27 de Marzo del 2013 | etiquetas: Atlántida Film Fest, Festivales 2013, Crítica
TwittearPor fin tenemos la oportunidad de empaparnos de ese estimulante cruce entre el giallo alucinatorio y el mundo lynchiano que además tiene el aliciente de sumergirnos en la mejor versión posible de Toby Jones. "Berberian Sound Studio" desembarcaba en Sitges tras triunfar a su paso por Locarno y Toronto. Afinen el oído, porque en el Atlántida Film Fest suena, o mejor dicho, retumba, el mejor terror en estado puro.
¿De qué va?
Años setenta, Gilderoy, un técnico de sonido británico llega a uno de los estudios más baratos de Italia. Su trabajo es aparentemente fácil: poner en orden los ruiditos de la nueva película del maestro Santini. Gritos, susurros y demás efectos del terror se irán metiendo en la cabeza del sonidista, arrastrándolo en una espiral de miedo que se extenderá por el ánimo exploit del entorno del estudio. ¿Son triquiñuelas de la imaginación, efectos secundarios de una intoxicación cinéfila, gajes del oficio o puro terror real?.
¿Quién está detrás?
Peter Strickland es uno de los directores británicos más prometedores de su generación (30 años y sumando). Su debut, "Katilin Varga" triunfó en el Festival de Berlín.
¿Quién sale?
Por fin tenemos a ese pequeño gran hombre llamado Toby Jones en el papel protagonista que merece. Sin duda, uno de los mejores y más carismáticos actores del panorama europeo.
¿Qué es?
Giallo + David Lynch + Blow Up
¿Qué ofrece?
Una historia de terror de cine dentro del cine que haría feliz a Dario Argento, Lucio Fulci, Mario Bava y por supuesto, David Lynch, cuyo experimental mundo sonoro se envuelve de giallo alucinatorio para regalarnos un portentoso ejercicio de meta-terror en el que el oído se impone a la mirada a la hora de absorber todo el horror que tanto, y tan bien, refleja el artificio que envuelve las películas de género, así como la incómoda realidad en la que puede basarse su viciosa representación de la mujer. Y pese no estar destinada para todos lo públicos, quien afine el oído se vera cautivado por una mirada que difumina los límites entre fantasía y realidad para obsequiarnos con un ficcionado making of que también significa el terror más delirante, estimulante y evocador disfrutado durante el 2012. ¿La mejor película británico del pasado año?. Si no lo es, cerca anda.