El documental es uno de los géneros cinematográficos que más se prestan, por su propia naturaleza, a jugar con la dicotomía entre realidad y ficción. Dependiendo del enfoque que se le dé podrá lograr otorgar veracidad a acontecimientos que puedan ser reales o no, pero también dar por falso aquello que es verdadero. Algunas historias resultan tan increíbles como la relatada en Garbo, el espía o El impostor, que no pueden hacer otra cosa que acentuar su carácter ficcional, aunque siempre buscando una finalidad muy concreta. La narración del cine de ficción, la invisibilización de la cámara y un montaje tradicional se dan cita en 20000 noches en la tierra, creando un híbrido que se aleja considerablemente de lo que debería ser un documental dentro de los cánones tradicionales.
A lo largo de la hora y media de duración de la cinta seguimos la pista de Nick Cave, el famoso cantante de origen australiano. Este recorrido nos llevará desde momentos de profunda reflexión con su psicólogo hasta uno de sus últimos conciertos, pasando por el proceso de creación de sus canciones.
El documental profundiza en la psique del propio cantante y en lo efímero de la memoria. Nick Cave recuerda su infancia y diversos acontecimientos de su vida pasada a través de fotografías que el espectador desconoce a priori, de esta forma se construye un pasado, una memoria compartida y sustentada por la imagen, ya sea en movimiento o fija. La reflexión que el documental contruye se retroalimenta del propio formato en el que está realizado: Nick Cave teme la pérdida del recuerdo, pero éste permanecerá imperecedero gracias al registro visual. Todo esto se refuerza aún más a través de las oníricas canciones del cantante y de los diferentes diálogos que tiene con aquellas personas que le han acompañado a lo largo de sus años de carrera musical. Pese a todo, y aun siendo bastante interesante el planteamiento, 20000 noches en la tierrapeca de pretender ser mucho más de lo que realmente es, de exponer reflexiones que, en el fondo, le quedan demasiado grandes para lo que realmente es capaz de expresar, principalmente debido a que sus dos directores no dan del todo la talla.
Avalon saca a la venta el documental sobre Nick Cave sin ningún extra y con buena calidad de imagen y sonido, aunque con unos subtítulos algo deficientes.