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28-J (parte I)

Publicado el 23 julio 2013 por Laia Codina Gasión
No acostumbro a usar el blog para relatar temas personales pero por una vez me apetecía presumir de boda bonita y agradecer a todos los que se implicaron de alguna forma u otra, a que así lo fuera. No fue una boda por todo lo alto, con multitud de invitados, gastos desorbitados y meses de preparación. De hecho, fue todo lo contrario y sé que a muchos les pilló por sorpresa que nos casáramos (después de 10 años saliendo, 7 de eterna prometida y casi 5 viviendo juntos, ¿quién iba a imaginar que aún tendríamos ganas?)
En teoría no teníamos planeado celebrar nuestro enlace civil (debido a una surrealista historia burocrático-administrativa con el dichoso expediente matrimonial) pero al final, animados por nuestros familiares y amigos más íntimos, nos liamos la manta a la cabeza y empezamos a organizarlo todo en 1 mes.
Sí, contra todo pronóstico, ¡se puede! :-)
Debo aclarar que junio fue un mes bastante estresante en el que tuve que dejar mi agenda LIBRE de compromisos sociales y laborales (excepto el curso de ilustración que iba a misa). Aunque fueron pocos invitados (familia estricta y poco más), hay que estar IGUAL de pendiente para localizar los elementos necesarios. Encontrarlo TODO (empezando por el vestido) fue una auténtica ODISEA (por el tiempo y el presupuesto) pero será mejor que os relate mi experiencia desde el principio:
Tenía clarísimo que quería ir de CORTO (no, no me considero moderna ni original. Es que las faldas largas nunca me han gustado). Eso sí, aquí vestir de corto NO se estila, para na-da (o vas de princesa o de sirena).
Hasta el momento no me importaba el tema del vestido pero después de leer esta entrada en muy molón y no encontrar aquí las mismas referencias, empecé a obsesionarme (para mal).
Me tiré varios días investigando por internet, consultando webs americanas o francesas o tragándome todos los programas especiales de Divinity sobre bodas (El vestido perfecto de Keasha, Las chicas de Amsale, Una boda perfecta, El vestido de tu boda, ...) y empecé a fantasear con encontrar un modelo que se ajustara a la idea que más me gustaba, el vestido de novia de Audrey Hepburn en "Una cara con ángel" (1954).Diseñado por Hubert de Givenchy, creador de algunos de sus vestidos de novia, tanto en la vida real como en la ficción, el vestido que lleva en esta película recuerda al de las bailarinas de ballet clásico (por debajo de las rodillas) creado en tul voluminoso con cuerpo sencillo de escote cerrado, zapatos sin tacón (tipo bailarinas), velo "corto" colocado en forma de capucha, guantes blancos cortos, pequeños pendientes de perlas y un sencillo ramo de novia creado con hojas verdes y flor de paniculata.

28-J (parte I)

El vestido original y la multitud de versiones que se han hecho para la serie "Glee" o novias particulares. Aunque no sé si realmente se basaron en ese diseño, no he podido evitar añadir unos fotogramas de Jennifer Love Hewitt en "Las Estafadoras"; fue verla (hace muchos años) y desear un vestido como ése.

Lo malo es que esa fantasía estaba fuera de mi alcance en todos los sentidos. Descartados los vestidos de novia low cost (=chinos) por razones más que obvias, lo que más se parecía a lo que estaba buscando estaba en la otra punta del planeta. Por fechas, aunque no por presupuesto, no me la podía jugar comprando por internet. Y eso que los vestidos de esta web americana eran preciosérrimos a más no poder...Por suerte, para aliviar mi desesperación, mi hermana me salvó la vida al pasarme este blog cuyo directorio de tiendas me fue de gran ayuda. Con la ruta trazada en mano, quedé con ella para recorrer sobre el terreno físico el Ensanche y el barrio de Gracia de Barcelona a la búsqueda del tesoro. A pesar de haber invertido más tiempo buscando en internet, tardé MENOS, concretamente 1 tarde, en dar con el sitio perfecto. Aunque eso sí, después de recibir MUCHAS negativas que me dejaron la moral por los suelos (era nombrar la fecha de la boda, 28 de junio, y se reían en mi cara: "¿tú estás de broma?").Fue el caso de una tienda de Gracia en la que tenía dipositada mucha esperanza,"Érase una vez", donde tenían expuesto en el escaparate un vestido de bailarina con lazo rojo que me había robado el corazón. Está visto que lo tienen como reclamo porque llama la atención al ser "diferente" pero OJO a su precio: 1600€. ¿No lo encontráis EXAGERADO? (para entendernos, estamos hablando de un taller de novia ubicado en un barrio, no un Rosa Clará en plena Avda. Diagonal...) De acuerdo, te lo hacen a medida partiendo de cero pero aunque lo pidas en versión "corta", te cuesta lo mismo (si hay menos cantidad de tela, ¿por qué el mismo precio? ¿No debería ser inferior?) Como vieron mi cara de asombro, me comentaron que se podría sustituir la organza por tul sintético quedando ligeramente rebajado por 960€. Otra vez me quedé flipando... Eso y que debía pillarme HORA para ¡ya! porque iba demasiado justa de tiempo.Como me vi presionada y para nada convencida, dije que me lo pensaría y seguí con mi particular "ruta"...

En la penúltima tienda de la zona, "Mireia", tampoco me lo pusieron fácil... De entrada, no me dejaron ver los vestidos que tenían expuestos en la parte interior. ¡Me obligaban a concertar cita para otro día! (ya que estaba allí, ¿que les costaba enseñarme el catálogo o entrar dentro para verlos?). Según la política de la persona que me atendió, NO me podía enseñar los vestidos SIN cita previa (¿para evitar espionaje industrial? ¿para asegurarme como posible clienta?)Lo encontré un poco absurdo porque nisiquiera volví a la cita obligada que me concertaron ya que inmediatamente después llegamos a la última tienda que tenía anotada: "El tocador de la novia/ Jordi Anguera núvies" en la calle Muntaner.A punto estuve de no entrar porque en el escaparate NO vi nada corto y me pareció súper pijo-o sea... Imaginé que me iban a pedir una burrada por "cortar" un modelo preexistente pero ya que habíamos llegado hasta allí, ¿qué podíamos perder salvo llevarnos otra negativa?Así que entramos y para nuestra sorpresa... ¡we got it! ¡¡Yes!!

Tres cosas aprendí esa tarde: uno, que para vestirse de novia no hace falta hacer dieta (con el tiempo que tenía tampoco daba tiempo), dos, que las apariencias engañan (por la fachada pija del escaparate) y tres, que te hagan el vestido que tú PROPONES a medida, en presupuesto y tiempo récord (3 semanas) NO es imposible, ¡es viable! :-)Así pues, teniendo el tema del vestido resuelto con sus complementos a juego como el velo...
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... lo siguiente fue localizar los zapatos y pendientes rojos.
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También concerté pruebas de peluquería en base a estas referencias de recogidos que me pasó mi amiga maquilladora Mary Jo.
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El mismo día que quedamos para la 1ª (y fallida) prueba de maquillaje, me vino a casa Pepa, florista freelance de Art Floral, para diseñar el ramo de noviaA pesar de partir con 2 colores, blanco y rojo, quería que el ramo tuviera colorido y variedad de flores.

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Le pasé a Pepi estas muestras, la mayoría sacadas de Oncewed (¡cómo me chifla esta web!)

Otros detalles que organizamos, esta vez con mi marido (¡qué raro se me hace llamarlo así!), fueron los muñequitos y el pastelPara los muñequitos y recordatorios de boda, le dimos el encargo a mi buena amiga y gran experta en amigurumi Gemma, de "Ninotets by Gemma" en base a esta foto que encontré por internet.
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Para el pastel, confiamos plenamente en el pastelero que trabaja habitualmente para el restaurante Brisac de Sabadell. Queríamos un pastel inspirado en el red velvet cake coronado por 9 rosas rojas (en honor a los 9 invitados. Ya os he comentado que fuimos muy poquitos). Algunos de estos preparativos estuvieron concentrados durante la semana anterior al 28 de junio, donde también tuvo lugar mi despedida de soltera. Pero eso, amigas, bien merece un post aparte...

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