A pesar de los avatares de la vida, estoy plenamente convencido que merece la pena vivirla.
Convencido que es mi actitud ante las dificultades, lo que me hace salir más o menos indemne de las circunstancias que me van aconteciendo, lucho cada día por aprender y sazonar con una buena dosis de humor, todas y cada una de las experiencias que me van sucediendo, buenas y malas.
Desechar el derrotismo y el pesimismo, no es fácil, más con lo que está cayendo, pero estoy aprendiendo a afrontar mis dificultades, mirándolas a la cara, sin miedo, con respeto, pero sin cortapisas que me hagan salir despavorido como en otras circunstancias de Mi Camino de Vida.
Hoy el puñado de imprevistos que tengo, se van solucionando, poco a poco, ahí a mi lado, se mantienen mis incondicionales que me apoyan y me guían.
“No siempre podemos elegir los acontecimientos que nos toca vivir, pero sí podemos optar por distintos modos de afrontarlos”
Supongo que la vida no es un problema a resolver, sino una experiencia a realizar que nos va forjando a nosotros mismos.
Creo nada ha cambiado a mi alrededor, todo sigue igual. Sólo yo he cambiado, por lo tanto, todo ha cambiado.