Separarse en mitad de un proceso creativo, que además tiene que ver con la maternidad y (la que fue) tu familia, es duro. Ha supuesto un parón de un año largo, que se dilataran los plazos del lanzamiento del disco y de la entrega de las recompensas así como el bloqueo a la hora de ofrecer conciertos (imposible cantar sobre todo lo que estaba viviendo). Necesitaba parar. Y paré.
Paré tanto que no llegué a poner nunca a la venta los discos. Tengo unas 250 copias de "La Sal" en casa. Una edición limitada que en su momento hicimos con todo el amor y el cuidado que merecía el proyecto. Jaime Gracia se curró todas las letras a mano para el libreto, además de una maquetación y diseño exquisitos; Pau Consuegra cedió varias de sus increíbles fotografías para ilustrar la edición y Andrea Irles aprobó que la página central fuera una de las fotos más bonitas que me han hecho nunca con mi hija.
Mucha gente que no pudo ser mecenas en su momento me ha preguntado por la venta de los CDs y si os soy sincera, también necesito hacer hueco en los armarios 😉
No, en serio, hoy por fin se pueden comprar mis discos desde bandcamp, y eso quiere decir que poco a poco este nudo se afloja, algo empieza a liberarse y la Herida, aunque no está cerrada del todo o quizás precisamente por eso, deja pasar algo de luz. Hoy mis sombras son menos sombrías.
Gracias a todxs por la paciencia y el cuidado.
Esta entrada fue publicada en Misceláneas por Beatriz Montiel. Guarda el enlace permanente.