Mayo 21Día de la diversidad cultural
En 1906, un pigmeo cazado en la selva del Congo llegó al zoológico del Bronx, en Nueva York.
Fue llamado Ota Benga, y fue exhibido al público, en una jaula, junto a un orangután y cuatro chimpancés. Los expertos explicaban al público que este humanoide podía ser el eslabón perdido, y para confirmar esa sospecha lo mostraban jugando con sus hermanos peludos.
Algún tiempo después, el pigmeo fuer rescatado por la caridad cristiana.
Se hizo lo que se pudo, pero no hubo manera. Ota Benga se negaba a ser salvado. No hablaba, en la mesa rompía los platos, golpeaba a quien quisiera tocarlo, era incapaz de realizar ningún trabajo, se quedaba mudo en el coro de la iglesia y mordía a quien quisiera fotografiarse con él.
Al fin del invierno de 1916, tras diez años de domesticación, Ota Benga se sentó frente al fuego, se desnudó, quemó la ropa que le obligaban a vestir y apuntó al corazón la pistola que había robado.
*Extraido del libro "Los hijos de los días"