
East of Eden (Elia Kazan, 1955. EEUU): poderosa aunque condensada adaptación, filmada en Cinemascope y sin ser una obra superior de su reputado director- de origen griego, y un hombre más de teatro que de cine por otra parte- de otra de las consideradas grandes novelas americanas del siglo XX, así como una relectura del cuento bíblico de Caín y Abel, que descansa sobre una impresionante interpretación de su joven y eterno protagonista, un James Dean que inició aquí su efímero mito.



