A rey muerto, rey puesto

Cuando un libro tiene éxito, la propia editorial que lo ha editado y la competencia publican novelas similares. Ya sucedió con los vampiros y Meyer, con la juvenil romántica y Moccia, con las distopías y Collins. Ahora la historia vuelve a repetirse con la fantasía épica y George R. R. Martin, y para muestra dos libros.

En primer lugar La caída de los reinos, de Morgan Rhodes ( SM), en la que una tierra, Mytica, se halla dividida en tres países y cuyos monarcas lucharán entre sí por el poder. Traiciones, amores prohibidos y magia, mucha magia, es lo que el lector encontrará en sus páginas. Por cierto, Rhodes es uno de esos autores a los que no le tiembla el pulso: aunque la novela es algo predecible, las muertes de ciertos personajes sorprenden. Sin duda, a pesar de que no es una gran historia, está bien escrita y estructurada y es más que entretenida.

Por otro lado tenemos Duelo de espadas, de Lucía González Lavado (Destino), en el que tampoco faltan las princesas ni los caballeros, que harán lo posible por hacerse con el trono. La lucha entre las distintas clases sociales, el romanticismo, la magia y las criaturas ancestrales también son parte de la trama. En cuanto a los personajes, destacan los femeninos: ¿quién dijo que las chicas no son guerreras?

Esta novela comparte con la anterior además, una cuidada edición. No obstante aquí la prosa deja que desear: hay algunas faltas y frases que no están bien construidas. Asimismo, abundan las descripciones, se deja poco a la imaginación y los diálogos resultan forzados.

En ambos libros los personajes aparecen poco a poco y todos confluyen en las últimas páginas, de forma que las partes más emocionantes son los desenlaces. Unos finales que dejan la puerta abierta a sendas segundas partes. Y es que la batalla por la corona no ha hecho más que comenzar, al igual que esta no tan nueva moda literaria, la de la fantasía épica, porque visto lo visto esto es solo el principio, pues aún quedan por ver la luz muchas obras similares que tratarán de conquistar las estanterías de los lectores.