Seguro que me habéis echado de menos, pues yo aún más a vosotr@s. Se alargaron un poco los días de descanso pero ya estoy de nuevo por estos lugares con muchas ganas de saber cómo les va a mis queridos compañeros, deseo que muy bien e igualmente lo deseo para todos los que me venís siguiendo en cualquier parte del mundo. Empiezo otra vez a publicar mis recetas, aquí me tendréis siempre dispuesta a contároslas lo mejor que sé, desde hoy. Puede que no lleve la misma regularidad que antes de irme porque estoy muy ocupada , procuraré no faltaros demasiado.A ver que os parece esta sencilla y rica receta de hoy.
Con algunas diferencias estoy hablando de lo que hoy conocemos como un pisto. Cuentan que este plato procede de Bagdad, y llega a España en los años 800 ¡si que ha llovido desde entonces! Este plato era considerado por todos como un manjar, circulando en torno a él algunas leyendas sobre su origen, siempre envueltas en lujo, fantasía y sobre todo amor.
La palabra deriva del vocablo árabe al-baraniyya. Lógicamente cuando llegó a nuestro país no se cocinaba como hoy se hace, entre otras cosas porque productos como el tomate aún no se conocían (que llegaría después del Descubrimiento).
En su elaboración, actualmente, no suelen ponérsele frutas y frutos secos imprescindibles entonces, a mí me gusta añadirle nueces, cuando tengo en casa, en esta ocasión "casi" no le pongo, si no fuera por dos o tres que rondaban por mi cocina ¡algo es algo y menos da una piedra! si vosotros tenéis echad algunilla más. No me perdono el que me falten nueces xD!!
Ingredientes:
- Cebolla 1.- Pimiento verde 1.- Pimiento rojo 1.- Calabaza 200 g.- Berenjena 1.- Calabacín 1.- Tomates 2,3.- Azúcar 1 cdta.- Nueces.- Aceite de oliva 6 cdas.- Vinagre de vino blanco 2 cdas.- Sal.
Elaboración:
Ponemos el aceite a calentar e iremos pochando la cebolla cortada, no muy grande y en trozos regulares.
Después echamos los pimientos cortados con un tamaño similar a la cebolla.
A continuación incorporamos la calabaza y las berenjenas en dados parejos.
Después el calabacín, también en dados.
(Hay que dejar un espacio de tiempo entre fritura y fritura de aproximadamente 4-5 minutos y salar un poco en cada una.)
Salamos y dejamos hacer hasta que la calabaza esté tierna pero entera. Añadimos los tomates pelados y en trocitos con la cucharadita de azúcar, sin revolver demasiado para no romper la verdura. Mantenemos a fuego bajo cinco minutos más.
Ponemos el vinagre y sacudimos la cacerola en vaivén. Rectificamos la sal.
Servimos caliente con algunas nueces mezcladas.