Revista Regiones del Mundo

38. El Eterno Retorno

Por Lagunamov @Lagunamoc

La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta: Lo que en el hombre se puede amar es que es un tránsito y un ocaso.
Así habló Zaratustra
No hay nada que no se pueda superar. Ningún mal recuerdo puede estar en tu cabeza para toda la eternidad ni puede eclipsar la felicidad que te puede brindar el gran espectáculo del vivir. Solamente hay que tener la actitud correcta y...estar abierto ante todo lo que la existencia tiene por ofrecerte.
38. El Eterno RetornoMis primeros días en Maitencillo no fueron los mejores, me habían comunicado que mi abuela había fallecido (aunque bueno, estaba "preparado" para ello), tenía lo del pasaporte en la cabeza y no sé qué me pasaba pero estaba muy cansado físicamente, no tenía fuerzas, supongo que los meses que llevaba de nómada me estaban empezando a pasar factura.
Pero era gracioso mirarse al espejo y ver cómo la curva de debajo del pecho había desaparecido sin haberse puesto a dieta.
Aún estando destrozado, intentaba mantenerme con ánimos y ,Maitencillo, me ayudó a ello. El trabajo era fácil, consistía en mantener las cabañas y hacer algo de jardinería. Había muchas malas hierbas que quitar y eso nos ocupaba gran parte del tiempo. También podaba, regaba, etc...
38. El Eterno Retorno
Además, Ethel, la persona que necesitaba ayuda, una mujer en sus cincuenta que vivía sola allá durante los días de cada día y que no daba a basto con un sólo par de manos, era puro amor y energía. Me hizo olvidar la crueldad humana que había presenciado en Santiago. Creo que en mi vida he conocido a una persona tan humilde y que da tanto sin pedir nada a cambio.
Se había establecido en Maitencillo muchos años atrás y, cuando su familia llegó allá, no había nada, todo era bosque. Aprendieron algo acerca de construcción y levantaron una cabaña como pudieron y, luego, empezaron a construir más para alquilarlas.
Al principio no tenía mucha confianza con ella, pero a los pocos días me abrí y, pobrecilla, tuvo que aguantar muchos de mis discursos filosóficos cuando veía en la tele algo que me indignaba y, otra cosa todavía peor, mis bromas!
38. El Eterno Retorno
Íbamos en coche y yo empezaba a rajar de la religión, veía el perro y le estiraba de la cola para hacerle rabiar jeje. Cada día nos reíamos mucho. Yo la llamaba Pocahontas y ella a mí hombre blanco.
Me hacía la comida, me lavaba la ropa, me la arreglaba y me llevaba a sitios. Durante el mes que estuve allí se convirtió en mi madre. Eso me ayudó mucho a recuperar las energías y a seguir mirando hacia el horizonte en el que estaba Alaska.
Pocos días después de mi llegada, una tarde soleada de miércoles, Ethel me llevó a conocer el Pacífico, el cual estaba a un par de minutos de las cabañas. Llamamos a los perros y comenzamos a andar.
Al llegar, no podía creer lo que estaba viendo. Unas escaleras servían de vehículo hacía otro mundo. El cerro dejaba paso tímidamente al mar. Las montañas se convertían en una playa que borraba cualquier preocupación de tu mente.
38. El Eterno Retorno
La ferocidad y hermosura de la naturaleza se fusionaban en un paisaje lleno de flora y fauna. Piedras gigantescas luchaban por sobrevivir a la erosión que provocaba la furia del pacífico mientras miles de pájaros las sobrevolaban.
 Cuando paseabas por allí, sentías como el espíritu de lo salvaje intentaba destruir toda esa ilusión de humanidad que la sociedad te intenta inculcar.
El descubrimiento de ese paraíso virgen provocó que, muchos días, después de trabajar, bajara para leer, escribir o simplemente reflexionar sobre mi pasado, mi presente y mi futuro.
Y esa fue mi rutina en mi cuarto voluntariado. De 10 a 18:00 trabajaba con Ethel, aprendiendo todo lo que podía, y luego escribía o leía. Alguna tarde cambiaba, pero avancé mucho en la revisión de algunos de mis escritos.
38. El Eterno Retorno
Recuerdo que, en una de mis visitas a esa majestuosa playa, me tumbé en una roca y, al pensar en mi vida con vistas un año atrás, me di cuenta de que había cambiado completamente.
Un año atrás, estaba fatal, acababa de salir de una relación (con retorno incluído) y no sabía muy bien quién era. Durante los meses que siguieron a la ruptura empecé a reencontrarme otra vez y me puse de objetivo el convertirme en la persona que siempre había querido ser.
Hice nuevos amigos, me apunté a cosas que nunca había hecho, viajé , escribí y creci. Incluso rechacé el meterme en una nueva relación por experimentar nuevas formas de vida.
38. El Eterno Retorno
En esos meses, cambié sí, volví a ser la persona que quería ser, pero me faltaba algo, sentía que estaba desperdiciando el momento, que estaba en una edad crítica para hacer algo grande y que podía desplegar mi potencial todavía mucho más y, por eso, fui a América.
El pacifico me hizo darme cuenta de que estaba cumpliendo mi objetivo. El viaje, el autostop, los voluntariados, estaba desplegando todo mi potencial. Me estaba convirtiendo en un individuo mucho más completo. Me había liberado de mis cadenas y comenzaba a saber cómo caminar.
Estaba viendo horizontes y paisajes que la mayoría de las personas no ven en una vida, viviendo y abrazando muchas nuevas formas de vida y, sobretodo, estaba conociendo más a la aventura del vivir y a mí mismo.
Había pasado por muchas regiones y lugares, pero eso no era lo importante, lo trascendente era que el viaje no estaba siendo por América, sino por mí persona, por mi interior. Me estaba abriendo a la vida.

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Parapente time

Si algún día me da por escribir un libro sobre esto, tengo claro que el nexo conductor será algo parecido al del Walden de Thoreau, de cómo un alma esclava de la sociedad puede convertirse en un alma libre. Aunque bueno, no adelantemos acontecimientos, primero tengo que llegar hasta Alaska y seguro que crezco más todavía.
Los fines de semana mi rutina cambiaba y venía el marido de Ethel, Iván Papá, su hija Macarena y su hijo Iván Jr. Todos ellos muy buenas personas. Entonces, ayudaba al progenitor a construir una especie de lugar para hacer barbacoas, fiestas, etc. Yo, a parte de en Arriba la Luna, nunca había construído nada, así que me tuvo que enseñar hasta cómo usar el taladro.

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Guardo con mucho cariño mi estancia allí. No la olvidaré jamás. Aprendí mucho y Ethel me hizo sentir como en mi casa. Espero volverla a ver algún día. Horas antes de mi partida hacia Santiago (para arreglar mi pasaporte y poder salir de chile sin problemas, mi próximo voluntariado era en Perú pero quería hacer turismo antes por Bolivia), tenía que dibujar algo en el muro de los voluntarios.
Después de todas mis reflexiones lo tenia claro. El dibujo tenía que ser que un uróboros, un símbolo en el que estaba empezando a creer y que quería tatuarme bajo la nuca. Para los que no sabéis lo que es, primero tenéis que imaginar que el tiempo no es lineal, sino circular.
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Normalmente se tiene una concepción lineal del tiempo, pero esta puede que no sea correcta. Pensad en una línea, si nosotros vivimos dentro de ella no sabemos si forma un triángulo, un rectángulo o un círculo. A lo mejor, si nos elevamos y la miramos desde arriba, vemos que estábamos dentro de una redonda y no dentro de una línea recta.
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Pues bien, si el tiempo es circular, significa que todo se va a repetir durante toda la eternidad. Llegaremos al final del ciclo y este se volverá a repetir. Nuestra vida se repetirá infinitas veces y nosotros la tendremos que vivir. Esto implica que más vale que vivas sin arrepentimientos, pues tendrás que repetir tu vida para siempre.
"Vive cada instante como si fuera a repetirse eternamente. Piensa que cada cosa que hagas con tu vida va a repetirse por siempre, tu dolor o tu risa resonarán por toda la eternidad".
Además, creo que hay más motivos para pensar que el tiempo es circular que lineal. Todo lo que podemos ver y apreciar del universo es cíclico. La vida y la muerte, el movimiento de los astros, el funcionamiento de la naturaleza... ¿Qué nos dice que el tiempo no es igual? A lo mejor un día el universo llega a su fin y todo vuelve a empezar otra vez, incluídas nuestras vida. Así que, si el tiempo es circular, más nos vale vivir una vida que esté a la altura de la eternidad, pues estaríamos condenados a repetirla para siempre.

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Futuro tattoo

La serpiente que se muerde la cola, el uróboros, representaba, para mí , eso, el vivir una vida digna de vivirla infinitas veces. Y el viaje era algo muy digno para estar dentro de ese ciclo. Mi estancia en Maitencillo sirvió para eso, para renovar energías y afirmar que estaba viviendo algo grande.
Al día siguiente, me despedí de mi querida Ethel y me fuí con Iván Papá a Santiago. Era hora de volver a visitar la Interpol y dejar todo arreglado antes de salir del país...

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