Revista Arte

A contratiempo

Por Raquelcascales @rcascales
“El ser humano se hace humano dando orden al flujo arbitrario de sensaciones que captan sus sentidos, estableciendo un aquí, un allá, un tú, un yo; dando forma estable a la siempre cambiante realidad con símbolos, imágenes, conceptos y categorías; y dando ritmo y sentido al caos de sonidos del entorno. Las obras de Joyce, Duchamp, Satie y del mismo Cage son tan extrañas y abstrusas precisamente porque se rebelan contra esa necesidad humana. Entre la gente común, que no las entiende, generan rechazo e irritación. En cambio, entre quienes buscan una forma de escapar a la condición humana y sueñan con un hombre nuevo, capaz de pensar, sentir y vivir de forma distinta, en una sociedad renovada, despiertan la más absoluta fascinación. Joyce, Duchamp, Satie y Cage ofrecen una ventana a la utopía.” Carlos Granés, El puño invisible, Taurus, 2011, p.65 

A contratiempo

Peter Callesen, Hanging Image, 2008. (Arco 2013)


Humano, demasiado humano, dijo Nietzsche. Sí, nos hemos vuelto demasiado humanos. Nos conformamos con lo que creemos ser. Nos hemos acostumbrado a convivir con la falsedad. Nos hemos olvidado de vivir. 
Al artista no le corresponde imaginar el mundo, sino mostrarlo tal y como es. Por ello el arte nos enseña que no se trata de entender el mundo, la vida, sino de aceptarlo tal y como es. Ahí está lo difícil, cuando nos enfrentamos a lo que verdaderamente es. 
No hay separación entre arte y vida. Si la hay, no es más que un espejismo. Hay que volver a abrir los ojos y despertar. 

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