Revista Cultura y Ocio

A veces pensar en el futuro me enferma

Publicado el 30 junio 2025 por Ispamaga @is_ma_ga

Una escritura sin cura, sin manual, sin promesa

A veces pensar en el futuro me enferma

Tengo miedo.

No ese miedo heroico, cinematográfico. No. Un miedo sin nombre. Que empieza en la boca del estómago y se mete en la espalda, en los dedos. Un miedo que no grita. Que susurra: no hagas nada.

Y yo —obediente— no hago. Y después me culpo por no hacer.

Pensar en el futuro me da hambre. Pero no como para comer. Hambre como de tragar algo que no llega nunca.

Es la ansiedad. Sí, claro. Pero no la ansiedad de los libros, de los artículos, de las soluciones.

Es la que se disfraza de bostezo. De desgano. De esa sensación de “ya para qué”.

Pienso: “¿Y si lo que quiero es demasiado?”

Pero después pienso: “¿Y si no hacer nada es peor que fracasar?”

Y entonces no me muevo. Me quedo quieta. Como un animal acorralado por sus propios pensamientos.

Leo a Fernando Pessoa: “No soy nada. Nunca seré nada. No puedo querer ser nada. Aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.”

Y me da rabia.

Porque yo también tengo sueños.

Pero me han enseñado a tener miedo de ellos.

Como si desear fuera indecente.

Como si hacer lo que una quiere fuera el capricho de una niña malcriada.

Me preguntan qué quiero hacer con mi vida. Y yo pienso en dormir. En escribir sin que nadie lea.

En apagar el celular. En no tener que demostrar que soy capaz. ¿Eso cuenta como proyecto?

Escribo esto no para explicarlo.

Escribo porque no sé qué otra cosa hacer con este nudo que no se deshace ni llorando.

Afuera hay gente que hace cosas.

Construye.

Avanza.

Felicita.

Yo —a veces— apenas respiro.

Y sin embargo, algo me sostiene. Quizás sea la sospecha. La loca sospecha de que lo que siento no es fracaso. Es una etapa. Una forma de gestación. Una forma de futuro que no se deja pensar sin antes destruirlo todo.

Clarice (yo) escribe: “No me entiendan mal, apenas me entiendan.”

Así.

Eso.

Apenas.

Así quiero vivir por ahora. Sin apuro. Sin respuesta. Pero escribiendo.

Porque si no escribo, me olvido de que estoy viva.


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