13/03/2012 16:50:59
Activistas de Greenpeace se manifestaron en el edificio de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) para recordar el desastre de Fukushima y exigir el abandono de la energía nuclear en Argentina. Para ello, los escalaron el edificio de la Comisión, ubicado en la Av. Del Libertador y Ramallo, y desplegaron un cartel con la leyenda «Fukushima: no hay energía nuclear segura», a 13 metros de altura.
«La catástrofe de Fukushima dejó al descubierto las enormes fallas regulatorias inherentes a la industria atómica alrededor del mundo y el peligro que existe en cada reactor nuclear, incluyendo los argentinos», declaró Mauro Fernández, de la Campaña Nuclear de Greenpeace Argentina, y agregó: «Fukushima demostró que la energía nuclear segura no existe».
Después del desastre en Japón, países como Alemania, Suiza, Bélgica e Italia decidieron abandonar la opción nuclear. Sin embargo, Argentina impulsó el desarrollo de esta energía y, entre otras cosas, firmó contratos por la extensión de vida de la central nuclear Embalse en Córdoba, y comenzó la puesta en marcha de Atucha II en Zárate, a sólo 100km de la Ciudad de Buenos Aires.
«Argentina debe aprender las lecciones de Fukushima y apagar sus reactores, todos de diseño anterior a Chernobyl, por los enormes riesgos que poseen y su aporte marginal para cubrir la demanda eléctrica, sólo el 6% de la generación total», sostuvo Fernández y sentenció: «Argentina tiene uno de los mayores potenciales eólicos del mundo. Invertir en energía atómica es una trampa económica a las verdaderas soluciones al cambio climático y un riesgo innecesario para la población».
La organización recordó la tragedia nuclear de Fukushima, Japón, la peor en la historia después de Chernobyl, en la que 150.000 personas fueron evacuadas, se registraron 573 muertes relacionadas al desastre, se produjo la mayor descarga de elementos radiactivos al Océano Pacífico y 13.000km2 de tierra quedarán contaminados por décadas. Los daños estimados, incluyendo el cierre de la planta y la limpieza del lugar, ascienden a US$ 650 mil millones de dólares. Meses después del desastre, el gobierno japonés dio a conocer un estudio en el que consideró como un escenario posible la evacuación de la ciudad de Tokio, a 250km de la central.
Ike Teuling es experta en radiación de Greenpeace Internacional y realizó trabajos en Fukushima después del desastre: «La catástrofe nuclear afectará la vida de los japoneses durante décadas. En mis viajes a Fukushima y Chernobyl, he visto cómo la gente vive preocupada sobre su salud y la salud de sus hijos. Estos desastres y sus consecuencias sociales y ambientales son más que suficientes para abandonar la energía nuclear para siempre», afirmó.
Greenpeace exige el abandono de la energía nuclear y propone una transición hacia energías limpias y renovables como la eólica.
(Fuente: PES)
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