Revista Expatriados

1,7 kilómetros cuadrados, 130.000 personas

Por Tiburciosamsa
1,7 kilómetros cuadrados, 130.000 personas
Vista de Male desde el mar

1,7 kilómetros cuadrados, 130.000 personas
1,7 kilómetros cuadrados es aproximadamente la superficie del conjunto formado por los jardines del Retiro, el Jardín Botánico y el Museo del Prado y zonas adyacentes. Bonito, ¿verdad? Imaginémonos que en esa superficie tuviesemos que meter a 130.000 personas. Un pelín complicado, ¿no? Pues eso es lo que han tenido que hacer en Male, la capital de las Maldivas.
Maldivas es la pesadilla de cualquier planificador: 1.190 islas de las que unas 200 están habitadas y que todas juntas tienen una superficie de 298 kilómetros cuadrados, menos que la mitad de Singapur y 20 veces menos que la Comunidad de Madrid (la diferencia de tamaño se ve más que compensada por el hecho de que allí no tienen a Esperanza Aguirre). Si al menos estuviesen agrupaditas, pero no, están alineadas de tal manera que entre las dos islas más alejadas hay 1.000 kilómetros. La isla más grande del país es Gan, que mide 5 kilómetros cuadrados.
1,7 kilómetros cuadrados, 130.000 personas
La principal mezquita de la ciudad. En los últimos años el Islam fundamentalista ha ganado seguidores en el país. Hace 10 años apenas se veían mujeres con hijab. En la actualidad en torno al 30% lo utilizan y la proporción sigue aumentando. Los partidos islamistas en las últimas elecciones sólo consiguieron en torno al 10% de los votos, pero han conseguido ser los que definen el juego político.
1,7 kilómetros cuadrados, 130.000 personas
Un efecto de la falta de espacio: en primer plano un antiguo cementerio musulmán. Al fondo, unas oficinas modernas.
1,7 kilómetros cuadrados, 130.000 personas
Esta casita de colores tan pastelones es el antiguo palacio del Sultán.

1,7 kilómetros cuadrados, 130.000 personas
A que según me ha salido esta foto, no se diría que está tomada en la segunda isla más densamente poblada del planeta, ¿eh?
Con esos antecedentes me imaginé Male como una ciudad de rascacielos a lo cutre. Mi sorpresa fue que encontrarme con que la ciudad no tiene rascacielos, aunque cada centímetro cuadrado está construido. Por la calle no había demasiada gente, dadas las circunstancias. La explicación que me dieron fue: si quieres ver gente, métete dentro de las casas. Las habitaciones son como el camarote de los Hermanos Marx, pero con más gente. Las calles son estrechas y están adoquinadas. Aquí y allá puede intuirse como debió de ser la ciudad hace muchos años: un puerto de pescadores, de casas bajas que hacen pensar en Oriente Medio, y donde sólo destacaba el palacio del sultán.
Algunas peculiaridades de Male. El aeropuerto lo tiene en una isla vecina, el vertedero en otra y el Presidente vive en una tercera isla (sí, es obvio que no iba a vivir ni en los hangares del aeropuerto ni junto al vertedero) y va al trabajo en lancha. La ciudad se puede rodear en 45 minutos a paso ligero; si se corre, uno se sale de la isla. La capital sólo tiene dos calles de doble dirección; el resto de las calles no tienen la anchura suficiente. La densidad de chismes es la más elevada del mundo; los rumores se propalan a una velocidad de 250 personas por minuto. Cualquier cagada que hayas hecho, tarda 48 horas en ser conocida por todos los habitantes de Male. Ese ritmo de chismorreo no lo mejoran ni los filipinos.
1,7 kilómetros cuadrados, 130.000 personas
1,7 kilómetros cuadrados, 130.000 personas
Lonja del pescado. Era espectacular ver la velocidad a la que limpiaban los pescados. No se me escapó la ironía de la situación: me había pasado el día buceando y viendo peces vivos y ahora me llevaban a verlos muertos.
Y termino con una pregunta: si Male es la segunda isla más densamente poblada del planeta, ¿cuál es la primera? Si pensáis un poco es una pregunta muy sencilla.

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