[6/10] Francis Lawrence nos lleva al circo con “Agua para elefantes”, adaptación de la novela homónima de Sara Gruen. Bajo la carpa, asistimos al espectáculo de salvajes animales, unos encerrados en jaulas y otros en su pequeño mundo. A veces resulta difícil saber quiénes son los hombres y quiénes las bestias, y las atracciones rayan el drama más que lo cómico… porque ningún payaso sale al escenario ni se respiran aires de humor. Es un universo de ilusiones y apariencias donde también hay historias de amor con sus celos, de violencia y venganzas, de rivalidades y de lucha por la supervivencia. Los artistas y los trabajadores van de ciudad en ciudad, montando y recogiendo la representación, y a veces se olvidan de que fuera hay otra vida posible… donde las ilusiones se convierten en realidad.
Al circo de los hermanos Benzini llega “por accidente” Jacob, aspirante a veterinario que recientemente ha quedado huérfano y que pronto se siente atraído tanto por los animales como por Marlena, la mujer de August. Éste es el dueño del circo, un personaje complejo y tiránico, posesivo y colérico además de alcohólico, que no duda en sacrificar a humanos y no humanos después de haberles sacado todo el partido para su circo. La tensión y suspense de los números circenses se trasladará a la vida, con Jacob tratando de domesticar a la Bestia y de enamorar a la Bella. Eran tiempos de la Gran Depresión americana, ahora recordados por un anciano Jacob… que trata de escapar de la rutina de una Residencia de la Tercera Edad para “volver a casa” y revivir aquellos maravillosos años.
Un largo flash back al estilo Titanic sirve para contarnos la tragedia del circo de los hermanos Benzini, con un espectacular comienzo que recoge con un buen diseño de producción toda la ambientación de época y el mundo del circo. Menos conseguido está el desenlace con una última función rodada de manera aparatosa, y con una huida poco verosímil. La música sinfónica de James Newton Howard nos envuelve desde el inicio en una atmósfera de ensueño para asistir a las acrobacias de Marlena y la elefante Rossie o para ver la suerte de ese “material sobrante” en los vagones del tren. Funciona mejor el drama que la historia de amor, previsible y poco convincente, y especialmente destaca el malvado y contradictorio retrato de August, junto a la buena interpretación que hace de él Christoph Waltz para darle el toque perverso y perturbador.
Robert Pattinson hace un trabajo aceptable para lo que esperábamos, más en su sitio como galán que como veterinario y domador, pero su personaje no sufre apenas evolución… y Hal Holbrook –la mejor interpretación de la película– transmite más sentimiento y hondura en su breve aparición como anciano que él durante toda la cinta. Por su parte, Reese Witherspoon cumple –sin más– con su función estelar y salva un personaje mediocre en el guión, aunque nunca se vislumbra química con su príncipe rescatador… y tiene que agradecerle más a la dócil elefante Rossie que a los encantos de Pattinson. Una cinta entretenida pero poco emotiva, con un guión convencional y nada original, con una cuidada puesta en escena y un buen trabajo de producción, todo para contarnos la historia de la Bella y la Bestia, y de cómo se rompió el hechizo –la ilusión circense– gracias al beso de amor verdadero de un joven intruso y a la colaboración de una inteligente elefante que bebía agua… con un poco de alcohol.
Calificación: 6/10
En las imágenes: Fotogramas de “Agua para elefantes”, película distribuida en España por Hispano Foxfilm © 2011 Fox 2000 Pictures, 3 Arts Entertainment y Flashpoint Entertainment. Todos los derechos reservados.