5 jinetes y un escudero, poemas

Trípode

Puedes sentir la sangre caliente al bajar por tus venas,

Se desliza desde la herida hacia las yemas de los dedos como un río pestilente,

Forma deltas de muerte, la piel es un pantano seco, soy un muñeco de barro.

 

Las lágrimas,  al contrario, son una mar salada,

Un océano triste, los marineros son recuerdos, luciérnagas de plomo que se funden en el alma,

Las memorias encallan en el tiempo, ya nada se puede cambiar.

 

El dolor, es esa mensajera indeseable que te avisa que el momento se acerca,

Es ella quien te despierta, quien te dice que el tiempo en el mundo real se acabó,

Entonces comprendes que no aprovechaste un segundo.

Enana Blanca

Hay historias tan tristes, que contarlas da pena,

Memorias infames, heridas profundas en el alma de los quienes,

Y yo que te veo, observo en la superficie de seda, profundas cortadas,

No son betas de oro, existen como cavernas de infinita oscuridad,

Donde se esconde una niña de sin igual blanco color, como una estrella,

Me siento un explorador del desierto, la vida en ti es engañosa.

 

Quería conocerte, así que tome una maleta y me adentre en tus avernos,

Ahora estoy aquí a oscuras, padeciendo el frío de tus palabras,

El amor es un veneno insípido que nos mata lentamente, me obligas a beber,

Estoy embriagado con tu belleza, pero por dentro también estoy triste,

No encontré a la mujer del color de la estrella, ahora quien me guiara a casa.

 

La primera vez que te vi era una selva pantanosa, verde como las esmeraldas,

Ahora años después, no hay más vida en ti que la que esconden tus ojos,

Donde quedaron tus delicados brazos que me aferraban a la vida,

Que hicieron con la bondad en tu interior,

Que fue de la niña perdida,

Ya no hay niña, no hay estrella, no hay color.

Druida

Nos conocimos al fragor de una batalla, la vida,

Te vi y no me importo, me sentiste y no me hablaste,

Confidente, amigo, ahora morís.

 

Con las raíces bien profundas, como aferrándote la vida,

Te vi y no me importo, hoy te veo de nuevo y me duele, verte morir,

Nos fuimos íntimos, tu y yo, yo a ti.

 

Sabrá galla quien te ha causado este daño, sabrán los pájaros, sabrán los años,

Pero yo amigo, no sabré más de ti,

Eras el más grande y el más ausente, vetusto árbol imponente,

Solo el recuerdo me queda de ti,

Y como las estrofas y los versos, como todo en este universo,

El otoño de la vida, te ha llevado a tu fin.

 

Los sentimientos que compartimos, amor, tristeza, dolor, traición y derrota,

No son malos, de la vida los matices, son a los humanos,

Como  las estaciones a las hojas, cono los inviernos a ti.

Cordillera

Sueño con montañas cuando te tengo a mi lado,

Imponentes riscos rasgan el cielo,

Y recuerdo que estoy soñando y que soy feliz, porque sueño con montañas

Sueño contigo, que eres la tierra que surge por sobre los mares y las almas.

 

Sueño con montañas, cuando viajamos al pueblo,

Te a currucas junto a mi cuerpo, como un carbón ardiente que me calienta,

Y puedo dormir tranquilo al ver tus ojos negros esconderse como la luna tras las nubes,

Sueño que soy tuyo más allá de mis límites y de los límites de este mundo que me amarra.

 

Sueño con montañas, cuando dormimos enojados,

Los problemas se presentan ante mí como pilares enormes,

Y las onduladas dunas que con el paisaje contrastan,

Sueño que sueñas conmigo y que me extrañas con rabia.

 

Sueño con montañas, cuando el mundo se hace plano ante mis metas,

Las alturas se hacen imposibles, Pienso que quiero avanzar y pienso en ti,

Y si quiero soñarte miro a las montañas, si no estás y sueño contigo y con las nubes, con montañas y con tus ojos negros como una luna en negativo,

Sueño con montañas Y que desde la altura tu nombre grito.

Palabras

Soy aula y espacio,

Geografía del conocimiento,

Referencia máxima de humanidad,

Un país es mi reflejo,

Una nación que lucha, una tierra dividida por el mar.

 

Soy asignatura y materia,

Física de la intelectualidad,

Conocimiento de generaciones,

Un camino a la igualdad,

Una vía rápida al pasado, un paso firme a verdad.

 

Angustias he encarado,

De mil falencias me pueden acusar,

Pero en todos estos años no he parado,

De ofrecer porvenir y oportunidad,

En mi nace la patria y lo mejor que esta puede dar,

Soy la arpía de un escudo,

El mangle de una costa, la cultura de una nacionalidad.

Apéndice

Hay en tus manos la ternura del fuego,

Veo en tus ojos el brillo del sol,

Tengo en el corazón el dolor de la vida,

Entonces me pregunto de donde saliste, me pregunto dónde estuviste,

Yo que siempre guarde tu amor.