Si en unos 100 años los antropólogos investigaran los hábitos y las costumbres de los españoles (e imagino que de muchos otros países también), llegarían a la conclusión de que a la gran mayoría de la población les encanta hacer limpieza. Después de haberse pasado toda la mañana del sábado lavando y colgando ropa, fregando suelos y lavabos, limpiando el horno, el microondas y no sé que más, las personas colapsan en el sofá para, ahora sí, disfrutar del fin de semana. O lo que queda de él. En combinación con la compra semanal, este ritual puede llevar entre 3 y 8 horas. Debe haber mucha pasión en invertir tanto tiempo semanal en esta actividad.
La ley de la limpieza semanal sabadeña no existe
¿Quién ha decidido que la limpieza del piso debe hacerse de un tirón? ¿Dónde está escrito que tiene que ser los sábados por la mañana/tarde, preferiblemente combinada con la compra semanal? “Se ha hecho siempre así ” no es un argumento válido cuando se trata del uso de tu tiempo. Y me cuesta aceptar que prefieras fregar el suelo antes que hacer un brunch extra largo con tu familia o tus amigos sin pensar en “uyyy, todavía hay que limpiar la casa.”
Inventando un sistema de limpieza a bocados
El problema de la limpieza semanal es que al hacerlo todo al mismo tiempo estropeas todo un día. Si lo divides en pequeñas tareas que puedes acomodar a lo largo de toda la semana una inversión diaria de 15-20 min te abre todo un abanico de opciones alternativas para el fin de semana. Finalmente puedes viajar sin temer que a la vuelta te espere la limpieza semanal duplicada.
El sistema tiene dos partes: la división de las tareas y el recordatorio. Porque ya sabes que la voluntad por si sola no es suficiente y que más vale incluir alguna pista en tu día a día que te ahorre el trabajo de tener que recordarlo todo.
Lunes, martes, miércoles: cada día su tarea
En tu próxima (y última) limpieza semanal anota todas las tareas que realizas para distribuirlas a lo largo de la semana. Así puedes crear tu propio “horario”, por ejemplo:
- Lunes: barrer toda la casa
- Martes: colgar ropa (puesta la noche anterior, si tienes temporizador, o cuando te fuiste al lavabo a las 3 de la mañana) por la mañana, recoger ropa por la noche
- Miércoles: limpiar la ducha antes de ducharte (levantarte 10 min antes), el resto del baño por la noche
- Jueves: barrer la casa, fregar si hace falta
- Viernes: limpiar la cocina
Si no vives solo, asegúrate de distribuir las tareas por día y por persona. Así cada uno tiene que trabajar menos.
Un recordatorio a base de nevera (y tarjetas)
Y para que no te despistes puedes escribir estas tareas en unas tarjetas de formato Din A6 que dejarás en un lugar muy visible (por ejemplo sujeto con un imán en la nevera). El primer día haces la tarea que está en la primera tarjeta y la pones al final del montón. Ahora ya sabes lo que toca mañana, sin que tengas que pensártelo mucho cuando vuelvas del trabajo y pases por delante de la nevera. Y así sucesivamente.
Y el sábado, llévate tus amigos al campo para disfrutar de la libertad del fin de semana.
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Imágen: inf3ktion / flickr