Llorca, Kids Inspired Food
“El estrés y yo somos viejos conocidos, compañeros de vida, de enfados, de tristezas, inconformismo, rabia y a veces, impotencia. Mira que hay males en el mundo, ¿eh? mira que hay cosas que podemos hacer por nosotros mismos ¿verdad?, y mira que se sabe que el estrés juega un papel muy determinante en muchas vivencias y situaciones de la vida… pero aun así, a menudo, me gana y ganaba la batalla.
Puedo enumeraros muchos motivos que me causan estrés, un viaje muy largo, una discusión fuera de tono, los chillidos, el dormir poco, la desidia profesional… pero en Navidades por suerte muchos de ellos desaparecen, salvo uno muy concreto.
Deciros que me encanta la Navidad, es una época del año que disfruto mucho, de mi familia, amigos, de pasear, del frío, de los regalos, de los niños, quien volviera a ser niño en Navidad… por lo que por suerte para mi, casi mis niveles de estrés se reducen un poco… pero hay dos cosas que a mi, personalmente me sacan el lado más nervioso. Las comidas y el teléfono.
Esto de ser cocinero, en épocas como la Navidad, y si además tienes algo de tiempo libre, no se lo recomiendo a nadie, jeje. Si cobrara por cada vez que me piden consejo, asesoramiento, ideas, formas, sorpresas, menús, cenas, incluso que les cocine o ayude en la cocina, podría estar retirado ya…. pero no es el caso, y sin duda es algo que me genera mucho estrés.
Y no porque no me guste cocinar, o me moleste dar consejos, o por que no lo hago encantado, sino porque al final, como a todos, a menudo, también me gusta sentarme a la mesa y que me lo den todo hecho.
Pero sin duda, y esto ya es algo personal, es el teléfono. Quien me conoce bien sabrá que me gusta muy muy poco hablar por teléfono, si lo confieso, tengo un cierto odio y molestia a coger el teléfono, puedo mandar mensajes, audios, mails, pero coger una llamada? ufff lo llevo muy mal.
Quizás habré perdido oportunidades, sorpresas, enfados, alegrías, incluso trabajos por no coger la “esa llamada”, pero es superior a mi.
No penséis que soy algo raro, o que no me podéis llamar, si tengo que cogerlo lo hago, pero hay un tema muy interno, que quizás debería mirarme, que me impide hacerlo, pero yo lo tengo casi asumido, mis amigos no tanto…
No creo que sean los mejores, no creo que sean los más prácticos, ni los más eficaces, ni los tradicionales, y quizás uno de ellos ni te guste, pero estas son mis dos formas entre muchas otras, con las que mejor gestiono mi estrés en los momentos clave.
Durante muchos años el deporte es y será la mejor manera, eso sin duda. Mi práctica de años de Kung Fu me ayudaba y mucho, muchísimo, el jugar semi-profesional al baloncesto también, pero de unos años a esta parte, mucho trabajo, y unos pequeños imprevistos de salud y familiares en mi vida me hicieron abandonarlo por completo y mi cuerpo lo notó. Si os soy sincero, desde entonces mis niveles de estrés son mucho más altos y no molan nada. Así que por favor, haced deporte.
Pero actualmente he encontrado algo que me relaja, y me ayuda a calmar la mente. Y no es meditación, ni pasear con mi perro, ni la natación, uno de los ejercicios que más me han ayudado a hacerlo. Es el limpiar, tirar y ordenar.
Así es, cuando tengo momentos de estrés, de mucho trabajo, de estar como bloqueado, cuando llego a casa y tengo tanto trabajo que no sé por dónde empezar, cuando estaba en medio de un servicio en un restaurante de alto nivel, cuando llevaba la cocina de un francés, cuando hoy por hoy necesito un respiro… LIMPIO.
El limpiar, el ordenar mi casa, mi cocina, mi cartera, mi armario, la librería, las estanterías de las despensa, reorganizar mi escritorio en el ordenador, planchar, fregar… todo eso, me relaja…
Ya de joven trabajé en un restaurante, donde no teníamos lavavajillas y toooda la vajilla del local pasaba por la limpieza manual, y no veas las pilas de platos que se montaban, teníamos un cuartito solo para amontonarlos hasta que terminara el servicio y nos poníamos a fregarlos. Pues en ese local, cuando había un momento de mucho estrés, cuando cometía un error y algo se me pasaba de cocción, cuando algo me salía mal, ya entonces me ponía a fregar para relajarme, para olvidarme y para desestresar mi mente, y la verdad, no veas lo que mis compañeros me adoraban, salvo mi jefa, la dueña, que siempre me decía:
“Juan corazón, no te castigues limpiando todo eso, seguro que no volverá a pasar…” y quizás tenía razón, era medio castigo, medio mantra, pero a mí me ayudaba ya entonces y lo sigue haciendo ahora.
Cada vez que salgo de viaje, o voy a alguna ciudad por cualquier cosa, siempre dejo algo allí, tiro algo de ropa vieja, una pulsera rota, un calcetín, o una vieja cartera… y eso junto con un buen orden en mi cocina y una buena limpieza, es mi forma de ayudar a calmar mi mente y sentirme un poquito mejor.
Así que estas navidades preguntarme y os contestaré, pero no esperéis que os coja siempre el teléfono… eso si, os aseguro que limpiar, planchar y todos esos absurdos mitos de “mejor las mujeres” no tienen por qué gustaros a vosotras ni a vosotros, pero a mí me ayudan, a veces, a sentirme un poquito lejos de la realidad.
Felices Fiestas y por favor, haced caso a Edurne, que os aseguro que tendréis una vida mucho mejor.
Un abrazo a todos.
Ana Núñez Veiga
Técnico Superior en Dietética estudiando el grado de Nutrición, divulgando con mucha pasión a través de mi cuenta de Instagram y mi pequeño canal de YouTube sobre comer comida y cómo tener una buena relación con ella.
@nitanhealthynitanfit
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“Normalmente de las fiestas navideñas lo que más me estresaba era la incansable cadena de comidas familiares de miles de horas de duración con montones de comida hiperpalatable delante de mi cara. Sé que para muchas personas es una ocasión para disfrutar sin más porque no les importa engordar unos kilillos o porque controlan sin problema sus ingestas. Pero para alguien que ha padecido el síndrome del atracón como yo, es una tortura china con mayúsculas. Estrés, cabreo, frustración… con decirte que he pasado muchos días 31 de Diciembre sola en mi casa, te digo todo.
¡Estos dos consejos no van por orden de prioridad!- Ducha megacalentita y milenaria, mala para la circulación, buena para el alma jaja. Me relaja mucho, con un buen jabón que huela genial, a especias a poder ser!!
- Be paleo sin excusas !!! La vida paleo ha logrado que disfrute tanto de la comida real que ya no siento ganas de comer esos turrones, roscones, etc…de hecho me producen el efecto contrario. Como es muuuy paleo, si no hay buena comida disponible hago el ayuno del guerrero y me quedo tan ancha. Si hace frío, no importa, ¡eso estimula la grasa parda! Ser paleo es mi mejor consejo anti estrés porque ha traído mucha coherencia vital a mi persona, así que invito a todo el mundo a que lo pruebe, ¡con tus maravillosas recetas y consejos lo tienen muy fácil!
Paula Díaz
Coach personal, docente, escritora y oradora experta en Inteligencia Emocional, PNL e Hipnosis Ericksoniana. Me dedico a mi gran pasión, el coaching, ayudando a gente como tú a solucionar todos tus problemas y conseguir la vida que deseas. Con mi canal de Youtube y blog Paula Díaz Coaching acompaño diariamente a más de 10000 personas a lograr un bienestar increíble.
“Desde pequeñita me enamoran los días de navidad y más aún el día de año nuevo, 24 horas llenas de esperanza y compromiso con nuestro ser. Es cuando más creemos en nosotros y cuando de verdad somos fieles a nuestra persona haciéndonos la promesa interior de que este año sí conseguiremos aquello que tanto anhelamos. Cómo no amar estas fechas entonces, ¿verdad?.
– Pero siempre existe un “pero” y es cierto que durante estos días tan señalados, el estrés y la ansiedad aumenta o al menos es la época del año en la que más repleta tengo la agenda con sesiones de coaching. Probablemente esto se deba a que pensamos tanto en los nuestros durante estas fechas que dejamos a un ladito lo que necesitamos nosotros mismos o simplemente entramos en una vorágine repleta de emociones cargadas de “tienes, debes…”. Seguro que te sucederá como a mí, que esa comida o cena que tanto evitas a lo largo del año, en navidades es imposible pensar una excusa creíble para dejar de ver a los tuyos del círculo de “lejanos” . – Pocos somos los que ponemos en práctica trucos o ejercicios para evitar estresarnos con la entrada del nuevo año y lo que ello conlleva, nuevos retos y el haber cumplido al menos parte de nuestros propósitos del año que dejamos atrás. En mi caso, mi talón de Aquiles diría que es este último: el disfrutar la sensación de mirar hacia atrás para repasar cómo ha marchado el curso y sentir el avance conseguido, tanto en lo personal como en lo profesional. Si siento que mis propósitos están aún lejanos el agobio se convierte en mi mejor amigo estos días. A día de hoy es cierto que no me supone un problema porque como buena coach ya tengo todo bien trabajado. En esos momentos es cuando saco a la luz mi repertorio personal de trucos, incluso aprovecho a sacar el lado positivo del agobio o estrés como en cualquier situación retadora. Y eso me da la vida, un giro de 360 grados repleto de aprendizaje y avance siempre para mejor. – Estos dos consejos que te compartiré a continuación suelo ponerlos en práctica a lo largo de todo el año ya que son infalibles. Pero en navidades suponen el pack infalible para superar con éxito las situaciones estresantes a la que nos exponemos sí o sí, y sin olvidar siempre que con mucho amor. – Como buena creyente de la frase “somos lo que comemos” cuando siento que estoy estresada o me dispongo a vivir unos días que pueden hacerme sentir así busco consumir huevos y alimentos cargados de omega 3. Muy pocas personas conocen dicho hábito saludable pero confía en mí, te cambia la vida. Y es que resulta que un maravilloso día de invierno llegó a mí los resultados del estudio Cognitive Effects of Breakfast donde se confirmaba que el consumir huevos y omega 3 habitualmente ayudaba a reducir un 89% la ansiedad. Descubrí que los huevos están repletos de proteínas, vitaminas D y A, calcio y tiamina-riboflavina que nos ayudan a mejorar nuestro estado de ánimo. – Por otro lado, el consumir pescado azul y omega 3 facilita que los niveles de serotonina se mantengan equilibrados en nuestro interior manteniendo un estado de ánimo inmejorable. La alimentación durante estos días es uno de los hábitos que más tenemos que cuidar para no caer en el estrés o ansiedades innecesarias. – Mi segundo consejo sé que puede parecerte increíble pero te puedo asegurar que si lo llevas a la práctica te permite lograr el éxito a la hora de superar el estrés navideño: desconectar de la tecnología y trabajo. El 90% de las personas sufren de estrés debido a mantenerse conectados las principales 12 horas del día al smartphone y cualquier tipo de tecnología. El consejo que practico durante mis días de navidad es poner mi teléfono en silencio y bloquear todas las vías que me pueden producir estrés. De esta forma puedo vivir el momento con los míos y saber regalarles unas verdaderas navidades repletas de amor. – Como ves, suponen dos consejos súper sencillos a poner en práctica y confía en mí, ¡muy efectivos! Con ellos disfrutarás al máximo tus días navideños y todo lo que deseas –¿Quieres conocer cuáles son los mejores consejos para reducir el #estrés de estos 8 expertos?
Pedro Amador
Mentor de sueños y fundador de la Tecnología de la Felicidad, conocido por muchos por la metodología Autocoaching que aplica.
“¿Cuáles son tus mayores fuentes de estrés durante las fiestas navideñas?
Has realizado la pregunta en presente pero te tengo que responder en pasado. Antes era un problema el quedar bien con todo el mundo, mirar qué detalle podía tener con cada familiar, con cada amigo, con cada cliente. Mirar a qué cenas de Navidad no podía dejar de ir, mirar a quién no tenía que olvidar saludar por estas fechas, en definitiva, comprobar que no empezara el año con algo pendiente.
Eso era antes.
Después de varios episodios en mi vida, he podido ir desarrollando el desapego en todos los sentidos. Primero me desapegué de todo lo material, bueno de casi todo, porque reduje mi vida a dos maletas. Después aprendí a desapegarme del tiempo, ya no sabía cuándo era invierno y cuándo era verano, e incluso trabajando los domingos en Dubai como algo normal. Y sobre todo, cuando pasé también a desapegarme de lo emocional, aprendido a querer a mi hijo en la distancia, o quitando de mi mente la idea de poseer a una pareja… eso es reducir el stress… eso es zero stress.
Bueno, aquí te dejo dos consejos que a mí me han servido mucho. Primero, nadie debe darte consejos sobre tu propia vida, y si los escuchas, mira como de verdad los puedes interiorizar y aplicar. Segundo, no hay consejo que sirva si no estás dispuesto a deshacerte del mismo en el futuro. No hay reglas.
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Tania Sanz
Nutricionista, mexicana de nacimiento y fundadora del blog Habitualmente, un espacio que te ayuda a cambiar tus hábitos y a mejorar el diseño de tu rutina diaria de forma saludable, con estrategias fáciles basadas en evidencia científica.
– “La navidad es un época divertida y emotiva, sin embargo es cierto que también se trata de una época llena de estrés.En lo personal, la mayor fuente de estrés en la época navideña es lidiar con mis propias expectativas. Buscamos lograr tener “la mejor época del año”, y por consiguiente creamos más estrés y ansiedad entorno al festejo. Anhelamos que todos los invitados, familia, amigos se presenten; que la decoración en casa sea espectacular; deseamos que la cena sea perfecta, que la bebida alcance y, por supuesto, los regalos.
Para mantener la calma durante estas fechas y sobre todo para disfrutar sin perjudicar tu bienestar, aquí están 2 de mis mejores recomendaciones:
- Haz tiempo para hacer ejercicio
La Navidad es, para muchos, un tiempo de comer y beber excesivamente y el ejercicio puede ser fácilmente pasado por alto. Por eso, es importante que continúes con tu hábito de moverte. El ejercicio evita que subas de peso, te ayuda a liberar el estrés acumulado, y mejora tu estado de ánimo gracias a la liberación de varias sustancias como el cortisol, las endorfinas y la adrenalina.
Unos cuantos minutos de flexiones por la mañana, o un paseo después de la cena son la fórmula mágica para sentirte más relajado y disfrutar la época. La navidad no está peleada con el ejercicio, no lo olvides.
– - Compra por internet tus regalos (y pide que los envíen envueltos)
Peor que las rebajas de verano, son las caóticas compras navideñas. Demasiada gente, muchas decisiones y la cartera vacía, son la combinación perfecta para explotar la bomba de estrés.
No hay necesidad de eso, mejor compra por internet todos tus regalos. Haz una lista con anticipación de lo que quieres regalar y en la comodidad de tu sofá elige con calma.
Yo me preparo un té de canela y manzana, pongo música navideña y me inspiro para comprar con tranquilidad mis regalos, e incluso hasta los nuevos adornos navideños.
Así ahorro tiempo, dinero y energía ¿qué mejor que eso?
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Ana Vico
Soy Ana Vico, entrenadora emocional y creadora de Be Fullness. Te ayudo a que entrenes tus emociones para que diseñes y vivas la vida que mereces. Recibe todos los días mis técnicas take-away, técnicas sencillas y fáciles de aplicar, para que desarrolles tu inteligencia emocional y vivas plenamente.
“Lo que más me genera estrés en estas fechas es intentar llegar a todo: cenas, encuentros, regalos, viajes, hablar con todo el mundo… ¿Lo mejor? Que he aprendido a gestionar ese estrés.
Sin duda es genial pasar tiempo con la familia, los amigos, personas que hace tiempo que no ves, etc. Pero si todo eso es a costa de tu salud emocional, mal vamos. Por eso te doy mis dos mejores consejos para que no te estreses estas fechas: –- Escucha a tu cuerpo. El estrés se manifiesta a nivel corporal también: tensión muscular, bruxismo (apretar mucho la mandíbula), corazón acelerado, visión focal (te enfocas sólo en una cosa)… Si tu cuerpo está tenso, si sientes que estás “presionado”, huye de ese entorno. No consigues nada alimentando ese estrés, no va a cambiar nada. Necesitas moverte tú y tu entorno se moverá contigo. Si no quieres ir a una fiesta, por ejemplo, porque vas a sentirte agobiado (estresado), no vayas. Tu cuerpo es tu mayor herramienta y sólo tenemos uno. ¿No vas a cuidarlo?
– - Escucha a tu mente. Los pensamientos y las emociones enquistadas son la característica más representativa del estrés. Si no estás atento a ellas, no podrás dominar la situación. Por eso, para aprender a entrenar tus emociones y controlar tu estrés, necesitas ser consciente de lo que estás pensando. ¿Esos pensamientos son buenos, te ayudan? Muchas veces nos agobiamos sólo con nuestro propio pensamiento. Por eso te invito a que te lo cuestiones: si no puedes con todo, toma decisiones y elige lo que es más importante para ti.
Marina Ribas
Wellness coach y editora de contenidos web.
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“Lo que más me estresa de estas fechas son las compras: nos volvemos locos. Ir al supermercado los días previos a las fiestas navideñas me parece un deporte de alto riesgo. Es como si no hubiéramos comido en todo el año. Es como un capítulo de The Walking Dead pero con turrones en las manos. Lo evito al máximo.
Otra cosa que me causa estrés es tener que acudir a citas, reuniones o comidas con gente que ni me va ni me viene. No me gustan los paripés. Tener que saludar a personas con las que a penas he cruzado dos palabras o que no veo desde hace 5 años me resulta un tanto incómodo. Por no hablar de las típicas fiestas de Nochebuena o Nochevieja dónde tienes que ir estupendísima y ser muy simpática. Por suerte, también he aprendido a decir no. Adoro pasar el día 31 de Diciembre en casa, con los calcetines por encima del pijama de franela (como debería ser siempre) y sin atragantarme con las uvas. Qué placer.
– Para reducir el estrés durante los días de fiesta y desconectar mi mente me gusta mucho ir a pasear por la playa. Tengo la suerte de vivir rodeada de mar y es mi medicina. Me gusta sentarme en la arena o en las rocas, mirar el horizonte y observar. Simplemente disfruto de las vistas, de la brisa, del olor a sal… Los isleños tenemos un sentimiento especial por el mar. Lo necesitamos para encontrarnos con nosotros mismos. – También voy a correr. Me enchufo los cascos, reproduzco mi lista de rock de los 80 (¡que vivan los cardados y la purpurina!) y a rodar por el pueblo, por el campo o por el paseo marítimo. Me da energía y me relaja a la vez, me hace sentirme bien conmigo misma porque sé que es un hábito saludable y además, disfruto del paisaje. ¿Qué más se puede pedir? ¿Te has sentido identificado con alguna de las fuentes de estrés que han compartido con nosotros? Pues ahora sólo queda que tú también te unas. Cuéntame en los comentarios cuál es tu mayor fuente de estrés durante las fiestas y qué haces para intentar reducirlo. Y no te olvides de apuntarte al #RetoStressLess. Y hoy más que nunca, te pido que compartas este post. Seguro que llegaremos a más personas que necesitan un apoyo extra para aprender a gestionar sus niveles de estrés.