7 claves para la regulación del consumo colaborativo
El consumo colaborativo será un segmento significativo de la actividad económica del país. Tras las recientes notícias acerca de la denuncia de Fenebús a BlaBlaCar y titulares como “Guerra total de la industria contra el consumo colaborativo en España” es pertinente identificar las claves en materia de regulación del consumo colaborativo
1
La escala quasi industrial despierta el interés
En España el consumo colaborativo ha adquirido una escala quasi industrial en sectores como el alojamiento (ver estudio de Airbnb en Barcelona), la movilidad (con BlaBlaCar a la cabeza) o las finanzas (datos de crowdfunding en España y LATAM 2013)
Esta escala ha despertado el interés de los reguladores en los mismos sectores (crowdfunding, alojamientos de corta duración y la movilidad colaborativa.), los medios de comunicación (ElConfidencial, GenBeta y ver seleccion de artículos) y los partidos políticos (En Canarias: “El PSOE demanda al Ejecutivo que apoye el consumo colaborativo”)
2
La regulación es necesaria
Ya os hemos comentado varias veces que la economía colaborativa también necesita sus leyes. De hecho no sólo se necesitan las leyes sino que se merecen, para no vivir al margen de la ley o temerosos de su estricta aplicación.
La necesidad de regulación es una indicador de madurez y reconocimiento del sector del consumo colaborativo
Lo que no hay que confundir son los verbos regular y prohibir. La regulación debe establecerse para favorecer el desarrollo de la actividad en un marco jurídico acordado y que aporte seguridad a los usuarios y las plataformas P2P.
Un buen ejemplo de cómo regular (tanto en el contenido como en la forma) lo encontramos la regulación de los sistemas de movilidad compartida en California. (.pdf con el detalle de todo el proceso)
3
Manzanas, peras y plátanos
Muchos de los problemas regulatorios, como el caso de Fenebús, aparecen por una cierta miopia. Si en mi mundo sólo hay manzanas, sólo podré describir el mundo que me rodea a base de manzanas. Lo que no entienda lo identificaré como manzanas podridas.
En realidad el mundo es más complejo y hay naranjas, zanahorias, peras, etc. por lo que los servicios de consumo colaborativo no deben ser puestos en el mismo saco que sus supuestos competidores.
Otra solución es hacer una macedonia de frutas. Sin ir más lejos Carpooling.com en Alemania tiene acuerdos con empresas de tren y autobús, ofreciendo estas alternativas a la vez que ofrece asientos en los coches registrados en la plataforma. Donde unos ven amenzadas otros identifican oportunidades.
4
La autoregulación es una opción
Un cierto grado de autoregulación ya funciona entre los usuarios colaborativos. Una de las características de las plataformas peer-to-peer son los “peer reviews” (comentarios de experiencias entre los usuarios dentro del servicio) y un cierto grado de “peer policy” (los usuarios identificar a otros usuarios que podrían no estar respetando las normas de la plataforma)
A nivel de las propias plataformas, eminentes académicos como Arun Sundararajan defienden la autoregulación del sector. La solución consiste en delegar más responsabilidad regulatoria para los mercados y plataformas siempre con un grado adecudado y necesario de supervisión gubernamental. Él propone la creación de nuevas organizaciones de autorregulación como los que han tenido éxito en otros mercados e industrias (en España tenemos el ejemplo de Confianza Online)
5
La regulación será sobretodo por verticales
Aunque hablamos del consumo colaborativo como un “sector” la verdad es que las empresas no tiene tantos puntos en común cuando hay que bajar al nivel de detalle que existe la regulación
¿Qué tienen en común a nivel regulatorio un plataforma de crowdfunding, una de transporte colaborativo y un banco de tiempo? Más bien poco.
Hay únicamente dos puntos donde una aproximación transversal puede tener sentido:
a) La figura del microemprendedor: aquel ciudadano que activa aquello que tiene y/o aquello que sabe o sabe hacer para generar ingresos (monetizados o no monetizados). No se trata de un asalariado ni tampoco encaja en la figura de un autónomo. Queda en un limbo sin identificar en el que cada vez cae más gente.
b) La innovación en los seguros: cuando hablamos de intecambios entre particulares a menudo aumenta el riesgo percibido. En este entorno los seguros tienen una gran oportunidad de negocio para ofrecer servicios novedosos y ayudar a la regulación de estas actividades.
6
Con un foco en lo local
La economía colaborativa se entiende muy bien a nivel de ciudades y los beneficios que se presentan son obvios desde el punto de vista de las administraciones locales.
Algo similar ocurre a nivel europeo, donde por ejemplo el Comité Económico y Social Europeo identificó las nuevas oportunidades para las consumidores y las empresas en relación al consumo colaborativo.
El nivel donde se presentan más conflictos es el nivel nacional (o a nivel de comunidad autónoma), donde tradicionalmente los “lobbies” se han asentado con mayor fuerza para amoldar las regulaciones a sus propias necesidades.
7
Los usuarios defienden sus intereses
Asumiendo el papel de embajadores, en los últimos días muchos usuarios de Blablacar han defendido su papel y han provocado algo que probablemente Fenebús no se esperaba: que muchas más personas conozcan qué es Blablacar y el tipo de servicios que ofrecen.
Los usuarios están tomando así parte activa en la defensa de sus propios intereses y necesidades. En Estados Unidos hace pocos días Peers ha lanzado Peers Petitions (al estilo Change.org pero centrado en la defensa del consumo colaborativo).
En España el pasado 14 de febrero vimos los “Abrazos en defensa de la economía colaborativa”
Lo que está claro es que los usuarios no van a pedir ni permiso ni perdón para organizarse mediante las plataformas de consumo colaborativo.
Y si has leído hasta aquí, un toque de humor para terminar: Hoteleros Vs Consumo Colaborativo (El Apocalipsis de los empresarios Zombies)
Imagen de portada de Morberg en Flickr con licencia CC BY-SA
Posts relacionados:
#todoelmundoesbueno – Mesa redonda @OuiShare en #SMWBCN ¿Qué ha ocurrido realmente con la regulación del crowdfunding?