Año: 2015
Editorial: Páginas de Espuma
Género: Relatos
Valoración: Recomendable
Generar miedo a partir de una narración es más difícil de lo que parece. Ya lo hemos visto todo en una pantalla, desayunamos películas de asesinatos, comemos thrillers y merendamos cine de fantasmas y apariciones. Y nos queda la cena para regodearnos en el gore. Así pues resulta complicado convertir al receptor en partícipe de lo que está disfrutando, en este caso leyendo. Alberto Chimal lo ha conseguido conmigo, os lo digo desde ya.
Esta colección de siete relatos gira en torno al terror en la actualidad, de este nuevo terror a partir de elementos que están en nuestra vida cotidiana: internet, métodos de vigilancia, y demás. Las cámaras de seguridad de un hotel pueden ayudar a comprender qué pasó con una persona muerta, pero si esta actúa raro en el ascensor, ¿son amigas o enemigas, útiles o una poderosa herramienta para la sugestión? (estoy hablando de este caso). La narrativa de Chimal es poderosísima. Transmite, los cuentos vibran, las imágenes son extremadamente visuales; difícil, para aquellos más temerosos (la que escribe) leer este libro justo antes de irse a la cama. Todo esto es por la conjugación de una serie de las ideas habituales trasvasadas a un contexto nuevo y original con un estilo interesante. El conjunto de relatos está cohesionado, tiene una estructura, un sistema, una base: es una gozada.
Sin embargo y como en casi todas las colecciones de relatos, hay algunos que no terminan de gustar. Es difícil mantener un mismo nivel y que un lector concreto quede satisfecho con siete ideas diferentes, y eso pasa en Los atacantes. En mi caso hay un par de relatos del libro que no han cuajado. El último, “La gente buena”, me resultó anodino, no me suscitó ningún tipo de emoción y es más, me parece un cierre pésimo para un libro con relatos tan brutales como estos. Es el único cuento que no me gustó; aunque es cierto que el caso de “Él escribe su nombre” da la sensación de carecer de esa originalidad que tienen el resto de historias, aunque la lectura es muy motivadora. Del resto de relatos, que sí me han gustado, podemos hablar en orden.
Abre la colección “Tú sabes quién eres”, una sobrecogedora historia de acoso con un tinte espantosamente turbio y un broche final sorprendente. Desde luego si se pretendía impresionar al lector desde el minuto uno, quedó conseguido. “Los salvajes” es una divertidísima historia de muertos dentro del marco del narcotráfico mexicano. A medida que las pocas páginas iban pasando la sonrisa que me provocaba se iba haciendo más ancha, y qué decir del final (es que la angustia de las influencias qué putada, ¿eh?). El siguiente es “Connie Mulligan”, más en el tinte del primer relato, el más largo del libro y un poco más flojo en mi opinión aunque también agónico y de cocer lento. En “Aquí sí se entiende todo” nos encontramos con una trama curiosa y una idea muy de leyenda urbana, quizás el que tiene un componente más aterrador por ser el más cercano a la vida.
Por último el relato que más me gustó del libro, “Arte”, una compleja y bella estructura simétrica que me dejó maravillada. No solo es el relato del libro que más me gustó, sino que lo incluiría entre los cuentos que más me han gustado de los que he leído en los últimos tiempos. Ya solo por él merecería la pena leer el libro completo, pero si además lo unes a los que lo acompañan, queda una lectura maravillosa. En suma, Los atacantes es un libro que me gustaría recomendaros a todos (ya lo he hecho con algunas personas de mi entorno), pues resulta un conjunto de lo más interesante, con ideas renovadoras. Es el libro de relatos que los lectores de terror nos merecemos (pero joder, qué fea es la portada).
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