Cuenta la leyenda que en la localidad tejana de Austin, existe un cine en el cual se aplica una política de tolerancia cero hacia el espectador maleducado. Está estrictamente prohibido hablar por el móvil o mandar mensajes de texto, así como hablar durante las proyecciones. En lugar de limitarse a pedir educadamente silencio o recordar que se encienda el buzón de voz de los teléfonos- idea probablemente sugerida por las compañías- abogan por tirar de la sala a quienes infrinjan sus sencillas normas de comportamiento. El santuario existe, y se llama AlamoDrafthouse Cinema, un lugar en donde han decidido coger al toro por los cuernos.
Esta loable política ha provocado un debate nacional tras un incidente con una espectadora, a la cual echaron de una proyección al tercer aviso por la molesta lucecita- de los cojones con perdón- que producía su teléfono al enviar mensajes. La señora dejó un mensaje rencoroso en el contestador del cine, y sus dueños, ni cortos ni perezosos, decidieron colgarlo en Youtube como ejemplo del espectador que no quieren en sus salas. El asunto se les ha ido de madre, el vídeo lleva casi dos millones de visitas, y se ha abierto un debate nacional- muy a lo yanqui- sobre el límite del respeto exigible en una sala de cine. Nosotros no podemos más que aplaudir una iniciativa que ojalá se aplicase en los cines de España y reír a mandíbula batiente con la ira de esta peculiar “indignada.”