Revista Cultura y Ocio
Hoy hace 4 años, estando de vacaciones en la playa, supe de la muerte de Amy Winehouse, que te sorprende y te apena en un primer momento, aunque luego piensas y te das cuenta que era una muerte anunciada, después de ver aquella espantosa actuación de Belgrado, con aquel pedal que no podía ni cantar, pero vamos que la cosa ya venía de lejos y era una acumulación, más unido a su bulimia lo que provocaba muchos desórdenes alimenticios... en fin que su corazón dijo basta a los 27 años, después de una borrachera de órdago y entró en ese mítico club de los que han fallecido a esa edad... Jim Morrison, Janis Joplin, Jimi Hendrix, Kurt Cobain, etc...Pero claro, hablamos de una de las voces de jazz y soul más acojonantes que ha parido madre en muchos años, y ahí no te acuerdas de su mala vida, te centras en el pedazo de vozarrón que tenía y ese don, al que hace referencia Tony Bennett, su ídolo, en el reciente documental de Asif Kapadia, ese don que sólo unos pocos tienen, y ella lo tenía. ¿Y en qué consiste? Pues consiste, en que te pones a oírla cuando cantaba estando decente y se te cae la baba, y flotas, pero flotas de verdad, porque era una absoluta diosa, un portento de los que destacan.
A finales del año 2011 salió todo el material que había grabado de ella, titulado Lioness: Hidden Treasures, y ahí está incluído el dueto con Tony Bennett, al que ella idolatraba y adoraba.Os dejo con el Body and soul, que no es que sea una maravilla, es algo más... de hecho en el documental se ve como ella quiere hacerlo bien y estar a la altura de su mito, y repite hasta que sale bien. Un disfrute del crooner y su aprendiz.