"Entre las muchas armas que Stanley Kubrick utilizó para cautivarnos con su monumental mirada, estaba el uso de un color que dotaba de una presteza y un arresto a sus imágenes que trascendía el contenido de sus historias. Esas tomas de pantalla ancha parecían empujar los límites naturales de la proyección absorbiendo todos y cada uno de los fotones proyectados por la luz. Al fin y al cabo, Kubrick simplemente quería provocar en el público lo que ya le hiciera a nuestro eterno Álex en "La Naranja Mecánica": pelarnos los párpados hasta vernos obligados a disternir cada haz de la propia imagen". Así de minuciosa y acertadamente definía su estilo visual el crítico irlandés Paul Lynch en su momento, algo que también certificamos un día como hoy a través de estos 30 fotogramas en movimiento.