Fue un adelantado a su tiempo que ahora parece no tener sitio, un lugar emblemático que lideró el resurgir de una de las zonas más importantes, comercialmente hablando de la capital. Después de 16 años recibiendo un goteo infinito de gente el doloroso adiós del Mercado de Fuencarral ya tiene fecha. Una despedida para la que nadie parece estar preparado.
Mientras estaba en mi periplo por tierras sudafricanas leí con pena la confirmación de una mala noticia que ya se llevaba algún tiempo barruntando. De hecho, hace unos años ya el órdago merodeo por la mente de alguno pero el envite se esfumó, o no fructificó, que para el caso es lo mismo. Finalmente este icónico espacio al que todos parecemos tener un especial cariño siguió desempeñando su febril actividad mientras el barrio seguía ganando inquilinos y tiendas.
Su lamentable marcha se llevará consigo muchos recuerdos, entre todos ellos flotará uno mío, en la que fue una de mis primeras visitas a Madrid. Debía de ser en torno al año 2005 o 2006 cuando, junto a varios amigos, decidimos visitar esta vibrante ciudad. De la mano de un conocido que ya vivía aquí conocimos la Calle Fuencarral, por aquel entonces con tráfico en todo su trazado, y sus tiendas. De toda ella lo que más nos impactó fue aquel moderno espacio ubicado en el número 45, de cierto toque futurista, decorado con chapas metálicas y locales que vendían las mercancías más insospechadas. Aquel acercamiento al Mercado de Fuencarral me hizo ser consciente por primera vez de que Madrid era una ciudad viva, una ciudad diferente. Todos recorrimos con cara de sorpresa sus galerías, tratando de asimilar todo cuanto veíamos y oíamos.
Y es que esa fue siempre su gran especialidad, sorprender al público que se acercaba a conocerlo. Experto en marcar tendencias desde que fuese abierto en el año 1998, no tardó mucho en convertirse en el punto más concurrido y solicitado de toda la vía. Sus tres plantas y cerca de 50 locales siempre han asumido un goteo incesante de vidas. Mientras se visita es posible cruzarse con turistas, curiosos o miembros de cualquier tribu urbana que buscan en sus mostradores el complemento ideal para su ‘look’. Rondando por él me he topado con gente de todo credo y condición, jugadores del Real Madrid inclusive. Todos tienen cabida en él pero ahora él no tiene cabida en nosotros. El Mercado de Fuencarral llegó cuando aún coleaban tiempos convulsos para la zona y se erigió como el gran abanderado de su profundo lavado de cara. Su presencia reactivó económicamente esta área de la capital. Ahora, pocos parecen recordar lo mucho que hizo o proponen reconocerle su mérito.
En pocos meses su originalidad se diluirá. Del mismo modo su arrolladora personalidad se fundirá entre los brazos de una gran multinacional. Al menos, ése parece su futuro inmediato, perder su identidad para convertirse en el buque insignia de una marca de ropa. El precio del crimen, según algunos sugieren, podría rondar los 24 millones de euros. Todo apunta a que el 31 de julio de 2015 el Mercado de Fuencarral se marchará de nuestras vidas sin haber alcanzado la mayoría de edad. Parece que Madrid está cogiendo un hiriente hábito, acostumbrarse a perder a sus inquilinos más queridos.
(Foto sacada del blog Le Grenier de Valentina)