No os voy a engañar, esta es una de esas comidas que podría tomar casi a diario. Quedan tan ricas estas albóndigas vegetarianas que siempre intento hacer masa de mas y tener a mano en el congelador para poder preparar siempre que me da antojo.
Una receta muy sencilla de preparar y que si tenéis peques por casa, seguro que les va a encantar ponerse manos a la obra con vosotros.
INGREDIENTES
4 patatas grandes.
100 gr. de quinoa.
200 gr. de salsa de tomate estilo casero.
Un puñado de perejil fresco.
La ralladura y el zumo de medio limón.
3 cucharadas de harina.
Parmesano en polvo.
Sal y pimienta al gusto.
- Ponemos una olla la fuego con abundante agua y un poco de sal. Cocemos las patatas con la piel hasta que al pincharlas con un tenedor veamos que están blandas. Las escurrimos y las dejamos enfriar. Mientras, preparamos la quinoa según instrucciones del fabricante.
- Una vez frías las patatas, las pelamos y las añadimos a un cuenco grande con la quinoa, la ralladura y zumo del limón, la harina, el perejil picado y un poco de sal y pimienta. Con ayuda de un tenedor vamos chafando y mezclando las patatas con el resto de los ingredientes hasta obtener una masa homogénea y sin grumos de patata. Tapamos y dejamos enfriar en la nevera durante 20 minutos.
- Extendemos la salsa de tomate en una fuente para horno. Vamos formando bolitas con la masa anterior y las vamos colocando encima de la salsa de tomate. Una vez todas formadas, espolvoreamos con el parmesano en polvo y un poco más de perejil.
- Horneamos a 180ºC durante 20 minutos o hasta que veamos que comienzan a dorarse. Servimos.
Como veis son de lo más sencillas de preparar y muy versátiles, así que vamos con las variaciones. Ajo y cebolla en polvo le aportarían un toque super rico. Si os gusta el picante, se le puede añadir tanto a la salsa como al relleno, un poco de guindilla en polvo le va de maravilla a casi cualquier plato, y en este caso será todo un acierto.
Si queréis un toque mas crujiente, las podéis pasar por pan rallado, aunque no les hace falta, ya que de por sí quedan muy crujientes por fuera.Si no contáis con mucho tiempo, las podéis freír en abundante aceite caliente hasta que comiencen a dorarse y luego acompañarlas con la salsa de tomate para ir mojándolas, quedan también muy ricas de esta manera.
Una ensalada verde será ideal para acompañarlas, a demás de dar color y un toque fresco, nos darán un plato más completo y vistoso al que seguro que nadie va a poder resistirse. Mi truco para que queden perfectas es espolvorear un poco más de parmesano nada más sacarlas del horno, les va de maravilla.Espero que os gusten.