Gracias a Germán Muñoz, experto en terroirs y suelos, amén de buen amigo, tuve la oportunidad de disfrutar con un gran vino elaborado en una bodega en la que la uva treixadura es la reina: Adega do Moucho.
El vino catado es de la añada 2010 cuyo viñedo es posiblemente uno de los pocos que se encuentra situado dentro de un nucleo urbano, en este caso en Ribadavia (Orense) y del que apenas se elaboran 3.700 botellas. Todo un lujo.
Quizá como una imagen vale más que mil palabras -aunque sea en gallego se entiende perfectamente- lo mejor es que conozcáis a los principales protagonistas: José Manuel Martínez Juste (enólogo) y Francisco García Pérez (bodeguero). Dos amantes de su tierra cuya inquitud queda refledada en la elaboración de este vino.
El vino: Adega do Moucho 2010
Elaborado con un 90% de uva treixadura y un 10% que aportan las variedades albariño, loureira, godello y caiño . 13,5% vol. D.O. Ribeiro
Vino de uva treixadura
El vino fue macerado en frío durante 6 horas, con fermentación a 16º y realizando una crianza en barricas de roble Alier, Nevers y Húngaro durante 8 meses.
Cata:
Preciosa visa con tonalidad amarilla y menisco dorado. Lágrima fina y densa. Untuoso en agitación.
En nariz se muestra complejo, limpio y elegante, desplegando notas de fruta blanca y amarilla de hueso. Sutiles tosados debido a su paso por barrica. Apuntes florales (camomila) y elegantes aromas de bollería y notas cítricas.
En boca se muestra goloso, pero no empalagoso, fresco, pero no “simple”, mostrando una excelente acidez y untuosidad. Graso y envolvente, llenándote la boca de sensaciones y con una madera bien integrada que no predomina sino que conjunta las sensaciones gustativas.
Es largo y “adictivo” con una retronasal en la que las notas de fruta y crianza se conjugan con sutiles cítricos y minerales mostrando un elegante amargor final.
Realmente un gran vino que seguramente mejorará en botella habida cuenta de su buena acidez y estructura y que no habrá que perder de vista.
Video: Zafimar