De gran éxito en Estados Unidos, su país de origen y considerados casi en España por la gran mayoría del público como unos desconocidos, o en el mejor de los casos como unos “one hit wonder”, gracias a “Drive”, lo que es cierto es que la banda encabezada por Rik Ocasek, The Cars, hicieron muy buen papel a finales de los 70 y la 1ª mitad de los años 80.
En parte también recordados por las lisérgicas y alucinógenas portadas de sus discos, en lo referido a la expresión de estar algo puestas por parte de las chicas que protagonizaban la mayoría de las mismas, nos vamos a meter sin embargo en el disco que tenga quizás una portada más vulgar y menos recordable, su obra “Heartbeat City” de 1984, en el que además se incluye “Drive”, lo cuál les hará más fácil su acceso a la banda.
En lo que a su sonido se refiere, The Cars están considerados como uno de los máximos exponentes del sonido de la nueva ola del cambio de década de los 70 a los 80, sobre todo en lo que al otro lado del océano Atlántico se refiere. Su disco de debut y posteriores obras como “Candy-o” y, personalmente para mi, “Panorama”, hicieron que la banda afianzara su posición y se ganaran un buen nombre a nivel internacional, gozando de una popularidad tal en su país, que hasta el líder de The Killers Brandon Flowers reconoce una gran influencia de esta banda en su formación musical.
Quizás “Heartbeat City” sea el disco menos arriesgado, más pop y menos valorado, pero por otro lado es el que tuvo más éxito de toda su trayectoria. Esta es la 3ª vez que mencionaré “Drive” en el post, pero es ineludible decir que esta canción fue el motor que movió el éxito de toda la obra, a pesar de que el resto del disco incluya otros temas igualmente excelentes, que ahora comentaremos.
En aquellos días The Cars estaban compuestos de Rik Ocasek como guitarrista y vocalista, Benjamin Orr al bajo y también vocalista ocasional (de hecho “Drive” se lo apuntó él), David Robinson en la batería, Elliot Easton a la guitarra eléctrica y Greg Hawkes como teclista.
Una de las principales marcas de sonido del disco es el uso recargado de teclados y sintetizadores de corte muy pop, y precisamente eso es lo que nos encontramos en “Hello again”, que es la pista que se nos presenta en primer lugar. En lo que a la interpretación vocal de Rik se refiere, se intenta parecer algo a las estructuras y melodías vocales de sus primeros discos, pero el sonido pop es lo que más nos va a quedar de esta canción. Si cabe, ese enfoque más pop se verá más claramente en la siguiente canción. No sé si lo recordarán del post de Falco y su disco “Falco 3” y de nuestro programa de radio sobre este artista austriaco, pero aquel “Munich girls” del citado disco de Falco era una versión de esta canción de The Cars titulada “Looking for love”. Una composición de sonido fantasioso y edulcorado, pero que no deja de ser un clásico dentro de este disco. “Magic” es otra canción pop y quizás de las de sonido más hinchado de la obra, a lo cual ayudan de forma muy importante los coros del sencillo estribillo que contiene. Como ya he venido citando desde el comienzo del artículo, en Heartbeat City se incluye el tema a través del cual The Cars han pasado a la posteridad de la historia de la música. Esto refiriéndome a “Drive”. Esta preciosa balada, de sonido envolvente, nostálgico y delicado, además se escuda en una acertada letra, en este caso cantada por el bajista Benjamin Orr. Frases como sin lugar a dudas ese estribillo: “no puedes continuar diciendo que no hay nada que esté mal. Oh, no. ¿Quién te va a acercar a casa esta noche?” son simplemente geniales. También el videoclip que se grabó, sin precisar de excesivos adornos, es bastante resultón, con imágenes de Benjamin cantando en un bar vacío sentado en una silla (al estilo del posterior “Hold on my heart” de Genesis) y sobre todo esa secuencia en la que aparece la banda como en figuras de cera y la protagonista del video mirando al grupo. Personalmente el entramado de los suaves teclados y ciertas notas puntuales de los mismos más agudas, son de las melodías más acertadas de la década de los 80. “Drive” es uno de los abonados a las radiofórmulas estatales, con lo que seguro que la habrán escuchado previamente. No obstante, es un tema que nunca pasa de moda y que no te cansas de escuchar. Siempre suele suceder lo mismo, pero tras un tema tan bueno y maravilloso como el que acabamos de escuchar no hay nada que pueda igualarse. Quizás por ello “Stranger eyes”, la cual es una canción más acelerada y rítmica, nos pueda parecer poco. Benjamin sigue llevando en este tema la voz cantante, aunque con maneras más enérgicas que en “Drive”, de forma más que evidente. No obstante, considero que esta canción mantiene bien alto el nivel del disco, habiendo llegado a la mitad del disco.“You might think” es un tema de sonido saltarín y muy alegre. Un tema pop que más que nunca destaca por sus notas de teclado y que sigue contando con un más que reconocible Rik Ocasek al micrófono. Otro de las pistas más clásicas y adoradas por la gente de la obra; de hecho el clip grabado al efecto tuvo algún que otro reconocimiento individualmente. “It’s not the night” vuelve a sostenerse sobre una curiosa base electrónica que se repite de forma cíclica, sobre la que Benjamin vuelve al protagonismo vocal. A pesar del fuerte carácter electrónico de los teclados, mediada la canción entra con fuerza la guitarra eléctrica, la cual alcanza algunos puntos álgidos interesantes, para terminar de perfilar un tema menos luminoso y popero, pasando a un sonido más contundente y menos alegre. “Why can’t I have you” es un tema muy relajado en comparación con su predecesora. Rik canta de forma hedonista fuera de los estribillos, y en esta ocasión los teclados nos hacen experimentar cierto relax sonoro. Quizás de mis favoritas de la parte final del disco. Es un tema perfecto para escuchar en la soledad de tu habitación tumbado en la cama; hagan la prueba. “I refuse” vuelve a una estructura pop más contundente y animada tras el medio tiempo que nos ha reportado “Why can’t I have you”. No obstante, esta canción tampoco supone una melodía demasiado evidente o inmediata. Con algo menos de recargo de teclados nos podría recordar a tiempos pasados de la banda perfectamente. Y se llega al final de la mano de la canción que da título a la obra. La electrónica de base vuelve a estar muy presente para dar forma a una estupenda canción para rubricar este gran lp. Pocas veces se da el caso de que la canción título sea la joya oculta de un disco, pero se da el caso de que “Heartbeat city” es una estupenda canción dispuesta en la última posición de la obra a la que cede el nombre, para así dejarnos un buen sabor de boca. Tiene una envoltura algo nocturna en su sonido y melodía, dejando de lado el pop de matices brillantes y luminosos predominante en el disco, y quizás ese toque más oscuro es su principal activo. Sea como fuere “Heartbeat city” creo que no podría haber cerrado mejor con otra de las canciones que incluye.
Estamos hablando del disco más exitoso de The Cars. En estos días la banda sería uno de los principales atractivos por ejemplo del evento Live Aid en su sucursal de Philadelphia. Pero suele suceder lo de siempre, es decir, que tanta comercialidad normalmente lacra la obra respecto a entregas anteriores de la formación, que quizás fueran más innovadoras o frescas para la música.
Reitero mi opinión de siempre al respecto: si algo suena bien, ¿qué más da que sea comercial? “Heartbeat City” es un conjunto de 10 canciones sublimes, que se escucha muy bien y de forma muy ligera. Lo único que no considero del todo acertado es ese collage pop de portada, aunque un servidor de ustedes tampoco sea muy amigo de portadas tan histriónicas como la de su disco de debut o la de “Shake It Up”; esas tías con cara de estar algo pasadas de vuelas siempre me han causado mal rollito.
El punto de tristeza viene asociado a que tras esta obra pasarían 3 años hasta que The Cars publicaran su nuevo disco. Sin embargo el resultado comercial fue diametralmente opuesto al obtenido por “Heartbeat City” y propició el fin de la formación con la comunicación de su separación oficial. The Cars, en este apartado fueron una de las bandas que no sobrevivieron a la 2ª mitad de los 80, que tan cruel fue con algunas formaciones surgidas de la new wave.
No obstante, no nos pongamos tristes pensando en esto y en hechos posteriores como fue el fallecimiento de Ben Orr en el año 2000. “Heartbeat City” es un disco pop alegre y luminoso en casi todos sus pasajes, y cuando no lo es quizás es cuando alcanza sus mayores cotas de perfección. Creo que es un álbum perfecto para estos días primaverales que estamos viviendo. Estoy seguro de que les gustará a aquellos que no conocieran a la banda más allá de “Drive” (o ni siquiera eso) y que para los que tenían olvidados a Ocasek y cia. les dibujará una sonrisa nostálgica en el rostro al recordar y volver a escuchar estas bonitas canciones.