AFF 2013: "Ausente" En la Casa...del profe ¿gay?

Uno de los periodos más complejos en la vida de una persona es la adolescencia. Los constantes cambios físicos van de la mano de alteraciones en la personalidad: cambiante y desestabilizadora. Todo lo nuevo representa una amenaza y el deseo sexual no será una excepción. Aprender a controlar la pasión es tarea ardua y los sentimientos pueden causar trágicos problemas. “Ausente” roza por momentos el género del thriller psicológico y habla de modo sutil y plásticamente formidable del abuso que ejerce un menor hacia un adulto, un menor que entiende la delicada situación en la que se encuentra su profesor y la explota al máximo.

¿De qué va?

Un estudiante se hace daño en la clase de natación y el profesor lo acompaña al médico. Después de la revisión, el estudiante hace creer al profesor que no tiene donde ir y termina durmiendo en su casa. A partir de ahí se inicia una oscura relación entre ambos en la que el joven se aprovecha de la débil situación del adulto ante una relación tabú como la que viven.

¿Quién está detrás?

Con una excelente comedia, Plan B, Marco Berger se estrenó como director en el año 2009 con una obra en la que ya trataba las dudas que un hombre puede tener respecto a su sexualidad. Su segundo film, Ausente, continúa este cuestionamiento, pero lo hace desde una forma más fría y dramática. Es con esta película con la que ganó en 2011 el Premio Teddy de la Berlinale.

¿Quién sale?

Representar la tensión que envuelve la película no es tarea fácil, y sus protagonistas lo consiguen de forma óptima. Carlos Echevarría representa al profesor dubitativo; una persona que lo está pasando mal y se ve envuelto –sin quererlo- en una situación incómoda. El joven actor Javier De Pietro es el estudiante que desde un principio muestra un inquietante halo de misterio, acompañando todas sus miradas con un toque lascivo que incrementa la sordidez de su relación con el profesor de forma convincente.

¿Qué es?

Una suerte de Lolita de Kubrick entre hombres y en el siglo XXI, En la Casa llevada al extremo o la Hard Candy ''gay''.

¿Qué ofrece?

Noventa minutos de una retorcida tensión en la que todas las miradas, todos los gestos, todos los silencios, están impregnados de una incómoda y terrible amenaza cuyo carácter cotidiano dota al conflicto de un afilado y punzante terror psicológico. Los constantes primeros planos y la sórdida banda sonora nos adentran en unos personajes con los que empatizamos constantemente de forma extremadamente turbadora. Y no es para menos, el poder manipulativo que un adolescente puede llegar a ejercer ante un profesor indefenso, cuya única meta es ayudar, prometen remover vuestro interior, dejando como poso final una sensación espeluznante ante un trágico final, sugestivamente deudor del cine asiático con elementos fantásticos alejados del realismo, que pueden generar reminiscencias al mismisimo Kim Ki-duk.