Revista Regiones del Mundo

39. Atención, inmigrante ilegal!

Por Lagunamov @Lagunamoc
Y no os conté ni la mitad de lo que vi.
Diario de Marco Polo
Iván me llevó hasta la capital chilena mientras los primeros rayos del sol empezaban a acariciar la cara oeste de la Tierra. Era una hora muy temprana y mi mente todavía no era consciente de nada, necesitaba unas pocas horas más para estar lista para el dia que le esperaba.
No iba a Santiago para hacer turismo ni porque me apeteciera perderme por sus calles, todo lo contrario. Me estaba dirigiendo allí por obligación, no me quedaba otro remedio si quería salir del país, tenía que arreglar mi pasaporte y conseguir tenerlo listo para poder cruzar la frontera sin problemas.
39. Atención, inmigrante ilegal!
En mi anterior visita a la central de la Interpol, me habían dicho que no me preocupase, que cuando saliese del país me pasara por allí para que me arreglaran todo. Aunque no sé por qué, tenía un mal presentimiento sobre todo aquello y sabía que iba a tener problemas.
Todo el viaje estuve pensando en qué decir a los del cuartel para que me creyeran. Cuando la luz por fin iluminaba con perfección todo lo que alcanzaban a ver mis ojos, llegamos a la ciudad. Me despedí de Iván, le dí las gracias por todo y me dirigí a enfrentarme con mis miedos.
Y allí volvía a estar otra vez, en el cuartel de la Interpol de Santiago. Al entrar por su gran puerta, mi mayor preocupación se hizo realidad. No había ningún detective de los que me atendieron en la anterior ocasión, solamente había un chico muy joven.
-Hola, en qué le puedo ayudar? - Me preguntó al verme.
-Buenos días, pues a ver cómo te lo explico...- le respondí con los nervios en la garganta.
Al explicarle todo, este detective tuvo la misma reacción que la del anterior: salir corriendo a buscar a un superior. No tardó mucho en volver acompañado.
-A ver, vamos a llamar a Libertadores para ver si tienen registro de tu paso por allí. Si lo tienen te ponemos el sello aquí y todo arreglado. - Me dijo un tipo de unos 50 años que tenía un traje diferente al que me atendía.
39. Atención, inmigrante ilegal!
Después de eso, me dio la mano, se fue y me dejó con el anterior. Este empezó a hacer llamadas y, por lo que veía en su cara, nada iba bien. En todas partes recibía negativas, no constaba en ningún lado que había cruzado la frontera.
-A ver, Teo, no hay registro alguno ni en los ordenadores de aquí ni en los de allí. Pero me creo tu historia, tienes el pasaporte en regla y no tienes pinta de narco aunque seas filósofo jeje. Voy a llamar a la comisaria para que baje y decida si te abre un registro o no, ya que en caso contrario todo puede ser muy feo para ti y no me gustaría que estuvieses en Santiago más de lo necesario.
Le sonreí y le devolví la broma sobre el ser filósofo de alguna manera (ahora mismo no la recuerdo). Aunque me reía y hablaba con él de mis experiencias, esperé cerca de 30 minutos muy nervioso por las palabras del joven policía. No quería quedarme en esa ciudad.
Finalmente, la comisaria apareció. Era una mujer en sus cuarenta y muchos, corpulenta y no muy agraciada de cara.
Encima, llevaba una minifalda que hacia que sus voluptuosas piernas fuesen, por desgracia, lo primero en lo que tus ojos centraban su atención.
-Explícame tu historia chico.- Me dijo de manera borde y dejada.
Yo ya estaba un poco harto de explicar mi paso por la frontera, pero no me quedaba más remedio que contar mi aventura si quería salir del país. Además, era la oportunidad perfecta para agregar a mis vivencias que tenía que estar en Perú al día siguiente urgentemente para ver si perdonaban mi inconsciencia (el siguiente voluntariado lo tenía 2-3 semanas después, pero no quería quedarme en Chile ni un día más con el pasaporte en tal estado).
39. Atención, inmigrante ilegal!
-No tienes nada que pueda corraborar que pasaste por allí?. Un papel o algo? - Me preguntó.
-No, hicieron todo por ordenador y el único papel que me dieron me lo quitaron cuando declaré la miel que llevaba (y que me quitaron por cierto).
-Dejaste una miel? Ok, vamos a llamar a Libertadores otra vez para ver si está. Si la tienen, te abro un registro y listo.
La comisaria llamó al paso fronterizo y ordenó que buscaran en aduanas esa miel. Me dijo que en unos minutos le darían respuesta.
Pero el tiempo pasaba y pasaba y no llamaban. A los 30 minutos, la mujer se cansó y me dijo que me pasase en dos días a ver si tenían respuesta. Yo, que quería irme esa misma tarde, puse cara de pena al escuchar eso y no sé qué pasó en ese momento que, a la comisaría, se le cambió el chip totalmente y me empezó a gritar:
-Con que esas tenemos eh? Venga, abridle una denuncia al ministerio, retirarle el pasaporte y que le quiten el acceso de por vida a Chile.- Ordenó.
Me llevaron al fondo de la sala y me sentaron delante de un ordenador. Yo estaba muy confundido y perdido, no sabia qué iba a pasar. Estaba al borde de la desesperación. El chico joven que me había atendido inicialmente, se sentó enfrente mío y debió notar que mi mente no estaba en su mejor momento:
-Mira, te voy a abrir la denuncia y a quitarte el pasaporte. Esto normalmente suele llevar unos meses antes de que el inmigrante ilegal pueda salir del país, pero yo voy a hacer que llegue al ministerio justo hoy. Así que, ahora mismo, cuando acabemos, ve allí y explicales tu caso. Con suerte, puedes salir hoy, no es la primera vez que lo veo.
Esas palabras me devolvieron algo de esperanza, así que le di el pasaporte, me hizo la denuncia, me dio una tarjeta de identificación provisional y salí corriendo hacía el Ministerio. 
39. Atención, inmigrante ilegal!
39. Atención, inmigrante ilegal!
Cuando llegué allí, solamente veía gente, estaba petadísimo de inmigrantes y la cola para que te atendieran era de hasta 3 horas. ¿Podría salir esa misma tarde del país? Lo empezaba a dudar otra vez, la cola era de 3 horas mínimo y a las 14:00 cerraban (lo que me daba un par de horas).
Intenté abrirme paso y colarme como pude. Algunas personas me gritaban al darse cuenta, pero les decía perdón y se les pasaba. Recuerdo que una mujer de color, cuando le dije perdón me dijo "con esa cara te perdono todo flaco".
Poco a poco fui avanzando hasta que logré llegar a uno de los mostradores y preguntar al recepcionista sobre lo que me habían dicho en la Interpol.
-No ha llegado el informe chico, pásate mañana.
-Si me paso mañana por la mañana, es posible solucionar todo en un día y salir por la tarde del país? - Le pregunté esperando un sí por respuesta.
-Si (BINGO!), pero preséntate a hacer cola a partir de las 6:30 AM.
Bien, había luz al final del túnel. Volví a colarme entre la multitud y salí de allí con esperanzas de arreglarlo todo al día siguiente.
En ese momento, mi próximo objetivo era buscar un lugar en donde pasar la noche, así que me dirigí a la zona de hostales. Entré en 5 o 6 y en todos ellos recibí una negativa por respuesta. Sin pasaporte no querían darme alojamiento. No se fiaban de un ilegal y la tarjeta de identificación temporal era una cosa nueva para ellos.
¿Qué podía hacer? Dormir en la calle no era una opción para mí después de haber visto a aquellos yonkis durante mi anterior visita a la capital de Chile. Así que fuí como un desesperado a un mall para conectarme a Internet y pedir ayuda a mis conocidos chilenos.
A los 10 minutos de haber enviado mensajes via Facebook, Luca me respondió y me ofreció quedarme en su casa. Me dio la dirección y me dijo que, aunque él estaba trabajando, alguien me abriría la puerta y que lo esperase en el salón hasta que llegara.
Cogí mis dos mochilas y me puse en marcha. El lugar no estaba muy alejado del centro, a unos 20 minutos. Tardé algo más debido al peso de mis mochilas pero sin ellas hubiese llegado en ese tiempo.
La casa era bonita y el barrio en el que estaba situada seguro. Cuando me planté en la puerta del jardín, no pasó más de un minuto hasta que un chico joven, de aspecto chileno, me abrió. Me dijo que pasase y lo hice. Dejé las mochilas, bebí agua (había sido una larga mañana) y me instalé en el salón a esperar a Luca.
Pasé unas cuantas horas allí sólo, no parecía haber nadie más en la casa y me dediqué a hacer cosas que tenía atrasadas (como este blog o las actualizaciones de twitter).
Sobre las 8 de la tarde, mi amigo italiano llegó de trabajar y me recibió con un abrazo. Lo primero que me contó tras explicarle mi situación fue que estábamos en una residencia de estudiantes y que, si me quedaba sin pagar, podía dormir en su habitación pero no me tenía que ver el jefe, pues eso podría traerle problemas (sí, a un casero no le suele gustar que duerma gente en su casa for free).
Así que mi experiencia de ilegal fue completísima. No tenía pasaporte y dormía en una casa en la que nadie me tenía que ver ¿no era para morirse de la risa?. 
39. Atención, inmigrante ilegal!
Lo bueno fue que Luca era muy simpático y me divertía mucho con él. Esas noches que pasé en su habitación, fueron como regresar a la casa en la que viví en Londres cuando tenía 20 años.
Un verano de esos en los que todavía iba a la universidad, me planté en capital inglesa sin nada para aprender inglés y trabajar. Tras muchas aventuras y experiencias de esas que te marcan, acabé en una casa viviendo con italianos. 
Mi compañero de habitación, Frank, era del norte del país de la pizza y siempre gritaba "Porco Dio" cuando le ocurría algo malo. Esa palabra caló mucho en mí (ya que la debí de escuchar millones de veces ese verano) y cada vez que veo a un italiano se la digo.
Luca también era, como Frank, del norte de Italia y conocía muy bien el Porco Dio. Así que se partió de risa al escuchar a un español que no tenía ni idea de italiano decirla. ¿Y qué hizo él? Enseñarme más palabras de ese estilo. Os podéis imaginar que mis noches allí fueron de todo menos aburridas.
Al día siguiente, le dí las gracias, me despedí y fui al ministerio. Tras hacer una cola de una hora con todo tipo de personas chungas, me atendieron y me dijeron que el informe no había llegado. Insistí y les dije que me esperaban al día siguiente en una ONG de Perú. Entonces, me mandaron a la Interpol para que les mandasen el informe conmigo, en persona.
39. Atención, inmigrante ilegal!
Esa mañana hice como 4 o 5 viajes del ministerio a la Interpol y viceversa, ninguno sirvió de nada, pues por mucho informe que se pasasen, mi situación no era fácil de arreglar.
-Ah, eres ilegal. No lo sabía hasta que he visto el informe. Estos casos tardan meses y meses sin resolverse. No puedo hacer nada. - Me dijeron en el ministerio al final del quinto viaje.
Eso me indignó y me hizo explotar.
-Y no puedo salir del país hasta dentro de tres meses? Mira, no tengo pasaporte, no tengo casa y no tengo nada en esta ciudad. Además, fue vuestra culpa que no me sellarais el pasaporte en la frontera. Yo la pasé legalmente y fue vuestra incompetencia la que me llevó a estar de ilegal. Si no salgo de aquí a finales de la semana, os juro que mando mi historia a todos los periódicos del país y cuento lo fácil que es saltarse la frontera chilena.- Le dije con un tono que yo nunca había escuchado en mi boca.
-Mira, no puedo hacer nada, pero hay una manera de que salgas. Mañana, preséntate temprano al abogado de oficio que tenemos con un billete directo de salida del país. Que sea a Lima o a Mendoza. Con eso le dices que quieres una salida voluntaria y te arreglará todo. Pero recuerda, tiene que ser directo. Y no te pongas así, historias como estas son las que contarás a tus nietos jeje.
La última frase no me hizo ni pizca de gracia,quería irme ya y además me jodió el escuchar que tenía que ser un billete directo de salida. Mi plan original contemplaba ir de turismo por Atacama antes de pasar a Bolivia o a Perú, pero bueno, al menos me dejarían salir del país.
Fuí a la estación de bus y compré un billete directo a Lima. Bolivia era mi próxima parada turística antes de ir a Perú, pero no había combinaciones que salieran desde Santiago. Así que tendría que dar un rodeo y decirle al conductor que me dejase en Tacna (primera ciudad peruana al norte de chile) para así,allí, coger un bus hacia La Paz. Todo muy loco.
Además, la recepcionista de la agencia de buses me puso problemas cuando me pidió el pasaporte y le di la tarjeta de identificación temporal :
-Uala, un español con esto, normalmente lo tienen los colombianos y no les dejan pasar la frontera. Nosotros te llevamos hasta allí, pero si no te permiten el paso al Perú es responsabilidad tuya.
Le dije que vale y que desde el ministerio se me había dicho que me dejarían pasar. Pagué y me dio el billete del primer bus que salía hacia Lima.
39. Atención, inmigrante ilegal!
Era martes y no había salidas hasta el viernes, lo que significaba que tenía que pasar tres noches más en la habitación patera de Luca, jeje. Escribí para avisarle y me dijo que no había ningún problema, pero que tenía que esperarle hasta que llegase del trabajo para entrar (si entraba sólo había peligro de que el casero sospechara algo).
Por la mañana, me levanté otra vez muy temprano (tanto que me tuve que saltar la puerta de la casa para poder salir) y volví a hacer cola con los inmigrantes. Al llegar mi turno para el abogado, dos señoritas me atendieron.
-Explica tu problema jovencito.
Le dije lo que me dijeron el día anterior en el ministerio y que tenía un billete directo para Perú para el viernes.
-Pfff, normalmente pedimos 5 días para estas cosas (genial, ya me lo podría haber dicho el funcionario). Déjame que llame a Soledad a ver si ella puede hacer algo. Tiene contactos con las altas esferas. De mientras, sube a la quinta planta que es donde está ella, ahora la llamo para informarle.
Subí y una mujer me estaba esperando.
-Eres el gallego? Necesito tu billete.
Se lo dí, hizo unas fotocopias y me lo devolvió.
-Vale, ya está listo, mañana ve a la Interpol para que te devuelvan el pasaporte y el viernes coge ese bus. No vuelvas a colarte en un país chico, que a este no podrás volver a entrar en dos años y no es plan de que estés deportado de medio mundo.
39. Atención, inmigrante ilegal!
Le dí las gracias y deseé con todas mis fuerzas que esa fuera mi última visita a aquel edificio.&version;

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