En 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos. Mañana, 22 de marzo, es el Día Mundial del Agua y los expertos en el tema Mª Eugenia Moya y Luis F. Rebollo nos explican cuáles son los principales retos a los que nos enfrentamos en cuanto a la gobernanza del agua.
¿Cómo debería ser la gestión de los recursos naturales para asegurar el Derecho al Agua?
De forma resumida, se entiende el Derecho al Agua como el derecho de todas las personas a disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico. De manera que la gestión de este recurso debería respetar en todos los casos el acceso a este bien tan preciado, asegurando el cumplimiento de esos requisitos básicos sin discriminación.
Al ser el agua un recurso natural, el acceso efectivo y universal al mismo requiere una correcta gestión territorial y ambiental, en el ámbito de la correspondiente cuenca hidrológica, cuidando otros recursos naturales relacionados –especialmente los forestales, de los que depende en gran medida- y protegiendo de la contaminación. Una adecuada y equitativa administración del agua, con el compromiso de todos a nivel comunitario, facilitará el acceso a este recurso, sin menoscabar el derecho de las personas más desfavorecidas.
¿En qué medida el agua contribuye a paliar la pobreza?
Como es conocido, el agua es fuente de vida y de desarrollo. Por ello, la disponibilidad de este recurso es un componente esencial del desarrollo socioeconómico y la reducción de la pobreza.
Así pues, el acceso al agua es vital para paliar la pobreza, interviene de manera directa o indirecta en todas aquellas actuaciones que hacen mejorar la calidad de vida de los seres humanos: condiciona nuestra salud, nuestro acceso a la educación, es elemento básico para la producción agrícola de subsistencia, contribuye a mantener los sistemas productivos, en muchos casos es responsable de migraciones y es la causa de conflicto en y entre algunos países, etc. En este sentido, cuando el recurso falta y/o no presenta la calidad apropiada, o bien se gestiona de manera inadecuada, provoca pobreza o la acentuación de esta.
Juan Diaz / Global Humanitaria
“Generalmente las mujeres y las niñas son las encargadas del abastecimiento y gestión del agua dentro del ámbito doméstico, y son curiosamente ellas las que más sufren su carencia”.
¿Es importante el empoderamiento de las mujeres para la gestión integral de los recursos hídricos?
La respuesta es un rotundo sí. Es una realidad asumida, que hoy nadie discute en los estudios de desarrollo, que el acceso agua potable es una necesidad práctica de género. A pesar de esta aparente asignación cultural de la gestión del agua a la mujer, si nos fijamos en los roles y responsabilidades atribuidos de manera general a su gestión (uso y control del recurso agua), es fácil observar importantes desequilibrios de género en aquellos aspectos relacionados con la gestión y toma de decisión en las estructuras comunitarias. Es importante, en este sentido, empoderar a la mujer mediante actuaciones que pasan por la educación, en cuanto al control del recurso en su sentido más amplio.
¿Cuáles son los principales retos a los que nos enfrentamos en cuanto a la gobernanza del agua?
La meta fundamental en relación con la gobernanza del agua se expresa en el documento “Un Objetivo Global para el Agua Post-2015” de ONU-Agua, e indica que todos los países han de trabajar para buscar un fortalecimiento de la gobernanza del agua equitativa, participativa y responsable. En este sentido, los retos a los que nos enfrentamos son diversos: por ejemplo, necesitamos poner en marcha enfoques integrados e integradores de la gestión del agua a todos los niveles, desde locales a internacionales, que incluyan la toma de decisiones participativas y con un enfoque de género.
Hemos de contar con actuaciones y políticas que garanticen la existencia y cumplimiento de los marcos regulatorios para los recursos hídricos, infraestructura y servicios. Para ello, han de llevarse a cabo políticas e implementarlas mediante actuaciones concretas que garanticen la provisión de servicios de higiene, saneamiento y de suministro de agua potable de una manera asequible (económicamente viable), responsable, y sostenible desde el punto de vista ambiental.
Mª Eugenia Moya Palomares y Luis F. Rebollo Ferreiro son Directora y Codirector del Postgrado en Especialización en Agua, Saneamiento e Higiene en Cooperación Internacional (ASHCI) y Profesores del Departamento de Geología, Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid)