VERDAD, JUSTICIA y PERDÓN, el orden lógico de la RECONCILIACIÓN
Por rociosalazarp desde ChileHoy es día de reflexión, así que ahí vamos. Tal como puede pasar en una relación de pareja, por ejemplo, cuando una de las partes comete un error, se paga. Es la lógica, creo. Ahora, nos pondremos en la situación de que este error fue en desmedro de nosotras (obvio, casi siempre es así). Primero, exigimos que nos cuenten lo que en realidad pasó, saber la verdad es la base para evaluar la situación. Luego, pedimos justicia, o sea, una compensación por lo sucedido. Aquí nos ponemos brujas-brujas porque esa compensación debe ser proporcional o mayor al error cometido, cualquier otro camino no nos sirve. Cuando todo lo anterior tuvo buen puerto, o sea, la verdad nos satisfizo y la justicia nos tranquilizó, recién pensamos en el perdón y, dependiendo de la magnitud del error, finalizamos el ciclo con un trabajo de reconciliación que a veces toma tiempo y otras acaba con un buen polvo (cada uno con sus intereses).
Imagen: luduran.files.wordpress.com
En Chile, hace 40 años, se cometieron los más grandes errores que se pueden cometer con el ser humano, pero todavía no hay verdad y menos justicia. Entonces, ¿podemos optar al perdón y la reconciliación? Mejor sigamos con un poco de contexto antes de responder esa pregunta.El 11 de septiembre de 1973 comenzaron los 17 años más oscuros que recuerdo en la historia de mi país (no soy una experta, pero no es necesario serlo para urdir esa frase). Digo oscuros porque hasta el día de hoy no se blanquean; sabemos que a manos del General Augusto Pinochet se vulneró el gobierno, sabemos que se tomó el poder a punta de muertes, sabemos que perdimos la democracia y sabemos que nos extirparon de la sociedad quitándonos los derechos humanos. Sabemos con certeza todo lo que contiene el Informe Rettig, pero hay cosas que nadie sabe, por ejemplo dónde están los cuerpos de tantos detenidos desaparecidos torturados y muertos, familiares de gente cercana (quizás tuyos), compatriotas chilenos que nadie ha despedido (ritual necesario en casi todas las culturas), seres humanos que no merecían morir bajo ningún punto de vista, y aquí soy intolerante: ¡BAJO NINGÚN PUNTO DE VISTA!Entonces, si no sabemos la verdad terminante, esa verdad necesaria para hacer justicia, ¿podemos optar al perdón y la reconciliación? Por estos días hay un equipo variopinto de personajes pidiendo perdón por errores que ni siquiera sienten propios (queda confirmado por otras declaraciones) so pretexto de la reconciliación, piden un perdón vacío que no conlleva justicia. No seamos ingenuos, los dolores impuestos arbitrariamente a muchos chilenos deben ser atendidos y sublimados ahora, no habrá reconciliación hasta que nos hagamos responsables como sociedad –sí, todos juntos– de este vicio maquiavélico que trae consigo el silencio y el desafuero. Y por último, un descargo a frases que me parecen inconducentes e infantiles. A los que preguntan “¿qué sabes tú si ni siquiera habías nacido?”, aparte de sentirme joven-joven, les contesto: No hace falta que me lance de un piso 25 para saber que moriré. A los que expelen la frase “de nuevo los comunistas pegados”, les digo: No todos los que hablan del tema son comunistas, no todos los que se apasionan están pegados, pero sí compartimos algo, queremos verdad y justicia para ti y para todos. Y, a los que expresan súbitamente “me tiene aburrid@ el temita”, les contesto: Es un temón, responsable de la sociedad en la que hoy vives… esto se acabará cuando sigamos el orden lógico, ¿no es mejor hacerse parte de la reconciliación de tu país?