On reste Dieu merci à la merci
d'un engrenage,
d'un verre de Campari,
du bon vouloir de l'équipage,
Paris est si petit quand on le regagne
à la nage,quelle aventure, quelle aventure...
En el ocaso alumbran filigranas que navegan errantes en una danza atemporal. Ocupan los átomos la soberbia de los latidos enlatados. Pina Bausch es un lago de cisnes y en derredor luciérnagas tiritan destellos intangibles. En la cartografía cosmonauta de Antoine Saint-Exupéry se trazan cometas cuyas partituras firma Carl Sagan. Contemplaciones surcan ebrias y taciturnas por los planetas del petit prince. Colores cándidos bombean llamas en el hilo imaginado tras la ausencia del horizonte. Derviches transformados en rombos cruzan la oscuridad encendida por blancos paños. Deben saber las estrellas que mi nido fue espejo del universo. Alzado el mentón hacia la eternidad, con los faros encendidos y los puertos hechos un rumiar silenciado de mar, contemplaba la danza del universo. Todo era danza, embriaguez, latido constante en la aventura de la mirada viva.