Uno de los muchos «Ángeles» que pintóGinés Liébana a lo largo de su larguísima trayectoria como pintor, poeta y autor dramático. Está fechado en París en 1953. Anda por casa desde al menos 1982.
«A la una anda la mula, a las dos tira la coz, a las tres…». Siempre que pasaba por el callejón empedrado, a veces incluso alicaído, llegaba a su memoria la misma cantinela de los niños entretenidos morosamente en sus juegos y como ajenos a todo lo que no fuera conseguir un puesto bien considerado en el corro de los mejores. Y como siempre, ante el brillo de aquellos ojos y los entusiasmos de aquellas voces, le crecía por dentro del espíritu puro una envidia terca y casi atroz: ¿cómo sería tener un verdadero cuerpo? Se prometió que de este ciclo no pasaba. Al final de esta misma guardia, y aprovechando las brumas favorables de la noche de reyes, tramitaría una excedencia para trajinar en carne mortal durante una buena temporada. Y luego ya se vería. (LUN, 509 ~ Homenaje a Ginés Liébana, 1921-2022, fallecido el pasado 31 de diciembre)