Revista Salud y Bienestar
¡Buenos días! Hace algún tiempo, en nuestra sección de “Nutri para peques” os hablamos de la importancia de saber identificar el sobrepeso y la obesidad de nuestros hijos, ya que muchos de los padres subestiman el peso los pequeños. Hoy me gustaría hablar de un nuevo estudio que relaciona el aumento de peso de los niños cuyos padres opinan que sus hijos tienen sobrepeso.
El estudio se publicó en la revista Pediatricsel pasado mes de abril. En dicho estudio los investigadores hicieron un seguimiento a más de 3.500 niños y padres (el 97% madres), desde los 4-5 años hasta los 12-13.Al inicio del estudio el 20% de los niños tenían sobrepeso u obesidad, aunque un porcentaje de esos padres opinaban que sus hijos estaban en un peso saludable. A lo largo del tiempo, aquellos niños con sobrepeso y que sus padres veían que tenían peso extra, aumentaron más de peso que aquellos niños con sobrepeso cuyos padres opinaban que estaban en un peso saludable.
El estudio se basó en la medición del IMC, aunque no especifican cuánto aumentó el IMC ni el peso extra de los niños con sobrepeso y cuyos padres eran conscientes de ese sobrepeso. La coautora del estudio de hecho menciona que “es difícil de cuantificar porque los niños todavía están creciendo y el significado del aumento de peso en la niñez varía según la estatura”. Este es una carencia del estudio, ya que, como bien dice, los niños a esta edad cambian muy rápido, y son necesarios más parámetros para realmente determinar si nos encontramos ante un caso de sobrepeso, y según pasa el tiempo en qué manera ha cambiado el niño para decir que sigue o no con un exceso de peso. Tras analizar los datos, la coautora concluye que “cuando los padres perciben que sus hijos tienen sobrepeso, quizá son menos propensos a monitorizar la ingesta alimentaria y la actividad física de sus hijos”. Supongo que con esta afirmación quiere decir que cuando los padres son conscientes de la condición de su hijo, saben que su salud está en juego, pero prefieren ser más permisivos y menos restrictivos. Y añade: “si los padres intentan limitar la ingesta de comida de sus hijos, éstos podrían rebelarse y comer más”. Cuando obligamos a los niños a comer determinados alimentos y suprimimos otros… tienden a rebelarse sí, y si los padres no les dan los alimentos que quieren se buscan las mañas para conseguirlos. En mi opinión, la solución no pasa por prohibir alimentos y obligarles a comer aquellos alimentos denominados “sanos”, lo que hay que hacer es educarles desde bien pequeñitos que determinados alimentos, por mucho que les guste, deben tomarse esporádicamente. Junto con la alimentación, otro factor importante, como venimos repitiendo, es que hagan ejercicio. El ser humano está hecho para moverse, y más aún en la infancia.Como vemos nos encontramos ante dos estudios que se contradicen de cierta manera, ya que uno nos cuenta que si los padres se dan cuenta del sobrepeso de sus hijos, éstos tienden a engordar más y el otro, que algunos padres subestimaban el peso de sus hijos y por esta razón estaban en exceso de peso. Como todo, hay que tener cabeza. No hay que agobiar a los niños con el peso, ya que podemos crearles un trastorno de la conducta alimentaria, pero tampoco debemos dejar de lado la realidad y, si nuestro hijo no está en el peso adecuado, tomar medidas para afrontarlo de una manera adecuada. Con esto me despido hasta el próximo día. ¡Saludos!Realizado por Cristina Vallespín Escalada
Fuentes Medline Plus