Magazine

288. El retorno de los tres

Publicado el 02 noviembre 2023 por Cabronidas @CabronidasXXI

   Si ayer saliste con tu siniestro disfraz y no los viste, o no sentiste en tu carne un súbito descenso de la temperatura ambiental, es que no tenías los ojos bien abiertos o no estaban próximos. O quizá pensaron que no estabas preparado para según qué emociones. Cuando piensan, claro. 

    Hoy tampoco creo que los veas, pues llevo codeándome con ellos desde hace muchos años, y como yo, no suelen moverse por lugares normales. No es de extrañar que nos conociéramos en el bar de la Virgen Decapitada, que como sabrá el lector asiduo, es un lugar cuya inquietante clientela nunca hace preguntas, y en el que tres cadáveres resucitados pueden pasar tan desapercibidos como aceptados.

    Allí, durante dos fechas muy señaladas para nosotros, nos ponemos al día entre carcajadas, música y alcohol. Mis amigos son raperos, naturales de México, de modo que la primera noche es un trasiego de rimas envolventes que se te meten en el cuerpo, aunque no lo tengas surcado de horribles aberturas como ellos. Y la segunda es un descenso al infierno amenizado con death metal, pues es un estilo musical del que no reniegan, y muy propicio para noches tan mágicas.

     Sin ir más lejos, nuestro particular festejo de la muerte y la vida, empezó en la velada de ayer y acabará en la de hoy. Ambas fechas transcurren siempre con la fugacidad del suspiro, ya sea de vivo o de muerto. Así que llegado el momento, de nuevo volveré a provocarme una pequeña herida como dicta el rito, para que unas pocas gotas de mi sangre salpiquen la tierra maldita. Entonces las leyes naturales se invertirán y el tiempo se replegará sobre sí mismo. Mis tres amigos muertos romperán con sus manos huesudas la tierra que los sepulta. Se alzarán en una nube de polvo, se montarán en sus motos, y atrás dejarán tres tumbas abiertas al cielo. 

    Y como cada 1 de octubre, los estaré esperando en el bar donde empezó todo. Llegarán por la noche, con el sonido de las trompetas y el beat inconfundible del rap de los noventa, cuando era de verdad. Y tan pronto entren y me vean, como siempre me saludarán con lo que ya es un código entre nosotros: 

    «¡Es la vida...!».



También podría interesarte :

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Quizás te interesen los siguientes artículos :