Revista Diario

¿A quién no le da nostalgia el Pete?

Por Rutinacortadaacuchillo @RCACoficial

Gomoso, azucarado, se derrite en tu boca. Nada como el Pete de Billiken.

Señor kiosquero, ¿qué me alcanza con esto? le gritabas desesperado, mostrándole esa moneda brillosa en tu mano y el pobre tipo tenía que pensar por vos. Y… te alcanza para un Tubby y una tira de Fizz. O un Mecano y tres chicles Jirafa. O 20 Flynn Paff. ¿Se acuerdan cuándo el Flynn Paff salía 5 centavos?

A medida que fuimos creciendo, muchas de estas golosinas desaparecieron, o lo que es peor, redujeron su tamaño y encima aumentaron su precio. Como los chicles Jirafa, que pasaron de medir 27,2cm a 9,1cm (no sabemos cuál es la medida en pies, debe ser menos de un pie seguro).

O uno de los peores crímenes: haberle sacado la pastilla multicolor al paquete de Yapa. Son malos, eh. ¿Qué pérdida podría llegar a traerle a los fabricantes esta pastilla multicolor?, si todos sabemos que la hacían con los restos de las demás.

En cambio, los que siguen iguales, o sea no mejoraron ni un poquito, son los Bazooka. El chicle es duro, el sabor es efímero y los chistes son malísimos. Pero ni siquiera son de los los malos que te hacen reír por malos. Son nada. Joe Bazooka es un personaje vacío. No tiene historia. ¿Por qué tiene un parche? Nunca explican como perdió su ojo. Tenemos la teoría de que los dibujos los hace el hijo del dueño. Quien también seguramente hace el horóscopo, y la palabra esa que se forma uniendo los extremos del papelito.

Y les tiramos algunos recuerdos que se nos vienen así al azar, medio random: los Puajj, los chicles Dinovo, las ranitas Rospy, las mielcitas, el juguito helado Naranju…

Vos contanos de esa golosina que te alegraba tanto. Comentá, sumate. Podés ganarte un Pete.

¿A quién no le da nostalgia el Pete?


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