Cuando la verdad crece
A veces cuesta mucho trabajo encontrar la verdad, sobre todo si se esconde detrás de la última mentira, y con esas precauciones afrontará Juan Urbano el encargo que acaba de recibir: novelar la carrera del empresario y banquero Martín Duque, recién salido de la cárcel y con todas las ganas del mundo de hacer justicia, su justicia. Benjamín Prado enarbola un inicio novelesco muy atrayente, porque el escritor Juan Urbano se ha visto sacudido, como todos, por la crisis, y sus colaboraciones en radio y prensa, además de sus conferencias, se han reducido al polvillo que dejan tras de sí las tijeras de los recortes.
Caldo de cultivo oportunista, pueden pensar algunos malintencionados, nada más lejos de la realidad, porque el autor madrileño, y no es la primera vez que lo demuestra, maneja como nadie la dualidad de las tramas, y si al principio alterna los capítulos de la vida de Urbano con los de la redacción del encargo de marras, pronto los imbrica con la suavidad necesaria para que el lector sea uno más, y comparta las inquietudes y los cargos de conciencia de quien tiene la sensación de estar vendiendo su oficio literario por un plato de lentejas rancias.
La investigación de Urbano disecciona la España del pelotazo, las alegres fusiones bancarias y la desmedida burbuja inmobiliaria, y Benjamín Prado aprovecha cada línea para transmitir atinados mensajes que deberían hacer reflexionar a más de uno, porque no estamos ante la crisis del capitalismo, sino todo lo contrario. Como bien señala, gentes como Martín Duque nos metieron de cabeza en el doble sistema, capitalista cuando había beneficios (para ellos), y socialista cuando hay pérdidas (para nosotros). La vida de Juan Urbano ya no será la misma tras escribir su novela, y tendrá que aprender a lidiar con lo real y lo difundido por las envidias, con lo que puede contarse y debe ser silenciado. O tal vez no.
Ajuste de cuentas. Benjamín Prado.Alfaguara. Madrid 2013. 278 páginas. 18’50 euros.(LA VERDAD, "ABABOL", 18/1/2014)